`Levantarse no siempre es sencillo.
Encontrar la Fortaleza para hacerlo,
es una decisión que personas
extraordinarias pueden inspirarte
a tomar´.
Poco más de año y medio desde que
el diagnóstico médico me obligó a tomar decisiones drásticas en mi vida, y debí
concentrarme de tiempo completo en mi recuperación y mi Salud.
Aprendí que nuestras decisiones
nos llevan por veredas, por caminos que no siempre alcanzamos a vislumbrar a la
lejanía, a pesar de que nuestra Intuición
nos guía y nos brinda orientación en todo momento. Pero rara vez le hacemos
caso. Inconscientemente preferimos la Ignorancia, o bien, el Dolor.
Haber abandonado la actividad
profesional y académica fue sólo una de las tantas circunstancias a las que
tuve que hacer frente. No podría resumir en una nota todo lo que aconteció,
anterior, y a lo largo de los meses subsecuentes.
Un giro de ciento ochenta grados,
que me llevó a replantear toda mi existencia, mi actuar, mi labor, y mi Misión de Vida.
El cuerpo siempre permaneció
recio, fuerte, soportando el intento personal que hice al paso de los días,
para recuperar todo lo perdido. La mente es más débil, más vulnerable, y en más
de una ocasión se dio por vencida; sin embargo, siempre tuve conmigo el apoyo
de mi familia, extraordinaria, que me mantuvo a flote en los momentos más
críticos, donde perdí la Fortaleza y
la Decisión de continuar adelante.
Cuando la Vida te coloca en circunstancias adversas que ponen en jaque mate tu propia existencia, es
cuando valoras, recapitulas, y replanteas quien
eres y quien serás a partir de
ese momento clave.
Una de las primeras decisiones tomadas –quizá más por desesperación, que por consciencia– fue buscar
un maestro, un guía que me acompañara
y asesorara en este tránsito, en esta
fase de transición y metamorfosis, para encontrar respuestas,
para profundizar en el aprendizaje obligado –si es que lo había–.
Tras la visita a muchas personas,
entre los que se encontraron médicos
especialistas, botánicos, terapeutas, psicólogos, y chamanes,
finalmente encontré a Eloísa Delgadillo,
extraordinaria mujer, maestra en Reiki,
cuyo tratamiento energético –de apoyo a tratamiento médico–, asesoría, y lecciones, me brindaron
las bases para recuperar la estabilidad personal en todos los sentidos.
La disciplina que ella misma se
encargó de enseñarme, estuvo integrada por toda una Filosofía y perspectiva de
Vida, que me ayudó a modificar el pensamiento y a consolidar la manera de percibir y comprender el entorno.
Gracias a su guía y su apoyo
incondicional, tras varios meses de trabajo arduo, corporal, mental y espiritual, el camino hacia la claridad
ha vuelto a mi vida.
Este período ha sido un ciclo,
quizá el más complicado que he experimentado hasta el momento, que me ha
exigido lo que jamás circunstancia alguna me había exigido antes. Lo que al
principio comenzó siendo una crisis que me acercó al declive físico y a la Muerte, se ha convertido para mí en un
reto personal, gracias a personas como Eloísa, mi familia: padres y hermanos, y
amigos íntimos, quienes han estado cerca de mí en muchos sentidos. Mención
aparte merecen los ex–alumnos a quienes impartí clases a lo largo de los años.
Gracias a ellos –los pocos que se mantuvieron en contacto– que escribieron o dieron
en persona palabras de aliento, o abrazos físicos que me inspiraron a
mantenerme firme. Agradezco sus muestras de cariño y apoyo, y les doy las
gracias de igual manera por permitirme haber sido parte de su formación, mucho
más allá de las simples y ortodoxas reglas de una profesión. Gracias por compartirme su experiencia, su legado y sus proyectos de Vida. Gracias a ustedes mantuve
la fuerza colocada en la calidez y en
la calidad humana, ante todo.
Mientras escribo estas palabras,
puedo decir que actualmente soy de las personas que ha aprendido de la forma
difícil que la Vida es más allá que una simple profesión, un trabajo o una
familia.
Se trata de encontrar verdadera Intención, razón, sentido a tu
existencia.
Se trata de encontrar
actividades, acciones, que sirvan a otros, pero que te reditúen personalmente
satisfacciones y bases para ser pleno, explotando quien eres, lo que sabes, lo
que puedes hacer y lo que puedes construir en ti mismo poniendo tus dones libre y de forma responsable al
servicio de quien verdaderamente los necesita, para aprender, para crecer como ser humano, para ser consciente del pequeñísimo papel que cada cosa juega en el entorno, en un mundo donde la rigidez,
inconsciencia, ignorancia e incongruencia de las personas lo cubre todo.
Encontrar sentido a tu vida
significa reencontrarte, aceptar tus circunstancias, transmutarlas, trascenderlas,
trabajando en ellas de forma consciente y
responsable, hasta que logres aceptar el ser humano que ha quedado al final del
día, de los días. A veces, de los meses, o de los años, a través de la auto aceptación y el Amor incondicional.
Hallar sentido a tu vida es
sanar. Sanarte. Es encontrar en cada
hecho, en cada persona, en cada circunstancia u obstáculo de tu existencia, no
importa el momento, tiempo, espacio o lugar, la pieza que requieres para ser
pleno.
La decisión es única, personal e intransferible.
Y el sentido de tu vida lo
encontrarás siempre latiendo dentro de ti, jamás en alguien, o en algo más. Nunca en el entorno, nunca responsabilizando a aquello que te rodea.
La Intención es sólo TUYA, y la limitación de no hacerlo posible, lo es de igual manera.
Escucho:
Better strange | Chairman Gou || James Supercave
All in one night | Stereophonics
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