sábado, 28 de mayo de 2016

Entre la Comunicación y la Realidad

`La ambigüedad de las redes sociales´.


Las redes sociales se han convertido en una extensión de nuestra incapacidad de comunicarnos. Han pasado a ser un sustituto de la confrontación natural rostro a rostro, donde podemos interactuar de manera presencial y experimentar el trato físico, mirándonos a los ojos, y descubriendo con ese simple gesto humano, nuestras emociones reprimidas o compartidas.
La relación a través de medios digitales ha transformado nuestra manera de ver, y de vivir la Vida, al grado de no ser conscientes en relación a la metamorfosis que hemos sufrido.
Tristemente, a lo largo de los últimos años, las experiencias vía redes sociales me han llevado a experimentar situaciones complicadas, que no hacen sino convencerme que una relación presencial merece ser la única opción para ser cultivada y mantenida cerca de mí, por ser la única manera de entablar conversaciones honestas y sinceras, que permiten la retroalimentación y el crecimiento humano, lejos de la mentira o de la mala interpretación.
La comunicación vía digital es profunda, en ocasiones aparenta ser igual de verdadera que una conversación presencial, pero finalmente no lo es.
Las experiencias me han hecho preguntarme qué hacemos como seres humanos, al consolidar relaciones presenciales en nuestras vidas, y mantener una presencia activa en redes sociales, al grado de enfrentar conflictos entre ambas, que pone en peligro nuestra integridad, y la relación de confianza entre los amigos con quienes se mantenía la comunicación.
Días atrás, me impactó recibir una llamada de uno de los contactos con los que mantenía comunicación. Una persona muy querida, conocida años atrás, y con quien viví una inolvidable etapa. Mi reciente afección de salud nos hizo entablar contacto de nuevo tras años de no escribirnos constantemente y platicar en torno a nuestro presente, siempre guardando distancia, y recibiendo en ocasiones reproches por no responder de forma veloz, o escribir mensajes cortos y directos. Cuando sufres un evento que transforma tu perspectiva de Vida, tratas de ser consciente de muchas cosas, y en mi caso no involucrarme demasiado o involucrar a otras personas, como antes lo hice, por ser precisamente este grado de entrega, lo que afecta tu salud y el estado de tu bienestar. Ha sido complicado enfrentar, y comprender aún estoy en el largo y complejo proceso de hacerlo las circunstancias que vivo en el presente, y esto me ha mantenido al margen de interactuar demasiado con las personas en todos los niveles.
La llamada en cuestión me invitaba a hablar con la pareja del contacto con quien charlaba en esas ocasiones, cuando ella me preguntaba en relación a mi estado de Salud y el motivo de mis mensajes en las redes sociales. En las llamadas que me pedía responder, era necesario aclarar el estatus de nuestra comunicación, porque la pareja de ella aseguraba que manteníamos una relación romántica.
Impresionado por la situación, me negué a responder y aclarar cualquier estado.
Cerré los ojos, y me pregunté cómo se había llegado a eso. Cuando estás concentrado en salvaguardar tu bienestar físico y por ende la estabilidad mental que el daño por enfermedad conlleva, lo menos que buscas es establecer una relación o engañar a alguien a quien estimas, gracias a la hermosa amistad de años. Y mucho menos involucrarte o generar conflictos maritales. Considero que es improbable establecer una relación romántica por vías digitales, tomando en cuenta que soy una persona que prefiere la comunicación presencial. Me sorprendí que una relación física sufra un colapso de confianza por culpa de una interacción digital, y que se considere una interacción de amistad como un engaño o infidelidad.
Entrando en conflicto por la situación, y las insistentes llamadas que solicitaban la aclaración de la situación, decidí no involucrarme. Hacerlo significaría en realidad que había “algo” que aclarar, cuando en realidad una relación de amistad sincera vía red social se había transformado en un pretexto para concluir una relación existente en la realidad.
Considero que conflictos como éstos tienen su origen en la naturaleza misma de la relación real, y el problema de confianza es muchísimo anterior al conflicto generado por una supuesta relación romántica (virtual) tomada como engaño o infidelidad.
Circunstancias como ésta nos hacen desistir del uso bienintencionado al elegir la comunicación vía red social, y permanecer activo sólo en relaciones presenciales, donde podemos mirarnos a los ojos, confirmar nuestras intenciones verdaderas y honestas, y hablar de frente, si es que se presenta una situación que pudiera generar conflictos mayores.
Las redes sociales y la Tecnología no hacen sino acrecentar nuestra falta de Consciencia, y ser herramientas para tergiversar nuestra realidad, perdiendo la perspectiva entre el límite de ésta, y la ambigüedad de un ambiente virtual.

Escucho:
Salomé (Zooromancer Remix) / U2

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