domingo, 26 de julio de 2015

El desarrollo de nuestro Espíritu

`Crecer espiritualmente es 
en muchos sentidos una lucha personal y única´.


Crecer espiritualmente es una necesidad de la que todos hablan, pero en la que pocos invierten tiempo y esfuerzo.
Será tal vez por la aparente ambigüedad del concepto. O porque involucra actividades como la Meditación, que seguramente requiere un trozo de montaña del Tíbet y una Consciencia profunda como para acceder al Silencio infinito y eterno al que sólo llegan los monjes y retirados al exilio voluntario desde hace veinte años como mínimo.
La Madre Teresa de Calcuta hablaba en sus palabras y discursos escuchados por quienes tenían la oportunidad de convivir con ella, acerca del poder de la oración, como una herramienta útil, básica y única para acceder a la sabiduría y a la serenidad de Dios.
Convivir con nuestro espíritu no exige que pagues exorbitantes viajes al Oriente u otros lugares sacros para reencontrarte contigo mismo, Bali, Monte Sinaí, Israel, Machu Picchu, por sólo mencionar algunos. Trabajar con nuestro Espíritu involucra primeramente la idea de romper el paradigma occidental de la falsa seguridad capitalista, y confiar en aquello que no somos capaces de ver, pero que sabemos que existe.
Me viene a la mente el caso reciente de Cat Stevens, el cantautor famoso que construyó un sólido camino como artista, y que decidiera abandonar la supuesta comodidad lograda en aras de retirarse a un camino de oración y de introspección. Hace tan sólo algunos años ha regresado al mundo de la Música, tras décadas, renombrándose él mismo como Yusuf Islam –en referencia a la ideología de Medio Oriente que le brindó respuestas y sentido a su vida, y en sus propias palabras `Soy un espejo donde los musulmanes se miran para ver el mundo occidental y donde mis compatriotas se miran para ver el islam´, explicando su regreso al ambiente pop. El retiro espiritual es quizáuna fase necesaria dentro del proceso de crecimiento personal, pero no es un estadio eterno. Compartir sería la consecuencia inmediata a ese retiro.
Crecer espiritualmente obliga en muchos casos el sacrificio: material, humano, social. Pero seamos honestos, ¿qué cambio profundo no lo exige? Estudiar una carrera profesional lo hace de igual manera. O establecer un negocio familiar. Constancia, dedicación. Lucha. En todos los casos es necesario y todos se encuentran conscientes en la imperativa decisión de que algo deberá ser cambiado o modificado para lograr el fin. Tiempo. Dinero. Esfuerzo. Desarrollar nuestra consciencia espiritual requiere que nos conozcamos y nos abordemos de manera individual como nunca antes lo hemos hecho, para tener plena consciencia y seguridad en nosotros mismos. No hablo del egocentrismo y la falsa seguridad personal capitalista. Me refiero a ese sutil sentimiento y sensación de conocer nuestros límites a detalle, al mismo nivel que nuestras capacidades, y no sentir miedo por poseerlas ambas. Al contrario, esa circunstancia sería la que nos definiera dentro de nuestra humanidad.
Aún recuerdo las palabras de Spawn, mi antiguo héroe de cómics cuando era estudiante. `I want my humanity back´, era su reclamo a Malebolgia, demonio del Infierno que lo engañó para traerlo a una vida de caos, sufrimiento y destrucción, prometiéndole volver a ver a su esposa amada, cuando él había muerto y su espíritu había llegado al Infierno por ser él un asesino pagado del gobierno.
Y es que todos nosotros vivimos en medio de un personal infierno, una serie de creencias y pensamientos que nos asaltan, nos confunden, lastiman o limitan. Ese infierno es producido por circunstancias externas, pero su calidad de eterno en nuestras vidas depende de cada uno de nosotros, y de las decisiones y sacrificios que deberemos hacer para salir de la zona de (autosufrimiento/compasión) confort.

Crecer espiritualmente puede comenzar desde pasos tan sencillos como:
  • ·   Abandonar tu peor adicción, referente a personas, acciones o actividades autodestructivas, hasta llegar a fármacos, alcohol o drogas. Será lo más difícil que piensas harás en tu vida. Pero, créeme, después de ello, el autocontrol, la independencia y la paz interna que ganarás, valdrá la pena en todos los sentidos, ya que no dependerás de nada externo y ajeno a tu persona, para definir tu valor como ser humano.

