Parece increíble que han pasado seis años desde que
abandoné las aulas y la práctica de la Arquitectura, y decidí enfocarme a una
formación como terapeuta.
Aún hoy, recibo de vez en vez, cartas y mensajes de
personas que conocí en ese ámbito, que prejuzgan mi labor y la práctica que hoy
llevo a cabo, sin conocer siquiera mi trabajo.
Desde que comencé mi formación profesional –que puedo ubicar desde el Bachillerato–, estuve cerca del concepto de Creatividad.
Jamás imaginé la Magnitud e Importancia que tendría
para mí al largo paso de los años.
Dentro de mi práctica como arquitecto y docente, y
derivado de los estudios de Maestría, realicé aportaciones a la metodología de
Diseño arquitectónico y al Modelo de Enseñanza-Aprendizaje desde plataformas
como la Literatura.
He estado familiarizado de igual manera con las
críticas sociales, siempre de entornos cercanos a mí, con tintes negativos y
destructivos, por no comprender los objetivos y alcances planteados desde una
perspectiva inter-disciplinar.
Para mí, la Creatividad
es un concepto humano que sobrepasa disciplinas. Que no se cierne únicamente
a la Educación, o al Arte, sino que puede –y
debe– extenderse a áreas como la Salud y la búsqueda de la Plenitud.
Ahí es donde –precisamente– radica la base de la plataforma de la
terapia que ofrezco.
La Creatividad debe entenderse desde una perspectiva
íntima y personal.
Es la
cualidad consciente y objetiva, de visualizar y diseñar las circunstancias
físicas, psicológicas, emocionales y espirituales de nuestra propia vida.
Esto involucra –siempre
lo he dicho– despertar a una
Consciencia por nuestra Realidad interna, una profunda Introspección en relación a nuestras misiones de Vida, hacia aquel
servicio que estamos destinados a ofrecer a la Humanidad, desde nuestras
cualidades personales, y dones.
Formaciones educativas y religiosas, cumplen un
importante objetivo, al sentar las bases a partir de las cuales los seres
humanos podemos centrar nuestros ideales, pero depende de cada uno de los seres
humanos, definir y consolidar el Objetivo
y Misión de Vida, a través del
cuál nuestra existencia logra Sentido.
Es en este punto, donde cada uno de nosotros debe
decidir las circunstancias que lograrán el cumplimiento de esta asignación.
Cada afección y enfermedad –corporal y psicológica–
es un Desequilibrio en este rubro.
Es ahí donde elementos terapéuticos pueden ayudar a
la Comprensión más amplia y consciente, de las realidades personales.
La Vida es
una constante Búsqueda interna, por la Plenitud.
Imagen de fondo, cortesía de Diego Torres.
Escucho:
Gotas de Junio | Fernando Manuel
Cristal | Fernando Manuel, Chesdana
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