domingo, 26 de mayo de 2019

¿Ayudar o ser ayudado?

`Ayudar o no ayudar, he ahí el dilema´.


Uno de los conceptos más debatidos durante los últimos años ha sido el de Espiritualidad.
Comúnmente confundido con Religión, la Espiritualidad ha sido comprendida, relacionada y utilizada con fines y objetivos de promoción o divulgación de tópicos, temáticas e intereses de naturaleza religiosa, por lo que actualmente, cuando se habla de actividades o terapias de Desarrollo espiritual, las personas las critican por no contener elementos o doctrinas que se relacionen con tal o cual Religión.

La Religión es el Medio, la Espiritualidad, el Fin.
Cada persona accede a su propia Consciencia espiritual desde diferentes plataformas y medios. La Religión es sólo uno de ellos.

Experiencias personales interactuando con instituciones religiosas, profesionales y sanadores varios, así como unidades de apoyo y guía para afrontar pérdidas, poseen en su gran mayoría como base de su trabajo, principios doctrinales basados en religiones, que, a la larga, manifiestan limitaciones para identificar y comprender conceptos y Principios universales base, que son necesarios para trabajar sobre el propio desarrollo personal y el Bienestar.

El principio rechazado por excelencia, y el más criticado, es aquel que dicta que la atención se centra en nosotros mismos antes de ofrecer ayuda a quienes nos rodean.

Estamos acostumbrados a dar ayuda a todo aquel que lo necesita, porque así lo marca el principio doctrinal, independientemente de nuestra condición material, emocional y espiritual, como simple principio de brindar el Bien sin mirar a quién. El dogma religioso establece que es un principio que define nuestra entrega a Dios a través de las acciones, pero pasa sobre lo esencial: el Libre Albedrío, es decir, la Intención verdadera al momento de realizar dichas acciones, además de la lección que ofrecemos, y el propio Aprendizaje que aprehendemos con el hecho en sí.
Ofrecer ayuda por el solo hecho de ofrecerla, sin tener una certeza en la verdadera Intención del acto, no hace sino generar una acción al azar, donde no somos capaces de comprender las causas o razones del evento que estamos tratando de apoyar. No formamos en realidad parte de la solución, porque no comprendemos cuál es el origen y la lección profunda a entender que presenta la situación-conflicto. Formamos, por lo tanto, sólo parte del problema.

Quienes nos dedicamos a la actividad relacionada con la comprensión del término Espiritualidad, nos enfocamos en conceptos como la Sabiduría, la vivencia de las emociones, y la responsabilidad entre la interacción congruente entre nuestra mente, cuerpo y espíritu (entendido éste último como la consciencia de nuestro papel, nuestros objetivos y anhelos dentro de la compleja realidad con la cual interactuamos), entre otros valores. Es menester ser ampliamente conscientes del papel de los sentimientos y las emociones humanos en nuestras vidas, y cómo respondemos frente a los conflictos que a diario enfrentamos, desde esta perspectiva, desde nuestra verdadera capacidad de elección.

Centrar la atención […] en nosotros mismos antes de ofrecer ayuda a quienes nos rodean, significa comprender a profundidad nuestra realidad personal, nuestras habilidades, potencialidades y emociones al respecto ante cualquier situación conflictiva sobre la que deseemos ofrecer apoyo. El principio por el que los dogmas religiosos pasan encima es el de saber que cada conflicto es parte del proceso de aprendizaje de las personas, y para vencerlo, debemos tener la Certeza de desear aprender de ello. Ayudarles sin ser conscientes de las circunstancias personales y las enseñanzas que este problema trae consigo para ellas, es bloquear un proceso de despertar de Consciencia en relación a las decisiones tomadas para llegar a un punto crítico en la Vida, que siempre re direcciona hacia la Verdad que como seres humanos individuales, representamos.

Antiguas Filosofías y principios orientales como el Budismo o la disciplina REIKI, enseñan que, antes de decidir ofrecer ayuda a nuestros semejantes, debemos realizar una profunda auto reflexión y auto análisis del propio actuar, y convertirnos en verdaderos maestros que inspiren a través del ejemplo. Ofrecer ayuda como una mera herramienta de apoyo sin Intención, sólo logrará perpetuar actitudes, cánones, y patrones humanos inconscientes, creadores de ciclos repetitivos donde las circunstancias generadoras del Desequilibrio no son eliminadas, sino sólo pasadas por alto y desplazadas a otras áreas de nuestras vidas.
A este respecto opera la Analogía de la Medicina. Los medicamentos curarán los síntomas de la Enfermedad, pero no desaparecerán las causas emocionales profundas que la generan: la Tristeza tras la pérdida, la incapacidad de adaptación ante situaciones que nos superan, la Frustración o la Ira. Habrá Curación, más no lo esencial: Sanación. Porque ésta última es actividad precisamente con la llave maestra: el Libre Albedrío, nuestra Intención de transformar nuestra personal realidad, no la realidad externa de la que no tenemos ningún control. La Enfermedad continuará manifestándose, porque se abordan los síntomas o alarmas corporales, más no el mensaje desde su origen, el que habla desde nuestro ser interior, conectado con nuestro potencial humano y realidad interna, única e intransferible (y muchas veces, incomprensible).

Poner en práctica principios relacionados con la Espiritualidad, representa tomar consciencia de nuestras propias circunstancias conflictivas personales, transformando nuestros propios problemas y limitaciones en lecciones de los cuales hemos conseguido acceder a profundos procesos de Aprendizaje en la comprensión, vivencia y manejo de los ambientes emocionales y la interacción en las variables en nuestras Áreas de Vida, relacionadas con las Intenciones y las Decisiones tomadas o ignoradas, que derivan en conflictos o desequilibrios, cuya meta es hacernos ver y volver hacia la Verdad de nuestra Misión de Vida. Quiénes somos en realidad, en qué decidimos convertirnos conscientemente, para manifestar transformaciones personales y sociales, más allá de simples logros materiales o curaciones temporales.

Ser maestros, líderes, miembros responsables en nuestras sociedades, y conscientes de nuestra Salud Emocional y Espiritual, es la meta que nos lleva a una verdadera apertura de Consciencia. Los dogmas religiosos no consiguen llegar en la gran mayoría de los casos al análisis y comprensión profunda y personal del ambiente que define un problema o conflicto personal que trastoca la vida de una persona o grupo de personas. Ir más allá del dogma o la serie de pasos, en aras de acceder al Aprendizaje necesario y al desarrollo de habilidades individuales y cambios de actitudes, requiere antes haber logrado un grado de auto conocimiento que lejos de imponer, inspire a la persona en conflicto, a cuestionarse seriamente la Realidad en la que vive, por qué experimenta esas circunstancias y si en realidad desea hacer frente e identificar los elementos, actitudes, decisiones, prejuicios, ideas, y paradigmas culturales que la han puesto en esa específica situación, y cuya responsabilidad es únicamente de ella, de nadie más.

Imagen tomada de la liga:

Escucho:
In degrees | Foals
If you love somebody set them free [My Songs Version] | Fields of Gold [My Songs Version] || Sting

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