sábado, 8 de octubre de 2016

Manifiesto existencial

`Manifiesto a la Arquitectura en mi Vida´.


Las respuestas siempre están ahí, en su perfecto lugar. Sólo debemos verlas.
Es la primera vez que comprendo la existencia de varias de las piezas que conforman mi vida.
Esta carta representará tal vez un manifiesto íntimamente personal y sincero, expresión de los sentimientos en esta específica etapa de mi vida.
Es la primera ocasión de igual manera que integro las dos polaridades que me brindan sentido como ser humano. El conflicto radica en no haberlas visto juntas, precisamente hasta el día de hoy, que cumplo treinta y nueve años de existencia.
La respuesta, más bien, el obsequio, fue una expresión directa del Universo, justamente ahora que nuestra capacidad de raciocinio está hecha pedazos, y no nos queda más que sentarnos a descansar cada ciertos días, cuando nuestro cuerpo parece caerse por momentos.

El ser arquitecto ha representado una manera hermosísima de comprender la Realidad. Ha sido la opción única ahora lo comprendo, finalmente que pudo haber llegado a mi vida. Es una fantástica fusión entre la Historia y los elementos palpables de la realidad humana, contrastada como oximorón, contra el ambiente y contenido subjetivo y creativo de la Humanidad.
Comprendo al fin por qué he puesto pausa consciente y decidida sobre la acción de diseñar y construir, tal y como mi profesión lo dicta. Lo entendí al abrir los ojos, tomar el libro en turno, leer unas cuántas líneas, abrir el corazón, la mente infinita, así como los ojos y oídos, y conectar con el Cosmos que nos ha visto nacer, crecer, y que nos verá morir.
El arquitecto trabaja con la materia prima divina, sacra, material inexistente, que el mismísimo Espacio representa. Dicho Espacio es el alma ininteligible e intangible, más pura, y la más cercana a ser la misma acción de Dios, creando a su imagen y semejanza.
Crear. Qué sencilla palabra.
Manifestar con intenciones, lo que nuestro pensamiento y sentimiento anhele expresar al Cosmos Infinito.
Eso es diseñar.
O debería de serlo, al menos.
El Espacio no existe materialmente, es la más clara manifestación del Espíritu invisible, que existe y no existe al mismo tiempo, que puede estar y no estar, que se encuentra en todas partes y en ninguna parte a la vez. El Espacio queda limitado por tus sentidos humanos, por tu capacidad de ver el cielo, el mar, las montañas, y sentir el aire o la brisa que sopla en el ambiente. Gracias a tu calidad de `humano´ es que percibes, es que sabes que el Espacio existe. Como arquitecto, tienes el talento y la responsabilidad de utilizar tu mente y tus manos para dar forma, cual único alfarero, a la materia amorfa que te rodea, esa sustancia inexistente que utilizas, que tocas, que rozas delicadamente con tus sueños y la yema de tus dedos, para manifestar una intención, una firme orden que dicta al Espacio su cualidad de SER, siendo tú, el autor, el creador, el ente vivo e inteligente, quien le brinda soplo de existencia a algo que será.


Durante más de diez años, diseñé, construí y supervisé obras arquitectónicas, hasta que mi espíritu decidió detenerse y reflexionar. Decidí dejar de hacerlo. Aquí los puntos clave de esta decisión, que ha llevado mi vida a una profundísima reflexión intrapersonal, y a un serio cuestionamiento de las reglas y las circunstancias actuales que definen la realidad donde por lo menos en mi esencia personal de ser humano, en un único Espacio y Tiempo existo hoy por hoy:

