`La Naturaleza es la Maestra
del Diseño, por excelencia´.
La tradición de las culturas antiguas de América nos ha
legado el conocimiento basado en el concepto conocido como Tótem, que se relaciona con los llamados Animales de Poder, que no son más que la manifestación de la Consciencia de la Madre Tierra.
La Culturas Tolteca y Maya mostraron
su profundo Respeto hacia la Madre Naturaleza, considerándola como
una entidad orgánica viva, provista
de propia Consciencia, con la que
ellos debían vivir en Armonía, en
equilibrada Resonancia, para mantener
una Vida plena, además de el logro de su Potencial
como sociedad y como miembros individuales que la integran.
Es así que la Cultura Tolteca profundizó en este
conocimiento, legándonos el concepto base de lo que hoy llamamos Animales de Poder. Presencia de la Naturaleza como guía en nuestras vidas
cotidianas.
Los Mayas, por su parte, fueron más allá, diseñando calendarios para conceptualizar el Tiempo y crear un puente entre
nuestra dimensión y las dimensiones más elevadas y complejas, interconectándose
con la Sabiduría propia del Universo y el Cosmos.
Ambas culturas se basaron en
principios hallados en la observación consciente y perpetua de la Naturaleza, en desentrañar sus
misterios, y explicar los ciclos que parecen perpetuarse en ella para brindarle
Vida y presencia.
Hoy en día, la Ciencia ha procesado estas ideas que
han dado pie a valores por todos conocidos, como el arquetipo y conceptos en Psicología,
a partir de los cuales se explican desequilibrios de naturaleza mental.
Los Animales de Poder no son más que la base conceptual de los
arquetipos manejados actualmente por la Psicología.
Estos conceptos son antiquísimos, y existen desde culturas humanas propias de
la Antigüedad.
La Rueda de la Medicina –de
la cual hemos hablado durante las recientes notas escritas y publicadas– es una herramienta que nos permite
acceder a este conocimiento, a través de la vibración
energética y la Intuición. Los
Mayas se centraron en el alma, la esencia
de los animales de la Naturaleza, y sintetizando
su poder y habilidades utilizando los números, consiguieron atrapar los dones y
enseñanzas del Universo a través de
la analogía entre la Naturaleza y la Ética o actitud de Responsabilidad, propia y necesaria en el ser humano.
Los animales que integran
nuestros Tótems, no son más que
enseñanzas que el Universo y nosotros hemos elegido y puestos en nuestros
caminos al decidir venir a la Tierra. Estas lecciones o aprendizajes toman forma en circunstancias adversas u obstáculos a enfrentar, que no siempre
vencemos, pero por naturaleza poseen una moraleja
que dejan en nosotros, para nuestro crecimiento
espiritual.
Cada animal posee una serie de dones, sombras y potencialidades,
que, dentro de la Sabiduría de la Rueda de la Medicina, pueden ser
identificados y ubicados, para brindar una especie de Mapa de Vida, totalmente personal
y único para cada individuo.
Una de las características de la
Rueda de la Medicina es ser capaz de activar
dentro de nuestras vidas la presencia consciente
de esta parte de la Naturaleza con la que vibramos genéticamente. Como parte de la Naturaleza, nuestra vibración
energética debería estar en Armonía
con el entorno natural con el que interactuamos. Sin embargo, nuestra Historia
nos ha mostrado cómo hemos optado por un camino de Dominio y Destrucción ante la Madre Naturaleza,
en lugar de buscar un Equilibrio para
con ella.
La Arquitectura –que es la profesión que poseo y que ejercí y continúo
ejerciendo desde diferentes ámbitos y plataformas ahora como sanador– es una disciplina que por siglos ha sido mal entendida como una herramienta de dominio del Espacio, viendo al Espacio como una variable
completamente manipulable, que debe
satisfacer de manera exclusiva las necesidades del Hombre.
Hoy por hoy, las condiciones y
circunstancias en las que vivimos, nos están mostrando que esta interacción unilateral con la Naturaleza nos llevará
a la destrucción y el caos. No sólo hablo de conceptos como Cambio climático, sino en términos de
avance racional, tecnológico y espiritual.
Las actuales sociedades han creado en sus psiques
colectivas, enfermedades de último
siglo, como cáncer, depresión, ansiedad, entre otras, que no son más que el reflejo de nuestra
necedad de vivir en comunidades separadas de la Naturaleza, supeditando ésta a
servir como mera charola de servicio de la cual obtener bienes para nuestro beneficio, sin lograr la profundidad del Bienestar, que involucra un equilibrio
perfecto entre los requerimientos de nuestro cuerpo, mente y espíritu.
Como sanador –desde la plataforma profesional
de la Arquitectura– debí re-conocer los principios sobre los
cuales las culturas antiguas desplantaron sus ciudades, su Vida individual y
social, además de su Ideología y Trascendencia.
No ha sido sencillo avanzar tomando
como base estos principios, presentes claramente en arquitecturas como la tolteca, la azteca o la maya, que no
vemos más que como ruinas de un alto
valor histórico, pero nulo significado en nuestras vidas cotidianas actuales.
Aplicando y reinterpretando estos principios, día a día descubro que no sólo
siguen teniendo vigencia, sino que
pueden –incluso– aplicarse dentro del Diseño
de nuestras Líneas de Vida, como pasos dentro de una metodología de diseño aplicable a nuestra propia Existencia, como
guía en la toma de decisiones para lograr nuestro verdadero Potencial, en Arquitectura la Función que deseamos darle a un espacio
arquitectónico específico. Y bien, si la Arquitectura es un fiel reflejo de
nosotros como seres humanos (el único principio que las instituciones
educativas aceptarán de este texto), el diseñador,
un ser humano, deberá primeramente diseñar
y construir su propio espacio y templo, el Triángulo
Metafísico que involucra la perfecta relación entre cuerpo, mente y
espíritu, y rencontrar aquello que le
da sentido a su Vida, antes de diseñar u ofrecer este sentido a otros, gran
problema con el que el arquitecto se enfrenta hoy en día, ya que el desequilibrio en esta perspectiva ha
dado pie al Ego, mega desarrollo ilusorio de la capacidad de juzgar
exclusivamente con la mente.
Finalmente, culturas antiguas
poseen dentro de su amplio y rico abanico conceptual
arquitectónico, manifestaciones donde los Animales –y la Naturaleza en general–
están presentes como parámetros y directrices de Diseño, que brindan sentido a
la Arquitectura, y a la Vida de la Sociedad respectiva. Valores que es
requisito rescatar hoy por hoy, para aspirar a sociedades desarrolladas, conscientes
y comprometidas con el entorno y el Universo,
en todo sentido.
Fotografías cortesía de Eloísa Delgadillo.
Escucho:
`Keep the Village alive´. Album | Stereophonics
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