La Arquitectura como una
pieza de nuestro espíritu.
¿La Arquitectura puede sanar?
Visitando diversos espacios arquitectónicos, cuya
reputación de sitios tranquilos nos
diera información para comenzar la experiencia,
hemos concluido que, efectivamente, la Arquitectura
influye sobre nosotros de maneras profundas.
Visitar lugares y –por ende– espacios no conocidos, nos permite a nivel energético y
consciente, modificar nuestra vibración de energía a frecuencias diferentes,
siempre y cuando nos demos la oportunidad de habitar el Espacio, a través
de una comunicación basada en la percepción,
que involucra a todos los sentidos, incluyendo la Intuición.
Las vivencias y la Energía acontecida dentro de los
espacios, es capturada, y permanece dentro, como un cúmulo de ondas energéticas
que puede transmitir diversas sensaciones, dependiendo de la naturaleza de las
actividades que dieron forma y vida al Espacio.
Los espacios arquitectónicos
relacionados con la Sacralidad, son
más susceptibles de poseer una lectura de Serenidad
y Tranquilidad, ya que las Intenciones
que gestaron el Espacio vibran a frecuencias más sutiles, ya que se buscó el Bienestar y el crecimiento espiritual de sus habitantes, a través de la
manipulación de variables como la escala,
la Luz o las sensaciones basadas en
los materiales con el único objetivo
último de inspirar al espíritu humano. Todas las intenciones que el ser humano lleva de sus pensamientos a sus
acciones, se convierten en elementos físicos que pueden alterar la Realidad.
Ése es una de las cualidades más bellas de la Arquitectura.
Los espacios y sus
configuraciones pueden –por lo tanto– alterar nuestra frecuencia
energética, ayudándonos a recuperar el Equilibrio
emocional y físico. Recordemos que el triángulo
metafísico se compone de cuerpo, mente y espíritu. Los elementos que
conforman a la Arquitectura son capaces de llegar a cada de ellos.
1.Recorrer y experimentar cada
detalle y forma del espacio arquitectónico no conocido (y que posea intenciones
tendientes al Bienestar), permite a nuestro cerebro salir de la cotidianidad y concentrarse en una serie
de sensaciones específicas, centradas en estimular a nuestros sentidos: ojo,
oído, nariz y tacto, con la finalidad de generar emociones que tienden hacia la
Belleza, es decir, a sensaciones de carácter
estético, cuya meta es elevar nuestro
espíritu a través de funciones corporales perfectas y saludables.
2.Habitar es Espacio se refiere a vivirlo,
decodificarlo, detenernos en él y dejar que su lenguaje simbólico nos hable, compartiéndonos mensajes que sólo
nosotros podremos comprender, traduciendo la forma a través de nuestra experiencia humana, lo que genera un lazo profundo entre el Espacio y nosotros,
ya que se establece una conexión emocional disparada por la interacción de nuestras vivencias con la
configuración y las intenciones del Espacio. Un muro, una puerta, una ventana, un
patio, trae a la superficie de nuestros recuerdos alguna vivencia, evento o
suceso acontecido en nuestra Vida, con el que conectamos con la Forma y la Función del Espacio, estableciéndose un diálogo vivencial que, si es de Paz y Reflexión, alterará nuestra vibración energética, para lograr un
Equilibrio de índole emocional.
3.Yendo más allá
de lo Funcional, lo Espacial o lo Formal, nuestro espíritu conecta con el espíritu del Espacio habitado.
Es decir, la materialidad espacial trasciende el plano físico, y nos obliga
a contactar con otros planos de carácter más elevado, lo que nos permite empatar con la naturaleza humana de los habitantes originales del sitio, en una
experiencia que rompe los paradigmas
que explican o definen nuestra existencia, y nos llevan a cuestionarnos o a
descubrir los alcances que nos hemos o no nos hemos fijado a partir de nuestras
circunstancias. A la larga, estas reflexiones despertadas nos harán replantear
nuestras intenciones, metas, objetivos o misiones de Vida, dependiendo del
grado de penetración que hayamos logrado con el Espacio que habitamos, siempre
en aras de influir, de ayudar a quienes nos rodean, motivados por el Bienestar
implícito en el Espacio.
Cuando un
espacio arquitectónico nos plantea una serie de experiencias estéticas y
humanas, consigue modificar la frecuencia energética de nuestro cuerpo, alterar
los patrones cognitivos de nuestra
mente, e inspirar a nuestro espíritu. Dependerá de nosotros ser conscientes de estos cambios, e
integrarlos a nuestra vida cotidiana.
El Espacio puede
sanar, ya que es una oportunidad de salir de nuestras áreas cognitivas y
culturales conocidas, abandonar los patrones
conductuales que definen nuestro carácter, y abrir brechas que pueden ser
llenadas con nuevas series de pensamientos e intenciones, siempre y cuando
éstas inspiren al Desarrollo humano,
pudiendo utilizar este proceso para identificar y diluir desequilibrios emocionales que han alterado nuestra Salud en
todos los sentidos.
Recuerdo en
sobremanera esa imagen fotográfica ya
icónica, tomada durante los disturbios de Vancouver,
Canadá, en el año 2011, donde una
pareja acostada a media calle se besa en medio del desorden social, recordándome
que es responsabilidad única de cada uno de nosotros, encontrar en el espacio y
circunstancias en los que vivimos, razones para continuar existiendo.
Escucho:
Black-eyed | I know || Placebo
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