`No se trata de ejercer control sobre
el cuerpo y repeler la Enfermedad.
Se trata de conocernos a través de ella´.
Existen libros, textos e
investigaciones que han tomado, a lo largo de los recientes años, el tema del cuerpo y la mente, en interacción, como base para compartir estrategias de
curación o prevención de enfermedades físicas.
Lo que los libros poseen en
común, es desarrollar dos aspectos básicos, aplicables para la comprensión de
la enfermedad, y cómo utilizar esta
perspectiva para ejercer una influencia, un cambio profundo que impacte de
manera palpable nuestra Salud.
1): La enfermedad es producto de una serie de decisiones, quizá intenciones inconscientes que realizamos
en el lapso de un período específico de tiempo. Las dos variables, acción intencionada en un lapso temporal, generan reacciones y
consecuencias en nuestros cuerpos.
El ejemplo palpable será el caso
de una persona que abuse de una determinada sustancia y desarrolle una
adicción. La decisión de permanecer
dentro de la adicción logrará que su cuerpo desarrolle un desequilibrio, afección
o enfermedad, que será más grave conforme el tiempo de abuso de la sustancia
sea mayor.
2): El segundo aspecto –y quizá el más radical– es la comprensión de que nuestro
cuerpo posee una parte consciente,
latiendo dentro, y parte de él, que responde –independiente de nuestro pensamiento consciente– a los estímulos que, como entes
vivientes, le brindamos.
El ejemplo del desarrollo de la
adicción funciona para este punto. Sobrepasar los límites en el uso del estímulo
que ofrecemos al cuerpo generará siempre un desequilibrio, mental o físico, que
en la mayoría de las veces deriva en enfermedad.
Pero… ¿qué sucede con
enfermedades de naturaleza crónico
degenerativa o de orden autoinmune?
¿Son nuestra responsabilidad también?
La lógica de los autores y
personas que hemos vivido procesos de enfermedades complejos y difíciles de asimilar
y aceptar diremos que sí, efectivamente, nuestro
cuerpo ha reaccionado a decisiones, o falta de ellas, y ha decidido enfermar.
Es difícil comprender el origen
de las llamadas enfermedades autoinmunes,
y la Medicina no ha hallado aún una
explicación clara y precisa del por qué de su aparición y desarrollo en cada
caso.
`Pareciera que las células del cuerpo se atacan a sí mismas´, serán
las palabras del médico especialista. Y en el fondo, por más inverosímil que
pareciera la idea, así es.
Reacciones del cuerpo como
parálisis, embolias, apendicitis, hemorragias internas, entre otras afecciones
o síntomas, parecieran cumplir con esta misma línea.
El síndrome de inmuno deficiencia
adquirida posee la misma característica, el
cuerpo se ataca o comienza acciones de defensa contra sí mismo, lo que trae
como consecuencia reacciones encontradas en el cuerpo, que termina por sufrir
una crisis que puede poner la vida de la persona en riesgo.
¿La persona atrajo todo esto en
su vida? Pero si no utilizaba drogas o sustancias dañinas. ¿Cómo es esto
posible?
La carencia de congruencia entre
las decisiones del cuerpo, la mente y el espíritu.
La pérdida de la familia original
al haber sido dado en adopción, produjo en la persona la carencia de estímulos
afectivos y emocionales provenientes de una ambiente familiar natural y
original. Si la persona no fue capaz de canalizar esas emociones o falta de
ellas, aún buscando sustitutos y logros en terrenos externos, su cáncer de páncreas –por ejemplificar, tomado de un caso real, experimentado de forma
cercana– lo llevará a la muerte.
Las adicciones no se presentan
siempre como enemigos palpables y físicos. En la gran mayoría de las ocasiones
son estímulos que provienen de nuestro interior. El cuerpo, para hacer saber a la
mente que el conflicto o la adicción se encuentra dentro, decide atacarse
a sí mismo.
Es así que reaccionamos a la idea
de que nuestra Vida se encuentra comprometida, y de no ser conscientes de ello,
moriremos irremediablemente.
Sanar se convierte entonces en un concepto casi milagroso, que supera incluso a la Medicina, por su falta de profundidad y
alcance: existe una parte interna, en lo
más hondo del cuerpo humano, donde los medicamentos no pueden llegar. Sólo
la persona en sí, y su auto conocimiento,
es capaz de viajar hacia el mundo subterráneo corporal: las emociones, la
energía, la guía de naturaleza espiritual.
Los textos de los que hablamos
darán la respuesta, la clave de la Vida y la Sanación, que da igual, porque no alcanzaremos a comprender, y
mucho menos descubrir cómo aplicar en nuestra existencia: el único camino a la Sanación es ser conscientes de nosotros mismos, de
nuestras intenciones, decisiones y acciones.
A partir de aquí, compete sólo a nosotros la responsabilidad
de sanar. No es culpa del médico, del terapeuta o de la rehabilitación la
muerte de la persona que cae ante la enfermedad. Sólo hablamos de ser derrotado, de no haber tomado la
decisión en el período de vida respectivo, de solucionar el conflicto interior,
y continuar experimentando la Vida.
Sanar involucra cesar de responsabilizar al contexto
exterior, y descubrir por qué nuestro contexto interior nos ataca a nosotros
mismos. Mirar dentro para hallar el conflicto que no podríamos ver, a menos
que nuestro cuerpo enferme, y nos muestre que no está de acuerdo con lo que
hemos hecho de nosotros mismos.
Una de las cualidades más difícil
de desarrollar, porque adquirida, la tenemos desde nuestro nacimiento.
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