`Enfermar es un camino en un solo sentido: sanar´.
Enfermar representó un parteaguas en mi vida en absolutamente
todos los sentidos. La experiencia de transitar una enfermedad que diariamente
merma tu Salud no es grata, muchas personas podrán confirmarlo desde el punto
de vista fisiológico, sin embargo, tras
crisis físicas y anímicas a lo largo de poco más de dos años, descubrí [y
comprendí] que la Enfermedad conlleva la gran responsabilidad de sanar.
La respuesta que darán todas las
personas enfermas en un primer momento tras la obligada pregunta de si ellas
deseaban estar enfermas, será un rotundo `no´. ¿A quién le gustaría enfermarse por gusto o por deseo propio? La
misma respuesta di en algún momento, al inicio del proceso de manifestación de mi
enfermedad.
Enfermar es un proceso natural en
muchos sentidos. Todos enfermamos. Lo que no es natural es, una vez descubierta
la enfermedad en sus primeras etapas, continuar enfermos. Eso no es normal, ni
deseable, y no debería ser permitido.
A lo largo de los meses, tras las
consecuentes crisis que afectaron mis fuerzas físicas, ánimo, metabolismo y
dañaron algunas funciones de mi cuerpo, tuve que profundizar mucho más que en
aquello que la Medicina o la Metafísica compartieron. Y eso fue
sumamente complejo, pero debí tomar un rumbo disciplinar distinto a todo aquello
que antes había estudiado, o me encontraba estudiando desesperadamente: debía profundizar en mí mismo.
Ser consciente (por primera vez
en mi vida) en las decisiones que me llevaron a enfermar. Muchas de ellas
inconscientes y no planeadas. Me refiero, decisiones no tomadas con el objetivo
de enfermar, pero si lejanas de mis verdaderas metas y proyectos de vida como
ser humano.
Tomar la decisión de sanar, de
confrontar la enfermedad fue una de las decisiones más difíciles que he debido
tomar, porque, la esencia de la decisión no conllevaba únicamente la Salud,
sino la serie de acciones que debía llevar a cabo para comenzar el proceso de Sanación.
Uno piensa que pagas por el
servicio de salud de la institución de tu preferencia, y te sientas en la silla
del consultorio, esperando que el médico cure todo aquello que está mal, porque
esa es su responsabilidad, y tú has decidido curarte, así que la sola acción de
estar delante de él y seguir sus prescripciones, debe ser suficiente, ¿o qué
no? ¿Quién se cree el médico al no poder
regresarme la Salud que perdí?
Todas las indicaciones,
prescripciones, tratamientos médicos y metamédicos
–en mi caso– fueron inútiles. Nada pudo hacer que mi cuerpo recuperara la
Salud, y peor aún, continuaba degradándose irremediablemente.
¿Quieres ser sanador?
Me llegó la pregunta un día,
mientras me hallaba acostado, denigrado, abatido y molesto.
¿Siempre quisiste ser sanador?
La pregunta me la había hecho
años antes de abandonar mi trabajo, cuando la enfermedad lo cambió todo en mi
vida, y debí decidir entre continuar trabajando, o detenerme para afrontar la
enfermedad, con todas las verdades y realidades que ésta implicaba.
Estudiar Medicina era prácticamente imposible por los tiempos y la edad.
Además, no soportaría un ritmo de estudiante con la afección corporal a
cuestas. Opción eliminada de inmediato.
Entonces comencé a estudiar.
Comencé a estudiarme a mí mismo. A aplicar lo aprendido en los libros, en las
lecturas, en la experiencia como arquitecto, catedrático y tutor a lo largo de
quince años.
Me abrí a mí mismo como un libro,
y hurgué, primero en la superficie, y posteriormente más y más profundo, hasta
que encontré elementos, circunstancias, emociones y pensamientos que no tenía
idea que existían interactuando en mi cuerpo
y mi mente. Con ayuda de la Medicina, la Psicología, y la disciplina Reiki,
comencé a tentar las fibras físicas y emocionales más profundas y sensibles de
mi cuerpo, en un proceso que tomó cerca de ocho meses de análisis, diagnóstico
y comprensión de la enfermedad. La Enfermedad no se manifestó entonces para mí
como una afección con sus consecuentes síntomas y daños corporales, más bien,
como una condición humana, una decisión propia que integró
incongruencia entre el pensamiento,
la palabra (expresión) y la acción.
Sí, en verdad deseaba ser sanador.
Fue la respuesta en presente para
aquella pregunta en pasado, años atrás.
Pues entonces debes confrontar la Enfermedad en carne propia, para
aprender a sanar, primero sanándote a ti mismo.
En mis libros de Arquitectura había descubierto la
historia de arquitectos varios que tuvieron la oportunidad de diseñar y construir sus propios despachos y
viviendas. Los procesos en la mayoría de los casos, implicaron un profundo
proceso de introspección personal, de
autoanálisis y autoconocimiento, como abriendo una cueva, para descubrir los
elementos, las sombras, las dudas, los miedos y demás elementos de Diseño,
propios, necesarios, obligatorios, para fundamentar el osado proyecto. En
muchos casos, el resultado tras el proceso es una obra arquitectónica impresionante, valiosa, única, que integra a la
perfección la Ciencia, el Arte, con el espíritu humano.
Sanar, comprender mi propio
proceso de Sanación ha sido una tarea
imposible, titánica en todo sentido, porque involucró dejar entrar Luz a donde
comúnmente guardamos oscuridad. A sitios y circunstancias que continuamos
viviendo por necedad, por rutina, cotidianidad o simple hastío. Porque no somos capaces de merecer otra cosa
que lo que tenemos en el Presente.
Irónicamente, eso es sólo una
decisión, una de muchas que tomas, y con la que continúas viviendo, esperando
seguir adelante sin contratiempos o reveses.
Pero es inevitable. La Enfermedad
llegará, porque inconscientemente la atraes con tu necedad de no escuchar lo
que tu espíritu tiene que compartirte.
La meta de ser sanador ha sido una vocación. Un anhelo
por el que no luché a través de los anteriores años a la enfermedad. Todos
somos sanadores –entendí– porque en algún punto del camino
nuestro cuerpo nos pone a prueba para sanarnos a nosotros mismos.
En casos específicos, el proceso
de Sanación requiere una atención
profunda y completa.
Ése fue mi caso.
Continúo aprendiendo,
preparándome, reinventando y retroalimentando el conocimiento aprehendido en
las actividades y experiencias profesionistas anteriores.
Enfoco ahora la atención al
proceso de sanar, de comprender la Enfermedad desde el punto de vista Metamédico y humano, con sus
circunstancias corporales y emocionales implícitas. La Intuición, la Guía de Seres
de Luz, la práctica energética y
el Reiki han sido disciplinas en las
que me he adentrado en los últimos meses, primero como tratamiento personal
para descubrirme a mí mismo, y posteriormente para ofrecer guía y ayuda a
quienes me rodeen y deseen recibirla, además de proyectar y alimentar ese
anhelo por el que no luché en su momento, pero en el que me enfoco consciente y
de forma dichosa ahora: ser un sanador,
comenzando a trabajar en la propia parcela del campo personal, y enfocado en
desarrollar esta vocación, finalmente.
Imagen editada digitalmente, original tomada de la cuenta `Instagram´
de @jefrancox.
Escucho:
Everything in it's right place | Optimistic [Live] || Radiohead. Taken from Kid A [Limited Edition] [Disc 2]
Showdown | Black Eyed Peas