`Nuestra Misión de Vida funge como brújula,
para orientar y dar sentido a nuestra existencia´.
Acorde a las tradiciones chamánicas antiguas, cada uno de
nosotros poseemos una Misión, una
asignación o conjunto de acciones que vinimos a desarrollar y compartir sobre
la Tierra en nuestra existencia.
Determinadas culturas
establecieron rituales específicos a
este respecto. Uno de los más conocidos es el que involucra a los puntos cardinales y/o a los Animales
Guía de Poder o Tótem.
La orientación geográfica-cosmogónica y la fecha de
nacimiento o llegada a la Tierra, nos brindan elementos claros y certeros
relacionados con nuestra Misión de Vida
original, la que decidimos desarrollar en un primer momento de nuestra
existencia.
Los cuatro arquetipos usualmente reconocidos como misiones de vida base han
sido compartidos por especialistas como Alberto
Villoldo, son: el Héroe, el Guerrero de Luz, el Visionario y el Sabio.
Una integración a los principios
de la Rueda de la Medicina nos
brinda la oportunidad de centrar cada arquetipo en un punto cardinal,
comenzando por el Este con el concepto de Héroe, y girando en sentido de las
manecillas del reloj, definiendo cuatro puntos cardinales básicos.
La experiencia de más de quince
años trabajando como académico, ahondando en herramientas, variables y
conceptos que tienen que ver con la Misión de Vida, me ha permitido comprender
y considerar –incluso– puntos medios debido a la interacción
entre estos cuatro arquetipos base. Es así que en mi labor como terapeuta tomo
en cuenta cuatro arquetipos más, haciendo un total de ocho arquetipos, uno por
cada punto cardinal (principal e intermedio).
Toda actividad vocacional entra en esta Rueda de Misiones. A pesar de que dos
personas tengan la misma Misión de Vida, su perfil específico será único, ya
que cada persona, dependiendo de sus Intenciones,
contexto y circunstancias personales, realizará actividades puntuales que
influyan o definan fragmentos de realidades que habiten y con las cuales
interactúen.
Así, por ejemplo, estudiando el
caso de tres personas que han sido definidas como sanadores, poseen perfiles de acción específicos:
- Hombre de más de cuarenta años. Profesionista. Centrado en labor académica.
Sanador con base de Visionario y
orientado a ser Maestro.
Objetivo personal: Guiar a las personas a la Sanación, a través
de la integración de herramientas cognitivas-prácticas de diversas naturalezas,
involucrando ámbitos mentales, corporales y espirituales.
- Mujer de menor de treinta años. Profesionista. Centrada en el diseño y construcción de espacios.
Sanadora con base de Guerrera de
Luz y orientada a ser Constructora.
Objetivo personal: Ayudar a las personas a recuperar su centro de
Equilibrio, a través de la labor de diseño, construcción e intervención de
espacios geo-emocionales-espaciales.
- Hombre de treinta años. Profesionista. Actividad centrada en la interacción espacial arquitectónica integrando la Tecnología.
Sanador con base de Visionario y
orientado a ser Líder o Héroe.
Objetivo personal: Apoyar a las personas para ampliar su
percepción de la Realidad, a través de la observación de variables externas
(sociales) e internas (humanas y personales).
Cada perfil explica e integra de
manera detallada las labores profesionales, intereses, circunstancias y
vocaciones de cada persona, haciéndole comprender que cada proceso vivido es
una pieza clave de una maquinaria de Vida mayor, que nos dirige
irremediablemente hacia el descubrimiento de nuestra Misión de Vida.
Adentrarse en el conocimiento –o reconocimiento– de nuestras misiones de vida, es una oportunidad íntima y
personal de reconectar con nuestra esencia humana, y [re]orientar nuestras
vidas hacia objetivos centrados, de profunda naturaleza espiritual.
Imagen tomada de la liga:
Escucho:
The ascent og man | R.E.M.
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