  1. NO me siento arquitecto preparado y honesto para diseñar, para utilizar este talento nato que Dios me ha dado, como ser humano que visualiza, sueña, construye y alienta a SER, por falta de comprensión integral, de visión prospectiva a la vez que retrospectiva, por falta de experiencia para conocer y empatar con las peores y las mejores circunstancias humanas que definen quienes somos, y, por ende, quien soy, en este momento y lugar. Por no saberme digno de comprender a fondo las necesidades de las personas que me rodean, cuando mi propio cuerpo presenta un desequilibrio que altera y pone en riesgo su Salud, cuando un arquitecto servirá, trabajará para el bienestar de otros, por lo que es imperante que trabaje sobre su propio bienestar, físico y espiritual.
  2. Un espacio es una alta responsabilidad para el ser que se diga arquitecto, ya que al rozarlo y trabajar con él, se encierra, se paraliza en una serie limitada de funciones que no hacen sino convertirlo es una pobre manifestación de nuestro verdadero potencial humano. La Sabiduría de SER, de la experiencia en cuerpo y alma de sensaciones, emociones e impresiones espaciales, éticas, estéticas y humanas, son indispensables en el saber de un arquitecto, para transformar el Espacio en expresiones multi existenciales que motiven el Espíritu Humano, con inspiraciones que reflejen y trasladen a nuestras realidades, a nuevas etapas de evolución y desarrollo.
  3. Si el Espacio es la unidad-sustancia base de nuestro habitar y nuestra existencia material y terrenal, siendo lo más cercano a la llave de creación divina, deberíamos preocuparnos por desarrollar nuestra Consciencia y visión integral y espiritual, que nos lleve a contactar verdaderamente con el alma y la esencia de la Naturaleza, y el alma de la Humanidad en conjunto, para comprender como una entidad única, las necesidades fisiológicas, psicológicas y espirituales de nuestra presencia material en esta línea espacial y temporal que nos define, y cómo nuestras intenciones y creaciones alteran e interactúan con el Universo, en todas direcciones y planos de existencia.
  4. Diseñar, crear, es la más selecta y compleja cualidad espiritual jamás brindada, equiparable tal vez a la acción sublime de aplicar el conocimiento a través de la Sabiduría, con el objetivo de sanar el cuerpo, la mente y el espíritu y trascender la Enfermedad, actividad humana que hoy por hoy ha quedado pobremente sesgada y dividida en mínimos e inútiles fragmentos llamados profesiones.
Entonces, ¿por qué primero no comprender las realidades… ésta, ésa, aquella, que han acontecido a lo largo de nuestra larga existencia, para avanzar hacia una comprensión mayor, panorámica, holística, que involucre una verdadera Consciencia y honestidad humana, que nos lleve a mejorar nuestras calidades y bienestar como seres vivientes racionales?


La Arquitectura ha representado el medio que me ha permitido contactar con el Espacio. No hablo del Espacio como materia de diseño únicamente, sino como esencia del ser interno, que me ha llevado a una travesía de introspección que inició diseñando para otros, hasta que las circunstancias me llevaron a reestructurar mi propio espacio interior, los rincones de mi esencia humana, identificando y expresando los conflictos, y trabajando en ellos, hasta comprender que lo más valioso que poseemos como seres humanos es un puñado perenne de circunstancias materiales y espirituales llamadas Vida, que debemos aprender a identificar, aceptar y ordenar acorde a nuestra naturaleza y habilidades, antes de ofrecer nuestro talento a las personas que nos rodeen.

Diseñar nuestro Destino, antes de siquiera intentar mejorar el bienestar de quienes soliciten un espacio digno que refleje su valor humano.

Eso ha sido la Arquitectura en mi vida, de quien estoy profunda y sólidamente enamorado, y que me acompaña hasta el final de un viaje que hoy emprendo. Confieso que con un poco de temor y duda, pero que, lejos de alejarme de ella, me llevará a conocerla a niveles más íntimos y profundos, hasta hallar el Equilibrio pleno, que toda mi vida he anhelado, pero que sólo hasta hoy decido buscar por todos los medios a mi alcance.

Escucho:
Tinker tailor soldier sailor rich man poor man beggar man thief | Radiohead
Supersonic | Wonderwall || Oasis

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