Cómo acercarnos a nuestros dones.
Como seres humanos, todos nosotros poseemos cualidades,
habilidades, y peculiaridades que nos hacen ser únicos e irrepetibles.
Nuestra cotidianidad dentro de las ciudades nos lleva a la
elección de determinados campos disciplinares que llamamos profesiones,
eligiendo y desarrollando actividades específicas que tienen que ver con
aquello que sabemos, o somos capaces de hacer, y transformarlo en nuestro
sustento de vida.
Lo mismo ocurre con nuestras cualidades metafísicas, que se
relacionan con las capacidades de ser sensibles y receptivos a la energía, su
fluir, y su influencia en nuestras vidas, y en las de los demás.
Estas cualidades, conocidas como dones, son potencialidades que se nos son otorgadas desde que
nacemos, y que nos permiten influir en nuestro espíritu, y, por ende, en
nuestro bienestar físico [corporal] y
mental [cognoscitivo], y en muchas
ocasiones en el bienestar de quienes nos rodean.
Nuestras experiencias personales a lo largo de nuestra vida
nos definen y nos predisponen a ciertos comportamientos humanos, que en la
mayoría de los casos nos alejan por completo de las habilidades metafísicas que
poseemos de manera innata.
Considero necesario trabajar en un acercamiento con estas
cualidades, que nos permita el desarrollo de una consciencia íntimamente ligada
con el aspecto espiritual.
La meditación,
así como diversas actividades metafísicas de reflexión y retroalimentación, han
sido ejercicios útiles en la búsqueda personal de este equilibrio.
La natación –por
ejemplo– ha representado un medio de
meditación en movimiento altamente efectivo para aclarar la mente, y ejercer
dominio y disciplina en el cuerpo. El ejercicio y la rutina que este deporte
exige, permite conectar profundamente cuerpo
y espíritu, dos eslabones del
mencionado triángulo metafísico.
Las personas tienen la idea de que hablar de meditación, significa
exclusivamente realizar actividades pasivas que requieren altas dosis de
concentración y soledad. Nuestros actuales estilos de vida nos obligan a
redefinir y replantear los medios por los cuales buscamos equilibrio
espiritual.
Cualquiera de las actividades que despierten en nosotros
tranquilidad, y que por naturaleza nos relajen, pueden ser caminos potenciales
para acceder a la meditación, y, por consiguiente, alimentar al espíritu a
través del logro de quietud, claridad de mente, además de consciencia.
El acceso de manera profunda y consciente a nuestros centros
energéticos a través de la meditación, ya sea pasiva o en movimiento, a su
funcionamiento, y las circunstancias que definen a dichos centros dentro de
nosotros, nos llevará inevitablemente al descubrimiento de nuestras habilidades
metafísicas y a nuestros dones.
Escucho:
Artemisia's
childhood / Queen Gorgo // Junkie XL
Imagen tomada de la
liga:
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