domingo, 8 de marzo de 2015

El papel de nuestro Libre Albedrío

Cómo tomar buenas decisiones en nuestra Vida.


Una de las herramientas que nos han sido dadas es el Libre Albedrío, esa capacidad intransferible de tomar decisiones de manera única y personal. 
He escuchado y leído muchas veces que las buenas decisiones nos llevan a la plenitud y al verdadero propósito de nuestra existencia. La pregunta obligada se dibuja entonces... ¿Cómo tomar buenas decisiones?
Discernir entre una buena decisión y una mala decisión depende de un factor clave. Cuando venimos a esta Tierra, nosotros elegimos conscientemente la Vida, las circunstancias, la familia y los retos a los que nos enfrentaremos, situación que olvidamos al nacer y someternos al velo del plano existencial material. 
Una vez presentes en este plano de existencia, la llave para recuperar la conexión con la consciencia divina con la que predefinimos nuestra vida es hacernos responsables de nuestras acciones, es decir, hacer consciencia de nuestra responsabilidad y nuestra capacidad de crear. 
Nadie es responsable de los acontecimientos de nuestra vida más que nosotros mismos. Nuestros pensamientos, palabras y acciones son elementos que definen y dan forma, estructura y materialidad a TODO cuanto nos rodea y acontece.
Es así que hacerse consciente del poder de creación de uno mismo es el primer paso para llegar a la Inteligencia Suprema, que es a la vez el primer paso para re conectarse con el Universo y con Dios
Las buenas decisiones van -por lo tanto- en el sentido de ser conscientes de que todo lo que hago crea la realidad en la que vivo, por lo que la Ley de Causa y Efecto aplica en mi existencia de manera ineludible. 
Discernir entre una buena decisión depende por lo tanto, de ser conscientes de que cada decisión personal influye -y crea- mi realidad. La enfermedad que padezco o el acontecimiento de crisis que un día asalta mi vida no es castigo divino, es el resultado de pensamientos, palabras y acciones recurrentes y consecutivos que lastimaron a otros, lo que atrajo daño equivalente a mi persona y mi vida. 
Una buena decisión -entonces- es aquella que apoya, que ayuda, o alienta o inspira a otros, a la vez que exige de mí acciones que transformarán mi perspectiva o romperán los paradigmas que poseo con respecto a mi equipaje cultural y de valores. Abandono la idea de responsabilizar a otros, o a Dios -incluso- de mis individuales circunstancias. Mis acciones definen lo que me pasa dentro de la cotidianidad. Mi consciencia me dicta que dentro de mí, reflejo en la realidad aquello que deseo, me acontezca. 
Desarrollar mi Consciencia es hacer trizas ese esquema de egocentrismo y abrirme a la idea de que todo y todos estamos conectados en un único camino. 
El Universo no gira alrededor de las personas. Somos las personas las que, al girar, creamos el Universo que nos define

Imagen que acompaña nota tomada de la liga:

Escucho: 
Love in war / Outkast
Mary Ann / Poncho Sanchez & Ray Charles

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