lunes, 23 de marzo de 2020

Cinco puntos de Reflexión

`Riesgos inminentes, 
exigen soluciones conscientes´.


Las perspectivas para abordar las actuales circunstancias de confinamiento y medidas de precaución frente a la pandemia pueden ser infinitas, y siempre estaremos en desacuerdo unos con otros. O lo que es peor, cada quien puede dar su punto de vista y juicio en relación a lo que debería o no, hacerse.
Tardé mucho en decidir si escribir o no esta nota. Lo vertido en ella proviene de meditaciones a lo largo de cinco noches, en las que, después de abrirme al entorno circundante (y compartirme) a través de lo que se conoce como Símbolo de Poder personal, información arribó en una estructura y orden inusual, fuerte, contundente y directa, lo que me permitió, finalmente, escribir esta nota, que he definido en cinco puntos (uno por día, o más bien, noche), organizando y jerarquizando la información clarificadora, de la manera más accesible posible.

1. Lo que experimentamos es el resultado de siglos de selección natural, en un proceso que los científicos llamarían Evolución. Organismos vivos, microscópicos, que continúan su avance a través de la vida de seres vivos mayores y más complejos. Este hecho no tiene nada de malvado, siquiera malo, en este momento debemos comprender que simplemente nos ha tocado ser el centro de un proceso de Adaptación natural.

El virus, sin embargo, es parte de una Consciencia mayor, como fragmento de la Naturaleza que integra el medio ambiente natural sobre el que todos estamos desplantados. Esta Consciencia es la que permite que los procesos naturales se lleven a cabo de manera repetitiva y estructurada (sin la intervención humana en ningún sentido); ejemplos como estaciones del año, lluvias, cambios en las mareas, movimientos de planetas y astros, etc…
Como parte de este contexto, el virus posee un fragmento de esta Consciencia, traducido en una misión u objetivo natural, como todo proceso o fenómeno propio de la Naturaleza, y que es el punto de conflicto mediático que no desarrollaré en esta nota. ¿Es esto una conspiración o castigo divino?

En su estructura biológica y molecular, el virus tiene la potencialidad de adaptarse al medio y alterar la influencia original que pudiera ejercer sobre el entorno. Eso es lo que debe tener preocupados a los científicos, es decir, que vaya un paso adelante de los esfuerzos humanos, por contenerlo.
La pregunta que debemos hacernos es, ¿qué variables o circunstancias son las que activan la reestructuración del virus o su aumento o disminución de daño dentro del contexto humano?
¿La Consciencia, como entidad `Humanidad´, tiene algo que ver a este respecto? Aquí hablaríamos de los esfuerzos más allá de lo `tangible´, de los seres humanos, al enfrentar esta situación.

2. La Naturaleza es una entidad viva, cuya presencia y sola existencia, perpetúa nuestra propia oportunidad de vida. Hablar de una lógica y Consciencia en ella es hasta cierto punto natural, ya que su estructura, procesos y relación entre sus variables y componentes, responden a una serie compleja de situaciones, cuya alteración mínima, produce cambios en el sistema general, capaces de poner en riesgo elementos o partes completas de él.

El problema radica en que, como Humanidad, seamos capaces de concebirnos como parte de las variables que pueden ser puestas en peligro tras la alteración del orden del medio natural. Nuestros avances tecnológicos no serían suficientes para abordar en tiempo real los cambios que la Naturaleza ha sufrido a lo largo del Tiempo, lo que ha hecho en los últimos meses a una gran parte de las sociedades, enfocarse en esfuerzos de índole introspectiva o espiritual.
En este enfoque, las decisiones, Intenciones y naturaleza de nuestras emociones (vibración de energía personal), son variables que influyen directamente sobre nuestra condición biológica y de nuestro sistema inmunológico, a nivel químico individual. La estrecha relación entre nuestras emociones y las circunstancias corporales, definen en gran medida el grado de nuestra Salud, a escalas personales y sociales.
Una mente estable, fortalecida y enfocada tiene mayores posibilidades de conocer sus propios recursos corporales, y gestionarlos de una manera eficaz y consciente frente a los retos o riesgos a los que tengamos que enfrentarnos.

