`En ocasiones, las respuestas deben buscarse
en el interior de las circunstancias´.
La Sanación se basa en un triángulo interactivo, que involucra tres
partes o elementos: mente, cuerpo y espíritu. Comprender lo que nos sucede en nuestras vidas en un
determinado momento, tiene que ver con el análisis de las tres variables.
Estamos acostumbrados a centrarnos en sólo una de ellas, máximo en dos, y
afrontamos el conflicto desde la Medicina,
la Psicología, la Religión, o disciplinas afines a la
naturaleza del problema que sufrimos.
He escrito en algunas notas en
torno a mi propio caso. Una afección autoinmune,
que deriva en su desarrollo en una enfermedad
crónico degenerativa. Su diagnóstico cambió por completo mi vida, y mi perspectiva
en torno a ella.
Como es obvio, afronté el
conflicto desde el punto de vista exclusivamente médico, para encontrar una
cura o un tratamiento, además de hallar una explicación del por qué de este proceso degenerativo en
mi cuerpo. Una vez curada la afección, no deseaba que se repitiera. Es un
hábito que he desarrollado –comprender
cómo opera el mecanismo de cualquier reloj–,
que –hasta ahora– me había funcionado sin problemas.
Me sorprendió la cantidad de
casos, de afecciones o circunstancias de Salud para las cuales la Medicina no
posee explicación. Las afecciones autoinmunes son una de estas etiquetas.
Me ha tomado cerca de once meses
retroalimentar el análisis y la comprensión de mi propio caso. Gracias a
personas queridas, cercanas a mí y a mi familia, senté las bases para un
estudio personal más amplio, integrando (además de los campos mencionados
antes) variables como la Descodificación,
la Metamedicina, los procesos energéticos, y las variables espirituales, que incluyen guías y
principios de Luz, Divinidad y Consciencia.
La Salud y el Bienestar de
nuestro ser dependen de la interacción de los tres elementos escritos al inicio
de esta nota: mente, cuerpo y espíritu. Una desequilibrada interacción entre
ellos puede generar conflictos o circunstancias de Salud que derivarán en
afecciones o enfermedades del cuerpo o de la mente. La premisa siempre ha sido
tratar las afecciones con ayuda de la Medicina, y apoyar este tratamiento con
una toma de responsabilidad personal
hacia nuestras decisiones, contexto y nuestro ser integral. Estamos
acostumbrados a responsabilizar al ambiente externo de nuestra pérdida de
Salud. Y es natural hacerlo, sin embargo, nuestro cuidado, Intención, decisiones y perspectiva, depende únicamente de
nosotros, y permitir que una enfermedad merme nuestro bienestar, no es algo
grato, o lógico. Lo aprendí cuando el diagnóstico que recibí fue de una
afección autoinmune para la que no existe explicación, prevención, tratamiento
o curación, médicamente hablando.
En este caso, no puedo
responsabilizar a la Medicina de la pérdida de mi Salud, o peor aún, de mi
propia Muerte, sólo porque la
Ciencia médica no ha encontrado aún una explicación y una opción para ayudarme.
Sería altamente frustrante y un proceso de rabia, ira y culpa que personalmente
no deseo cultivar.
Mi perspectiva de vida se
transformó radicalmente también, obligándome a comprender a golpes la lección
implícita, después de visitar y compartir mi caso con más de diez especialistas
médicos (incluido el considerado mejor especialista en mi país, en el ramo): la responsabilidad de nuestra condición y Bienestar
depende de nosotros mismos. Todo lo demás es mero apoyo para mantener dicho
Bienestar, y en algunos casos, esos apoyos –como
todo– fallarán. Puedes culpar a los
médicos, a la Medicina, a la Vida o a Dios, o puedes pasar la página, y
continuar por tus propios medios.
Aprendí que puedo perder el
tiempo echando la culpa, discutiendo, o buscando respuestas donde sé que (aún)
no las hay. Me refiero a elementos externos.
Personalmente no deseaba perder el tiempo, cuando el cuerpo me ha
puesto fechas límite, y la Vida, de repente, se encontraba comprometida.
Entonces miré hacia el único lugar
que quedaba por mirar: hacia el interior.
Si el elemento externo no puede ofrecer una opción de resolución, entonces debo
generarla por mí mismo.
Esta premisa significó detener mi
existencia y realizar transformaciones que jamás consideré antes, ni siquiera
en los peores sueños, en las más increíbles condiciones imaginadas.
Renunciar a un trabajo estable,
exitoso y pleno, comenzar a considerar el desarrollo
corporal como una opción sólida y válida (y el primer eslabón de una
recuperación), un trabajo de descodificación
mental profundo no realizado antes, para conectar, asimilar y trascender
eventos acaecidos a lo largo de mi vida, y la comprensión energética de mi existir, realizando estas actividades en tiempo completo.
Detener mi existencia (más no mi vida), y comprender paso a paso el
mecanismo que le otorga movimiento.
A cerca de un año de haber
experimentado la última crisis de Salud, además de la emocional tras la
realidad médica, es así que la concentración, la Intención se han deslizado hacia la responsabilidad personal y única. Nadie tiene la culpa de mi
situación: soy responsable de lo que suceda conmigo.
Hemos comenzado a compartir los
resultados, los mecanismos de las herramientas diseñadas, las experiencias y el
conocimiento base utilizado para la comprensión de mi caso, de otros casos, a
través de sesiones de terapia, trabajo energético personalizado, y talleres.
Este año, tan solo, diseñaré íntegramente diez talleres para abordar las bases
de esta primera fase, donde he estabilizado en poco más de once meses mi
condición mental-emocional, logrado que el cuerpo se reponga en condición
física y resistencia (eliminando los cuadros de enfermedad recurrentes por
infecciones o fallas de órganos, además de desequilibrios mentales, como ansiedad y depresión), y aún trabajamos energéticamente para identificar y
orientar a la remisión las variables que originan la afección degenerativa. Me
refiero a que `trabajamos´, porque cuento con la visión médica de mi hermana,
médico con dos especialidades y una sub especialidad; mi madre, amoróloga y experta en situaciones emocionales, y amigos y especialistas en diversos campos a quienes
he consultado o quienes han despertado en mí interés en otras perspectivas y/o
herramientas.
Hace unos días charlaba con un ex
alumno, en una de mis primeras salidas tras meses de enclaustramiento auto
impuesto, sólo para compartir el mismo mensaje que escribo en esta nota tras
meses de Silencio y (aparente) inactividad: sean
cuales sean las personales circunstancias que te aquejen y hagan tu vida
miserable, la decisión de desistir y darte por vencido es exclusivamente
personal e intransferible. Si no te responsabilizas de ello, de ti mismo, absolutamente
nadie podrá ayudarte a recuperar tu condición de Bienestar. En este sentido,
estás sólo contra el Mundo, pero habremos personas que podremos compartir
contigo nuestra experiencia al respecto hasta el momento, y ayudarte a decidir
y a continuar buscando las respuestas en la acción.
Imágenes tomadas de las respectivas ligas:
Triángulo en imagen:
Fondo de ilustración:
Escucho:
Come home | Laid || James
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