jueves, 15 de noviembre de 2018

Alternativas para sanar

`Sanar no es una opción, 
debe ser considerada la única alternativa´.


Las terapias alternativas han sido vistas desde siempre por la Medicina en general, como medios que no ejercen influencia alguna en el bienestar físico de las personas, y por lo regular son desestimadas.
El aspecto a considerar es que la Medicina actúa de manera inmediata en nuestro organismo, centrando sus esfuerzos en nuestro cuerpo únicamente, bajo el principio físico de acción-reacción, por lo que el proceso de Curación es inminentemente veloz, ya que modifica procesos químicos y biológicos de nuestros sistemas, independientemente de nuestros procesos psicológicos (mentales).
Las terapias alternativas poseen un principio diferente, ya que algunas de ellas se concentran en las tres variables de nuestro ser: mente, cuerpo y espíritu, en armónica interacción.
Hablar de espíritu significa ser conscientes de la energía y cómo su frecuencia y vibración influye sobre la materia que representa nuestro cuerpo. Algunos le llaman Pensamiento, la Religión le nombra Fe. Finalmente es una fuerza intangible, que no puede medirse objetivamente con instrumentos científicos. El ámbito espiritual involucra aspectos relacionados con el Libre albedrío, enseñanzas y valores humanos, e independientemente de la Religión de la que se trate, de conceptos subjetivos como Muerte, Vida, Libre albedrío, Bien, Mal y Vida después del plano material.

La clave se encuentra en considerar que, al igual que la Medicina influye sobre el cuerpo, plataformas filosóficas como Reiki o Tai Chi, y cualquiera basada en la Meditación, la toma personal de Consciencia o la labor en el sentido energético, afectan la mente del individuo, variando los procesos mentales y por ende, los energéticos, influyendo o inspirando en el ámbito espiritual.
La Fe en la Medicina se basa precisamente en su eficacia y rapidez, ya que actúa sin la necesidad de que la Intención de la persona se encuentre activa. En muchas de las intervenciones quirúrgicas, la conciencia de quien es intervenido no se encuentra activa, y aún así la operación médica logra su objetivo. No necesita de la Intención de la persona como elemento crucial y activo, para conseguir la meta trazada.

Utilizando la toma de Consciencia, a través del manejo de pensamientos y de herramientas como la Meditación, se trabaja lenta y paulatinamente sobre la variación en la vibración energética de la persona tratada, cuya metamorfosis comienza desde la identificación clara de los pensamientos y actitudes personales, para traer a la realidad individual aquellos elementos que generan el desequilibrio o la enfermedad.

La valía y efectividad de la terapia energética no depende directamente de quien la brinda, sino de quien la recibe. Éste es el punto que hace que pierda validez frente al campo de la Medicina. El estudio y comprensión de la mente es un campo vasto, subjetivo y aún desconocido, ya que los procesos que se realizan dentro de ella son altamente personales, introspectivos, acorde a las creencias, valores y sentimientos de cada persona. El cuerpo por el contrario posee mecanismos repetitivos y válidos en la gran mayoría de los seres humanos.
La terapia energética sigue una serie de protocolos y de metodologías, que a diferencia de los procesos de la Medicina no pueden ser estandarizados, porque la mente no sigue procesos universales, como los que permiten la funcionalidad y equilibrio del cuerpo.

`Todos respiramos y experimentamos bombeo de la sangre a través de latidos del corazón. Sin embargo, nuestra frecuencia cardiaca o variación en la respiración responde a variables que son por completo subjetivas e individuales para cada persona´.
La terapia energética se centra en los elementos que originan las variaciones subjetivas que conllevan a enfermedades manifestadas.

Por lo tanto, no se trata de dosis o sustancias químicas determinadas que modifiquen o corrijan procesos del cuerpo. Hablamos de percepciones de naturaleza mental. Y cada persona posee una determinada perspectiva al momento de percibir la realidad que vive.
La vibración energética depende de la sana percepción de la realidad.
Los tratamientos energéticos tienen sentido, validez y son efectivos y reales, en la medida en que las personas que las reciben o desarrollan equilibren el trabajo en los tres sentidos: corporal, mental y espiritual.
Se trata entonces de aprender a vivir la realidad a través de la interacción entre los pensamientos, las palabras expresadas y las acciones o actitudes tomadas. 

Una persona verdaderamente sana (y sanadora) expresa y refleja congruencia en su vida: paz, serenidad, Sabiduría, estabilidad y Bienestar en todos los sentidos. No logró esa tranquilidad y Sabiduría de espíritu con un tratamiento médico a base de intervenciones quirúrgicas o dosis de medicaciones constantes. El verdadero cambio se manifestó desde su interior, desde el momento en que decidió que cada evento en su vida [incluyendo las intervenciones médicas] cobrara sentido y le brindara orden y significado a su individual existencia.

Si las enfermedades son desequilibrios corporales, la interacción con otros elementos de índole mental y energética o espiritual, fungen como tratamientos igualmente válidos para regresar a la persona enferma al Equilibrio y a la Salud respectiva. La validez, tiempo de logro del objetivo, y profundidad del proceso de Sanación depende en gran medida de la entrega, constancia y certeza con las que la persona enferma comience el trabajo de equilibrio, ya que debe de replantear en muchos casos, variables de orden psicológico, familiar, social y/o cultural, forjados a través de años y años de vivencias y formación, y que representan replantear su actual realidad, y decidir si la considera válida o si pone en marcha la firme y clara Intención de transformarla, desde su propia existencia y personal percepción.

Es igualmente válido por lo tanto que el tratamiento incluya dosis en ejercicios de Meditación, trabajo mental individual, cambio de pensamientos y actitudes, y cuidado integral de uno mismo.
En este sentido, la Medicina aspira a que el individuo cuide de sí mismo, buscando la Prevención y/o Curación de sus enfermedades, mientras que la terapia energética buscará que el individuo sea consciente de sí mismo, lo que aspirará a la Sanación: una congruente percepción de la realidad interna, en armonía con la externa, del ser humano respectivo, traducida en Salud y Equilibrio, plenos.

Imagen tomada del sitio:

Escucho:
Shed a light | Robin Sculz featuring David Guetta, Cheat Codes
On child | Un sueño || Robin Sculz
Kansas | Sorcererz || Gorillaz

No hay comentarios:

Publicar un comentario