3. Otro aspecto a considerar es la relación que guardamos con la Naturaleza, ya que nuestra rutina y condiciones de vida nos han llevado a separarnos y abandonar acciones que tienen que ver con la sana interacción con el medio natural, en un contexto de Respeto y Retroalimentación. La Naturaleza es una metáfora de Orden universal y Sabiduría, y estudiar sus mecanismos nos ha permitido comprender en gran medida nuestro propio proceso de desarrollo y nuestro justo lugar en el entorno.

La existencia de riesgos epidemiológicos a través de virus por ejemplo son procesos de interacción entre diversos elementos naturales, pero de una manera agresiva y dañina. Si se trata o no de un castigo divino, me inclino más a considerar la perspectiva científica, integrada con la metafísica: son procesos o condiciones que se suscitan para equilibrar aspectos o factores del sistema que han caído en descontrol o desequilibrio. Si los estudiamos a fondo, podremos conocer circunstancias extraordinarias que llevaron a que procesos de esta índole, pudieran acontecer en la Naturaleza.
Como seres humanos, y miembros del entorno natural, nos falta aún muchísimo qué comprender en relación a la Lógica y la esencia de la Naturaleza, y cómo nuestra intervención humana ha modificado o alterado procesos naturales a niveles y escalas que somos incapaces de identificar y comprender, incluyendo el proceso epidemiológico que vivimos en este momento.

4. Como seres humanos, formamos un grupo de seres vivos (quizá el mayor y más representativo a nivel planeta) que ha perdido su conexión y relación naturales. No sólo con nosotros mismos, como miembros de una misma raza, sino nuestro lugar en relación con los elementos naturales.
Lo que vivimos hoy en términos comunes, es una preocupación, temor, miedo e incertidumbre, con respecto a nuestra Supervivencia y la supervivencia de las aparentes condiciones de confort que definen nuestras vidas.
Nuestras emociones individualizadas, multiplicadas por miles o millones, generan una ola invisible pero palpable de desesperación e histeria, que podemos sentir con sólo enfocarnos en las circunstancias inmediatas que nos rodean, no importando que dichas emociones sean invisibles.
Estas emociones se reflejan en acciones tangibles que pueden influir de manera directa en nuestras sociedades, creando patrones de conducta que construyen círculos de miedo y vicio, que sólo perpetúan el desequilibrio de nuestras emociones en colectivo e individualmente.

Aprender a trabajar de manera consciente en dichas emociones, y magnificarlas para crear una auténtica red de Seguridad y Bienestar, es una útil herramienta cognitiva y social,  que considerando nuestro complejísimo sistema de Raciocinio es parte de nuestra cualidad y aptitud natural al enfrentar retos o peligros. Juntos y conectados finalmente seremos un sistema más preparado para enfrentar y abordar los peligros propios de la Naturaleza. Es parte de lo que se le llama Selección natural. Nuestras cualidades (más complejas cognitivamente, y hasta cierto punto, subjetivas e intangibles) son necesarias dentro de la interacción con el medio natural.

En esta lista de cualidades se cuentan elementos como: Resistencia, Resiliencia y realidad espiritual, que incluye la capacidad de comprender la delicada relación entre las variables más allá de lo aparente y físico, y garantizar la seguridad y supervivencia en todos los rubros de la Vida, en todos los niveles.
Si la red humana lograra llegar a esta visión y establecer una única red en esa sola dirección, las decisiones y acciones a nivel Humanidad serían clave para influir de manera determinante en las condiciones que definen el avance de una pandemia, en breves pasos capaces de generar logros en períodos cortísimos de tiempo.

