domingo, 20 de septiembre de 2015

Pormenores del Desarrollo Espiritual

¿Cuánto tiempo toma 
nuestro Desarrollo Espiritual?

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Un amigo y yo platicábamos por medios digitales en torno al despertar y desarrollo espiritual, y lo relativo que puede ser el concepto hoy en día.
Tras la charla, la relatividad se acrecentó aún más.
La experiencia de desarrollo espiritual la he presenciado en dos vertientes: la primera, que se refiere a la conexión, consciencia y amplio entendimiento de los eventos y circunstancias que hemos sufrido a lo largo de los años, en nuestras vidas. Identificar los hechos que nos han marcado como personas, como seres humanos, en términos de sufrimiento, dolor, pero también de crecimiento y desarrollo. Cada evento es un paso en una larga lista de lecciones por aprender, todas ellas relacionadas con un tópico o una serie acotada de los mismos en torno a los cuales debemos tomar consciencia o bien, desarrollar ciertos dones o habilidades de tinte metafísico y espiritual.
Este proceso toma tiempo, años, para ser más preciso. El crecimiento y el conocimiento que se obtiene se gana a través de vivir las circunstancias, a través de la experiencia en carne propia de hechos que logran influir en nosotros de maneras tan profundas, que transforman nuestra vida, es decir, la perspectiva que tenemos en relación al mundo que nos rodea. Vivimos temporalmente con dolor, con heridas puntuales que nos limitan, o nos impiden observar el Universo desde vistas libres y armónicas. El crecimiento comienza al tener la convicción de afrontar el miedo o la culpa que han originado todo, y trascender los eventos que nos han colocado en esa situación, donde finalmente somos nosotros, los únicos que hemos decidido vivir esa travesía o lección dolorosa.

La segunda experiencia se refiere al conocimiento adquirido a través de catalizadores como cursos a mediano y cortísimo plazo, o libros guiados en fragmentos determinados de tiempo, que nos someten a ejercicios y experiencias cortas pero sumamente profundas que modifican radicalmente nuestra manera de observar el mundo. Los entrenamientos centrados en este sentido tienen por objetivo acortar los larguísimos periodos temporales que viviríamos si dejáramos que las lecciones naturales de nuestras vidas tomaran forma y lugar. En cuestión de semanas o meses, nos encontramos reflexionando sobre nuestra vida y lo que queremos lograr en el Futuro, que se convierte en una extensión inmediata de nuestros presentes.

El punto de vista con respecto a ambos procesos es relativo, y basado en experiencias a corto, mediano y largo plazo.
Considero sin embargo que las lecciones indispensables requeridas para el desarrollo espiritual no tienen  que ver con el Tiempo.

Déjenme explicar la idea.

Como humanos, tenemos una obsesión con el Tiempo que se desdibuja en nuestra Historia desde tiempos inmemoriales. Drácula, Dorian Gray y otros arquetipos fabricados por nuestro inconsciente colectivo, hablan de nuestra eterna preocupación por cuestiones temporales.
Nuestras vidas, me refiero, al tiempo que dura cada una en nuestros respectivos casos, es sólo eso, un lapso, que nosotros decidimos si es largo, o corto. Durante este tiempo tenemos la oportunidad de decidir cómo vivir las lecciones que aprendemos, pero eso no significa que dichas lecciones no se presentarán a tocar nuestras puertas.
Podemos ignorar o dejar pasar los eventos que traen consigo las lecciones de las que hablamos, fundamentando nuestras decisiones con lemas que tengan que ver con lograr mayor o menor desarrollo espiritual. Éste, el desarrollo del Espíritu, tomará lo que tenga que tomar, en concepto de Tiempo, y decidir apresurarlo o no, no logrará sino truncar la vereda natural trazada por nosotros mismos antes de venir a la Tierra.
El Pasado, Presente y Futuro, son tres momentos ilusorios puestos en nuestras consciencias para que nos sea más sencillo identificar nuestra propia evolución en la vida terrenal que tenemos con nosotros, en términos materiales y verificables.
Sin embargo, Presente, Pasado y Futuro, son partes de un mismo Todo, son tres caras de una misma Globalidad, que finalmente es lo que da consciencia y sentido a nuestra Vida. Al utilizar el libre albedrío para integrar toda nuestra vida, no vista como una línea temporal, más bien, algo más cercano a una esfera perfecta, veremos que somos parte de una gigantesca Consciencia Universal donde todos, absolutamente todos, estamos conectados de maneras, formas y niveles que no somos capaces de comprender.


Las ilusiones de caminar, correr o evolucionar más rápido o mejor, nos hacen olvidar el papel específico que cada uno de nosotros viene a cumplir en este plano de existencia. La Consciencia no se trata de medir mi vida en relación con los logros o metas o eventos exitosos que he conseguido al paso del tiempo, o en aquellos que lograré si me lo propongo más allá de mi realidad y mi tiempo, más bien en la perspectiva integral y global de lo que estos logros han legado a mi Vida, sin importar la velocidad en la que se mueve el vehículo en el que viajo.

La Vida es el Presente. El Pasado es el Presente que ha tomado consciencia y ha sido trascendido, y el Futuro es el Presente que se convierte en lo que será, porque he decidido apropiarlo y vivirlo de forma natural desde ahora, desde hoy, aceptando y amando lo que fui, lo que soy, y lo que he escrito que seré

Finalmente, el proceso de nuestra Vida no puede ser ignorado o apresurado, sino aceptado tal y como es. Nuestra vida actual, la vida pasada, la vida de nuestros padres y nuestra propia vida trazada desde ahora, en el presente, forman parte de un engrane infinito donde todo se encuentra íntimamente ligado a través de una consciencia universal, donde dejamos de ser entes individuales, para tomar consciencia de una mente y existencia superior, y donde, cada uno de los momentos pasados, presentes y futuros, tienen razón de ser, juntos, no como fragmentos de piezas separadas e independientes.

Nuestra vidas, todas ellas, tienen una serie de pasos por vivir, aprehender, y de los cuales extraer lo mejor de nosotros, a través de la Experiencia, la Consciencia y la sincronicidad derivada del transcurso paulatino de los hechos que a diario, vivimos.

Escucho:
King of comedy / Let me in // R.E.M.
Shout / Ray Charles with Patti LaBelle & The Andrae Crouch Singers
Compared to what / Ray Charles & Leela James

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