`La ambigüedad de las redes sociales´.
Las redes sociales se han
convertido en una extensión de nuestra incapacidad de comunicarnos. Han pasado
a ser un sustituto de la confrontación natural rostro a rostro, donde podemos
interactuar de manera presencial y experimentar el trato físico, mirándonos a
los ojos, y descubriendo con ese simple gesto humano, nuestras emociones
reprimidas o compartidas.
La relación a través de medios
digitales ha transformado nuestra manera de ver, y de vivir la Vida, al grado
de no ser conscientes en relación a la metamorfosis que hemos sufrido.
Tristemente, a lo largo de los
últimos años, las experiencias vía redes sociales me han llevado a experimentar
situaciones complicadas, que no hacen sino convencerme que una relación
presencial merece ser la única opción para ser cultivada y mantenida cerca de mí,
por ser la única manera de entablar conversaciones honestas y sinceras, que
permiten la retroalimentación y el
crecimiento humano, lejos de la mentira o de la mala interpretación.
La comunicación vía digital es
profunda, en ocasiones aparenta ser igual de verdadera que una conversación
presencial, pero –finalmente– no
lo es.
Las experiencias me han hecho
preguntarme qué hacemos como seres humanos, al consolidar relaciones
presenciales en nuestras vidas, y mantener una presencia activa en redes
sociales, al grado de enfrentar conflictos entre ambas, que pone en peligro
nuestra integridad, y la relación de confianza entre los amigos con quienes se
mantenía la comunicación.
Días atrás, me impactó recibir
una llamada de uno de los contactos con los que mantenía comunicación. Una
persona muy querida, conocida años atrás, y con quien viví una inolvidable etapa. Mi reciente afección de salud nos hizo
entablar contacto de nuevo –tras
años de no escribirnos constantemente–
y platicar en torno a nuestro presente, siempre guardando distancia, y
recibiendo en ocasiones reproches por no responder de forma veloz, o escribir
mensajes cortos y directos. Cuando sufres un evento que transforma tu
perspectiva de Vida, tratas de ser consciente de muchas cosas, y –en mi caso– no involucrarme demasiado o involucrar a otras personas, como
antes lo hice, por ser precisamente este grado de entrega, lo que afecta tu
salud y el estado de tu bienestar. Ha sido complicado enfrentar, y comprender –aún estoy en el largo y complejo
proceso de hacerlo– las
circunstancias que vivo en el presente, y esto me ha mantenido al margen de
interactuar demasiado con las personas en todos los niveles.
La llamada en cuestión me
invitaba a hablar con la pareja del contacto con quien charlaba en esas ocasiones,
cuando ella me preguntaba en relación a mi estado de Salud y el motivo de mis
mensajes en las redes sociales. En las llamadas que me pedía responder, era
necesario aclarar el estatus de nuestra comunicación, porque la pareja de ella
aseguraba que manteníamos una relación romántica.
Impresionado por la situación, me
negué a responder y aclarar cualquier estado.
Cerré los ojos, y me pregunté
cómo se había llegado a eso. Cuando estás concentrado en salvaguardar tu
bienestar físico y –por ende– la estabilidad mental que el daño por
enfermedad conlleva, lo menos que buscas es establecer una relación o engañar a
alguien a quien estimas, gracias a la hermosa amistad de años. Y mucho menos
involucrarte o generar conflictos maritales. Considero que es improbable
establecer una relación romántica por vías digitales, tomando en cuenta que soy
una persona que prefiere la comunicación presencial. Me sorprendí que una
relación física sufra un colapso de confianza por culpa de una interacción
digital, y que se considere una interacción de amistad como un engaño o
infidelidad.
Entrando en conflicto por la
situación, y las insistentes llamadas que solicitaban la aclaración de la situación,
decidí no involucrarme. Hacerlo significaría en realidad que había “algo” que
aclarar, cuando en realidad una relación de amistad sincera vía red social se
había transformado en un pretexto para concluir una relación existente en la
realidad.
Considero que conflictos como
éstos tienen su origen en la naturaleza misma de la relación real, y el problema
de confianza es muchísimo anterior al conflicto generado por una supuesta
relación romántica (virtual) tomada como engaño o infidelidad.
Circunstancias como ésta nos
hacen desistir del uso bienintencionado al elegir la comunicación vía red
social, y permanecer activo sólo en relaciones presenciales, donde podemos
mirarnos a los ojos, confirmar nuestras intenciones verdaderas y honestas, y
hablar de frente, si es que se presenta una situación que pudiera generar
conflictos mayores.
Las redes sociales y la Tecnología no hacen sino acrecentar
nuestra falta de Consciencia, y ser
herramientas para tergiversar nuestra realidad, perdiendo la perspectiva entre
el límite de ésta, y la ambigüedad de un ambiente virtual.
Escucho:
Salomé (Zooromancer Remix) / U2