sábado, 9 de septiembre de 2017

Los patrones como origen de Enfermedad

`Circunstancias adversas y obstáculos
son antesala causal de cuadros 
de desequilibrio emocional 
y enfermedad física´.


Nuestra vida está conformada por actividades, rutinas, pensamientos anclados y repetitivos que dan forma a nuestra cotidianidad y a nuestra existencia.
En muchas ocasiones, sin percatarnos conscientemente de ello, damos forma a pensamientos y rutinas que consolidan en nosotros actitudes y maneras de ver, percibir y ser, ante las circunstancias que nos rodean.

En muchos casos más, esa actitud derivará en un desequilibrio emocional y/o físico, que lentamente nos lleva por un camino que concluye con una manifestación corporal (enfermedad o pérdida de funciones corporales) ante la realidad que paulatinamente hemos creado, sin ser conscientes de ello.
En varios casos abordados y analizados, descubro que, anterior a la enfermedad que una persona manifiesta (sea ésta de cualquier naturaleza) la Vida le ha mostrado advertencias o mensajes, referentes al desequilibrio que experimenta y sobre el que se debe trabajar, pero que no vio o identificó.
En la gran mayoría de los casos, la persona aborda su situación cuando la enfermedad se ha manifestado, por lo que la idea que guarda en ese particular momento es exclusivamente la de curar su cuerpo. Centrados en esa idea y objetivo, se pierde la perspectiva de lo que debe ser abordado, por concentrarnos exclusivamente en detener el avance físico de la enfermedad, no perder la Salud de manera definitiva, o en su caso no perder la Vida.

La importancia de reconocer la existencia de los patrones, e identificarlos en nuestras propias vidas, nos brinda la oportunidad de anticiparnos a la enfermedad, o (si ésta no ha alcanzado la fase `terminal´) afrontarla, para reconocer el mensaje implícito que es necesario analizar, comprender, aceptar y aplicar.
En un gran porcentaje de los casos abordados, los ejercicios metafísicos arrojan la existencia de patrones siempre anteriores a la enfermedad, donde se repite la misma circunstancia, en diferentes contextos y Áreas de Vida, manteniendo constante la misma premisa.
Así, por ejemplo, se viven a lo largo de cuatro años, una pérdida de una relación muy cercana y querida, una pérdida de bienes materiales o el trabajo que se tenía, y la pérdida de la Salud por una afección o serie de afecciones que desestabilizan nuestro cuerpo y nuestra vida.

Los tres eventos por sí mismos parecen variables propias y aisladas una en relación a la otra. Si identificamos y las relacionamos, encontraremos que la constante en estas tres variables es la `pérdida´ de objetos, personas o circunstancias. 
En ocasiones la experiencia física que se manifiesta repetidamente (en este caso relacionada con la `carencia repentina de algo´) no es importante tanto como la profundización en relación al sentimiento o emoción consolidada en cada una de las pérdidas. En este ejemplo en particular, a pesar de ser la `pérdida´ la constante, lo interesante es la sensación despertada en la persona que las ha sufrido, quien independiente del ámbito o contexto de la pérdida ha caído en cuenta que lo que le ha generado conflicto en realidad no es lo perdido en cada caso, sino generalizando el mensaje de la Vida de sacarlo de una etapa y plataforma de confort, y comodidad, donde era incapaz de responsabilizarse de sus propios recursos, habilidades, cualidades y acciones, porque contaba con todas las cosas, accesibles o resueltas. Irónicamente, al perder personas, objetos o circunstancias, el mensaje dejado siempre ha sido el mismo: hacerse responsable de las propias decisiones y aprender a valerse por sí mismo.

En este ejemplo en particular, el cuerpo, tras varios años de haber mantenido una buena Salud, llega al punto de una intervención quirúrgica donde es indispensable la extracción de un órgano o parte de él, que –metafóricamente hablando representa la lección implícita en los casos anteriores. La persona que narra el evento reconoce entonces que tras esa `pérdida´ corporal, el sentimiento es el mismo, más potente y palpable, y por ende, la lección a aprender: de haberme hecho consciente o responsable de mis actos, y haber puesto atención en mis acciones conscientemente, todas las pérdidas no hubieran ocurrido.

Son muchas las personas que hemos atravesado por afecciones de Salud que deterioran, anulan o generan pérdida de las funciones de nuestros órganos corporales, y que mantenemos la vida bajo ciertas limitantes o condiciones. Reconocer que estas afecciones provienen de lecciones anteriores y cíclicas no resueltas o aprendidas, prevendrá futuras circunstancias de Salud o bienestar físico, donde nuestra vida incluso presente peligro o se halle comprometida.

Un trabajo constante, sostenido y guiado puede (y debe) ser llevado por las personas que presentan desequilibrios en su vida en cualquier nivel y de cualquier índole.
Los patrones no son malos, no si los comprendemos como herramientas conscientes para diseñar y construir nuestras vidas, acorde a objetivos y metas claras y elevadas.

Imagen que acompaña a nota, tomada de la liga:

Escucho:
Always have, Always will | Ace of Base

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