domingo, 25 de junio de 2017

Lo que construimos con nuestras acciones

`Aprendiendo sobre los ciclos conflictivos, 
y sus mecanismos de acción´.

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La vibración de la energía de las personas puede percibirse en los grupos de trabajo. La frecuencia energética del grupo oscila en dirección de la intención social o grupal. Los talleres centrados en temas de bienestar, permiten establecer intenciones relacionadas con propósitos benéficos, como crear hábitos saludables, romper ciclos de abuso, establecer parámetros mentales positivos, aprender ejercicios base de para la meditación, entre otros…

El reciente taller nos enseñó a ser conscientes de la energía que se expresa en nosotros, en nuestras acciones, pensamientos y circunstancias personales, y cómo esta energía viaja del interior al exterior, pudiendo ser percibida por otras personas, de forma no intencional o inconsciente, llegando incluso a influir en las personas o el entorno inmediato.
Esta carga energética define y construye nuestras realidades, comenzando por pensamientos y emociones incorrectamente canalizadas. La respiración, como lo establecen muchas disciplinas relacionadas con la Salud  y el Bienestar, es la piedra angular del logro del Equilibrio.

Impresiona identificar claramente los patrones que hemos creado en nuestras vidas. Estos ciclos se construyen paulatinamente a través de decisiones, acciones e intenciones sobre las que no ponemos atención, y que se realizan sin consciencia plena.
El tema de los conflictos cíclicos como dijo una de las participantes del taller es atractivo porque todos hemos tenido en algún momento un problema o situación qué enfrentar, sin haberlo resuelto del todo.

Al no trascenderlo, el conflicto completa un ciclo en nuestras vida, y vuelve a presentarse, con mayor intensidad y complejidad. En ocasiones estos conflictos germinan y sobrepasan la existencia de una persona, atravesando a toda una generación o generaciones familiares, cuando el conflicto ha alcanzado magnitudes y complejidades que no pueden ser desmanteladas por un solo miembro de la familia.

Aprender a identificar estos ciclos es indispensable. He sido testigo de situaciones y conflictos de diversa naturaleza e índole, que derivan en abandonos familiares, violencia intra familiar, deterioro de salud, o bien, pérdida del funcionamiento o atrofio de órganos, hasta conflictos que parecen atacar a familias enteras.

Entender que los conflictos poseen un origen, y pueden ser interceptados, detenidos, y trascendidos, es una herramienta que mejora considerablemente nuestro bienestar humano.

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