5. Como último punto, rescato los esfuerzos humanos de toda naturaleza e índole, independientemente de su fuente u origen, que buscan crear Consciencia a nivel social, basados en las circunstancias que vivimos actualmente. Desde la mera experiencia de las personas dentro de las condiciones más severas de la pandemia, pasando por científicos, técnicos, religiosos, líderes, autoridades, terapeutas y personas de carácter espiritual, se han creado estructuras de poder que tienen como objetivo reforzar valores como Vida, Fe, Esperanza o Solidaridad. Al término del día, la experiencia de cada uno de nosotros como elementos individuales o pequeños, sociales retroalimenta y hace crecer nuestra perspectiva como Humanidad al enfrentar conflictos de esta magnitud. Independiente el formato de la Intención vuelta Acción, el objetivo es el mismo: alcanzar el Bienestar en todo sentido, y regresar a la existencia sana.
No todos los días, enfrentamos como Humanidad un reto de tal magnitud, con la oportunidad (y necesidad) de integrarnos como grupo vivo, y tomar decisiones conjuntas que nos leguen no sólo supervivencia y Vida, sino también Aprendizaje y Desarrollo humano y espiritual.

En este sentido, las Intenciones y las Decisiones derivadas de ellas, enfocadas en objetivos elevados y conscientes, son capaces de crear acciones lo suficientemente poderosas como para influir en el curso de los eventos que vivimos actualmente. No se menosprecian acciones por su carácter `técnico´, `científico´, `religioso´ o `espiritual´.

Cada uno de nosotros será responsable en cierta medida, de la dirección que los eventos tomen en los siguientes días, semanas y meses, en su entorno personal inmediato, y por ende, en una red de situaciones y eventos interconectados, mayores. Cada quien posee enfoques vocacionales específicos desde los cuales brindar esquemas de apoyo, para despertar Consciencia y guiar a los suyos, a decisiones que perpetúen el Bienestar de la Humanidad, considerando dentro de estas decisiones, estos cinco puntos descritos anteriormente:

1. Desarrollar acciones que limiten e incluso detengan, el avance del virus, entendido como ente natural vivo, capaz de adaptarse y reorganizar su propia estructura molecular.

2. Empatar nuestras acciones con los procesos propios de la Naturaleza, sin alterar de manera radical o violenta el curso de los eventos. La Naturaleza finalmente está implícita de igual manera en este proceso, y entender y empatar con sus mecanismos de defensa y restructuración, puede llevarnos a comprender maneras efectivas de abordar los riesgos inminentes.

3. Decisiones conscientes `conjuntas´, en este momento, son nuestra mejor arma para enfrentar el conflicto que vivimos como Humanidad.

4. Acciones conscientes que vayan más allá de metas materiales, económicas o políticas, y que se centren en primer lugar en la Supervivencia y el Bienestar humano, reiterando nuevos enfoques de acción y comprensión de los eventos, desde un punto de vista global, pero abiertos a perspectivas locales de resolución de conflictos, dentro de una red humana interconectada y armónica.

5. La Integración de los enfoques racional y espiritual, para comprender tanto variables de solución, como de prevención. Debemos tener en mente de forma clara, que este evento natural no ha tenido un origen inmediato, en horas o días, sino que es producto de una serie de acciones interconectadas que derivaron en lo que vivimos actualmente.


Al final del día, lo que no hemos tenido claro, es que nuestro existir como Humanidad depende de dos partes o fases: la Intención, o cualidad consciente, reflexiva y espiritual, y que define nuestros rumbos de acción de manera prospectiva. A este respecto se considera la Educación y Consciencia plena de nuestra influencia personal sobre los demás, y sobre el medio que nos rodea, desde el punto de vista material y moral.

Y la Decisión, conjunto de acciones que responden a nuestras necesidades inmediatas, con miras a perpetuar logros o estadios de Plenitud, sin olvidar la interconexión que guardamos con el resto de los miembros de la Humanidad y con nuestros más grandes valores como seres humanos, como parte de un entorno natural que nos supera en todo sentido, y del que jamás tendremos control o manipulación para que cumpla con nuestros deseos o requerimientos.


Imagen tomada de la liga:

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