Paradojas en torno al viaje a través del Tiempo.
About Time [Cuestión de Tiempo en su traducción
oficial en México. Año: 2013.
Escrita y dirigida por Richard Curtis]
es una cinta que me ha hecho reflexionar en sobremanera.
El enfoque íntimo y
el tratamiento filosófico que se le
da a la Vida es digno de considerarse. Es decir, detenerse y mirar… no, lo
siento, me refiero a observar
nuestra existencia, y a disfrutarla por completo.
Viajar en el Tiempo vale la pena. Dios nos dio la capacidad de hacerlo, de viajar realmente en el Tiempo,
sólo que lo hacemos hacia adelante, construyendo en cada segundo, nuestro
Destino.
Cambiar los hechos que han acontecido para mejorar el bienestar de nuestra vida tiene sentido,
y es una enorme responsabilidad tan solo considerar el hecho.
Ver hacia adelante, hacia lo que aún no acontece, y ser
capaz de saber lo que acontecerá…
Por algo el ser humano está diseñado para viajar de manera
lineal, unidireccionalmente, un paso a la vez.
La cualidad metafísica
permite comprender el ritmo de los
hechos. A la larga, eso permite atisbar hacia lo que aún no acontece, y
adelantarse a los acontecimientos.
El verdadero cuestionamiento es si estamos o no preparados
para afrontar tal reto.
El Hombre debe
vivir al día, comprendiendo su realidad y modificando su actuar paulatinamente.
La razón es una cualidad profunda y
sumamente compleja, que requiere desarrollo lento y gradual. Es verdad, la
inteligencia nos da la oportunidad de entender y explicar los hechos, pero eso
nos lleva a la paradoja de ¿hasta dónde
se nos permite modificar la realidad para alterar los hechos a voluntad?
Con lo poco que hemos hecho –miles de años poblando La
Tierra– hemos roto infinidad de lazos de Equilibrio y Armonía
entre la Naturaleza, entre planos de
existencia, entre realidades, y entre nosotros mismos.
Mirar hacia el Futuro nos lleva a la paradoja existencial de considerar ese futuro como nuestro único
futuro. El sólo hecho de saberlo, ya plantea un cambio en la línea del
tiempo, que modifica los hechos en alguna manera. Es decir, el futuro que era, antes de saber lo que
será, se transforma con el simple hecho del dejo de Consciencia que aparece en
el presente al conocer los hechos, lo que lleva a una variación en la línea del
tiempo, que puede –incluso–
cancelar los hechos que estaban escritos.
¿Hasta dónde se nos es
permitido compartir los
acontecimientos del porvenir? Porque ver hacia enfrente en el Tiempo, como
entes individuales y sociales que –naturalmente– viajamos hacia delante, nos está
permitido a todos. La verdadera responsabilidad es mantener el libre albedrío como cualidad innata e inherente a todos los seres humanos. Compartir el Futuro,
significaría comprometer en algún nivel y sentido, la cualidad de elección de
los individuos, al confirmar la seguridad de tal o cual hecho y su alta
posibilidad de existencia en la realidad que está por venir.
Tanto conocer los hechos y no hacer nada para confirmarlos,
por la seguridad de su existencia en lo futuro, así como reafirmar las acciones
cotidianas por la inseguridad de no lograr lo que se sabe que sucederá, llevan
a la alteración de la realidad presente.
Nuestra inteligencia –por
lo tanto– nos brinda el poder de
decidir acciones por tomar al conocer
la realidad futura. Jamás seremos capaces
de permanecer impávidos y quietos tras la revelación. Ese es el hecho.
He mirado a personas perderse en medio del camino, tras la
preocupación de perpetuar el Futuro que se les ha revelado.
Finalmente, nuestro diseño espiritual, emocional y energético fue concebido para viajar de
manera equilibrada y paulatina a través del Tiempo y el
Espacio. La capacidad de saltar en el
Tiempo –en retrospectiva o hacia adelante– involucra una evolución en
todos los sentidos, que quizá algún día tendremos la oportunidad de
alcanzar.
Escucho:
Brain
damage / The great gig in the sky // Pink Floyd
Fotografía por:
J.E.Franco
Fotografía por:
J.E.Franco
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