sábado, 1 de marzo de 2014

El triángulo metafísico

La tríada metafísica 
en nuestra existencia humana

Los últimos siete días anteriores a esta noche, eventos complicados vividos por una amistad cercana a la familia, me hicieron consolidar la comprensión de un aspecto importante en nuestras vidas: la visión integral en nuestra existencia en esta tierra.
Nuestro desarrollo como personas depende de siete áreas de vida [a las que dedicaremos una nota aparte en este diario]. Sin embargo, cuando nuestra salud merma, por cualquier desequilibrio en la interacción entre estos siete pilares, requerimos de un ajuste energético holístico.
Nuestro ser se encuentra definido por tres elementos, presentes cada uno de ellos en planos de existencia diferentes: el cuerpo, la mente y el espíritu.
Estamos acostumbrados, como personas que habitan el plano terrenal en mayor porcentaje, recurrir a la Medicina, para realizar curaciones físicas que atañen a nuestra salud. La visión médica se basa en el postulado de la concentración en los síntomas o elementos fisiológicos, biológicos y químicos, corporales. Las sustancias farmacológicas y sus reacciones en nuestro cuerpo, equilibran la frecuencia material de nuestro ser en el plano material. El desequilibrio energético, origen de la enfermedad producida, queda renegado. La enfermedad tiene una fuerte relación con nuestros pensamientos, y la manera en que enfrentamos el desequilibrio de energía dentro de nosotros. La fortaleza y capacidad mental, juegan un papel importante en el proceso de curación, ya que la energía puede manipularse conscientemente, en pos de ayudar a restablecer la salud. Este principio es el que permite la existencia de la radiestesia y la energía utilizada por los chamanes, magos, o brujos como se les ha conocido desde tiempos inmemoriales.
Una tercera fuerza cierra el triángulo: la esencia del espíritu. Es decir, la conexión con procesos elevados que rayan en lo divino, en esa fe depositada en elementos que se hallan fuera de nuestro plano de existencia material. La Fe, y el temple espiritual, nos ayudan a comprender de maneras profundas y metafísicas, las circunstancias materiales que nos definen. Hablamos de meditación, compañía divina, gratitud y amor incondicionales.
El triángulo metafísico se conforma del cuerpo, la mente, y el espíritu, y sus respectivas herramientas de curación: la Medicina; la Amorología, Radiestesia y demás elementos de manipulación de energía; y la Espiritualidad, que, solamente juntas, unidas e integradas en una visión global, pueden conseguir una sanación profunda, y verdadera.
Los hombres espiritualmente desarrollados a lo largo de la Historia de la Humanidad, han conseguido comprender, y manipular los elementos presentes en los tres planos de existencia, en una panorámica amplia, e integral.

Imagen modificada digitalmente, original tomada del sitio:

Escucho:
Kid A / Radiohead
Motherboard / Daft Punk

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