Un paso a la vez. Comienza poniendo un alto progresivo a aquello que te reconforta momentáneamente, pero que sabes de sobra que a la larga te hace daño: chocolates, aspirinas antes de dormir, donas, tacos o, incluso, simples mensajes de autocompasión con esa persona con la que mantienes una relación de sufrimiento y dolor y a la que contactas cada tarde o noche.

  • ·     Detén tu autocrítica y autosabotaje en todo lo que hagas. Vamos, sabemos que el mundo no está en tu contra, sino alguien mucho más peligroso: .

Deja de dudar. No permitas que tu ego tome las riendas cuando de tomar una decisión difícil se trate. Dejar a las antiguas malas amistades, cambiar de actividad o de trabajo, iniciar una actividad deportiva o de meditación, leer un libro de temas espirituales, o comenzar una charla con una persona madura que sabes que hallará la manera de hacer caer tus excusas, son acciones que comenzarán a poner a temblar nuestra seguridad capitalista basada en el ego y el materialismo. Cada pequeño logro te hará saber que NADA te define. No importa lo que tengas, compres, adquieras o modifique tu apariencia, nada de eso será lo que en verdad te defina como persona única y original. La verdadera esencia se encuentra en tu interior. El único lugar donde jamás se te ha ocurrido explorar.

  • ·   Ámate a tí mismo y demuéstralo, a través de una simple decisión que conlleve a crear un hábito saludable, desde incluir alimentos sanos que antes no comerías y que adoptes en tu dieta, hasta salir a caminar diez minutos por la mañana, o comenzar de lleno una rutina en algún deporte de tu preferencia, que te ayude a ejercitar tu cuerpo y a reforzar tu confianza y seguridad en tu persona.

Desarrollarse espiritualmente involucra trabajar sobre lo que conocemos como Triángulo metafísico, compuesto por el cuerpo, la mente y el Espíritu. Comenzar a ejercitar tu cuerpo permite desarrollar no sólo fuerza física, sino que adoptas lenguajes de responsabilidad, disciplina y constancia que antes no poseías, que son valores naturales que tu mente adquiere paulatinamente y que te ayudan a detener el autosabotaje una vez que has creado los parámetros base para desarrollar la actividad deportiva que elijas. Aunque tu cuerpo se encuentre cansado, tu mente comenzará a motivarte e inspirarte, con pensamientos optimistas al mirar cambios en tu estado de ánimo o corporales. Al paso del tiempo, una vez que hayas dominado la técnica base del deporte que ejercites, brincar a la meditación en forma será sumamente sencillo, ya que habrás integrado tu mente y tu cuerpo en un ambiente de armonía y placer que será finalmente coronado por el estado necesario de quietud, silencio y reflexión que realiza el Espíritu en los procesos de meditación.


Como verás, crecer espiritualmente, o, por lo menos, comenzar a hacerlo desde una sencilla decisión, involucra pasos prácticos como éstos. En ningún momento habrá sido necesario concertar cita con monjes tibetanos o con el Dalai Lama, o te habrás visto obligado a viajar a los rincones de la India para despertar tu Consciencia interior.
Tu espíritu es tuyo y de nadie más. El único que tiene la decisión de despertarlo y ejercitarlo eres tú. Comienza a hacerlo a través de tu cuerpo, y después prestando atención a tu mente, es decir, a tu Consciencia, que es un fragmento que en todo momento se encuentra conectado al Cosmos. Lo demás, si consigues llevar un proceso sólido y decisivo, será fácil y natural.
Finalmente descubrirás que la seguridad capitalista en la que antes vivías, no hacía sino perpetuar un estado de sufrimiento crónico placentero, que irremediablementete hubiera llevado a asesinar tus sueños, planes y anhelos.

Escucho:
Love in the time of Pterosauria / Michael Giacchino
Electrolite / R.E.M. Taken from Unplugged 1991/2001: The Complete Sessions [Disc 2]

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