El Desequilibrio presente en nuestras vidas, normalmente se manifiesta por una inadecuada percepción de la Realidad llevada a cabo por nuestro sexto punto de Energía, donde reside el proceso que nos lleva a interpretar las circunstancias externas que definen lo que experimentamos como vida real. Dentro de la terapia, en este punto radica el Tercer ojo.
Las emociones son la base de
nuestra vida en muchos sentidos. A través de ella matizamos las circunstancias
y vivimos la Realidad, acorde a los sentimientos que han ingresado en nuestro
cuerpo a través de elementos motivantes,
que son procesados por la mente, para ser integrados a nuestra vida en formato
de emociones: interpretaciones
psico-corporales personales de las circunstancias a las que nos enfrentamos
todos los días.
Al considerar las emociones que
definen quienes somos, podremos encontrar en ellas algunos valores que sientan la Dirección
que ha seguido nuestra vida, y que inexorablemente nos guiará a la Vocación o Misión de Vida que cumpliremos.
Será primordial que cada valor definido sea comprendido e interiorizado de forma equilibrada y consciente, manteniendo un sano proceso de Expansión y Contracción, que nos permita permanecer dentro de una visión no distorsionada de la Realidad.
Será primordial que cada valor definido sea comprendido e interiorizado de forma equilibrada y consciente, manteniendo un sano proceso de Expansión y Contracción, que nos permita permanecer dentro de una visión no distorsionada de la Realidad.
Es como trabajar con un termómetro, donde debemos cuidar que
nuestra temperatura emocional se
encuentre siempre en determinado valor medio, de lo contrario, hará que nuestra
percepción de la Realidad, se distorsione.
Me agrada explicar dentro de la terapia, la analogía con respecto al cuerpo humano.
Me agrada explicar dentro de la terapia, la analogía con respecto al cuerpo humano.
La temperatura posee dos
extremos, la hipotermia, y la fiebre. Llegar a cualquiera de estos dos
puntos, provocará fallas en los sistemas y órganos del cuerpo, desde el cese de
funcionamiento de procesos, hasta lo opuesto: ritmos alterados que finalizan en
un colapso corporal generalizado.
El ejercicio que se plantea en relativamente sencillo: se comienza identificando valores en equilibrio o en desequilibrio (en cualquiera de sus extremos: frío o calor; carencia o exceso), y se define el cuadro de temperaturas que cierra el termómetro.
El ejercicio que se plantea en relativamente sencillo: se comienza identificando valores en equilibrio o en desequilibrio (en cualquiera de sus extremos: frío o calor; carencia o exceso), y se define el cuadro de temperaturas que cierra el termómetro.
Así, por ejemplo, si la persona
identifica que dentro de sus actitudes se encuentra el ser selectiva, se analizará esta característica de comportamiento y
se puede establecer que es el extremo de Carencia
del termómetro. La persona en sí intenta evitar la Interacción social con el entorno. Interacción o Convivencia, se convierte en el valor
equilibrado dentro del cual debe mantenerse las acciones o actitudes de la
persona. El exceso de Interacción|Convivencia, producirá un alza de la
temperatura de este valor, que derivará en una actitud de ser empalagoso, que generará un rechazo social dentro del entorno.
Normalmente nuestros
desequilibrios emocionales provienen de bajar o subir la temperatura, es decir,
carecer o exagerar el valor equilibrado. Sólo se cae en uno de los extremos,
raramente en ambos.
Cuando comprendemos el valor que
estamos limitando o llevando al extremo, es más sencillo realizar acciones que
nos permitan elevar o disminuir las emociones de nuestro termómetro, hasta
llegar al adecuado y sano Equilibrio.
Otro ejemplo se presenta en el valor
equilibrado de Convicción.
Las personas que poseen este valor, son capaces de identificar y defender ideales, pensamientos o acciones de manera objetiva y consciente, al punto de poder entablar un sano intercambio de discursos que lleven a la Retroalimentación.
Las personas que poseen este valor, son capaces de identificar y defender ideales, pensamientos o acciones de manera objetiva y consciente, al punto de poder entablar un sano intercambio de discursos que lleven a la Retroalimentación.
Los extremos se materializan
cuando se carece de esta habilidad o no se tiene este valor. En el extremo
frío, la Convicción se congela, al
punto de convertirse en Incertidumbre o
Duda. La persona se transforma en un
ser inseguro, que no es capaz de defender o interiorizar idea o pensamiento
alguno, y mucho menos defenderlo o comprenderlo en su totalidad.
La fiebre lleva a la Convicción
al extremo de temperatura emocional opuesto, donde la exageración transforma
este valor en Necedad, lo que hace
que la persona sea intransigente al momento de defender sus ideas, sin motivo
alguno aparente, dañando o lastimando a las opiniones diferentes u opuestas a
la suya.
Ambos extremos de la Convicción nos llevan a serios conflictos en nuestra vida, los cuales pueden afrontarse y corregirse, cuando, en el medio del extremo y el valor equilibrado, realizamos acciones que eleven o desciendan la temperatura emocional, según sea el caso requerido.
Entonces, la persona `necia´ requiere aplicar acciones que establezcan valores como Tolerancia, traducidos en aprender a escuchar o a establecer debates justos.
La persona `dubitativa´, por el contrario, requiere esforzarse en temas relacionados con el Liderazgo, emprendiendo acciones como expresar sus pensamientos y aprender a compartirlos con un equipo de trabajo adecuado.
Cada uno de nosotros poseemos determinados termómetros emocionales que definen el grado de Equilibrio o Desequilibrio que vivimos. Aprender a identificar nuestras áreas en fiebre o en hipotermia, nos permitirá trabajar en acciones que nos lleven hacia la toma de Consciencia y el mejoramiento de nuestro pensamiento, comportamiento y anhelo personal.
Ambos extremos de la Convicción nos llevan a serios conflictos en nuestra vida, los cuales pueden afrontarse y corregirse, cuando, en el medio del extremo y el valor equilibrado, realizamos acciones que eleven o desciendan la temperatura emocional, según sea el caso requerido.
Entonces, la persona `necia´ requiere aplicar acciones que establezcan valores como Tolerancia, traducidos en aprender a escuchar o a establecer debates justos.
La persona `dubitativa´, por el contrario, requiere esforzarse en temas relacionados con el Liderazgo, emprendiendo acciones como expresar sus pensamientos y aprender a compartirlos con un equipo de trabajo adecuado.
Cada uno de nosotros poseemos determinados termómetros emocionales que definen el grado de Equilibrio o Desequilibrio que vivimos. Aprender a identificar nuestras áreas en fiebre o en hipotermia, nos permitirá trabajar en acciones que nos lleven hacia la toma de Consciencia y el mejoramiento de nuestro pensamiento, comportamiento y anhelo personal.
Y tú, ¿puedes compartirnos
valores que tengas en fiebre o en hipotermia?
Imagen tomada del sitio:
https://www.ortopediamimas.com/blog-de-ortopedia/consejos-elegir-termometros-digitales-infrarrojos/
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https://www.ortopediamimas.com/blog-de-ortopedia/consejos-elegir-termometros-digitales-infrarrojos/
Escucho:
Song for someone | U2
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