lunes, 9 de enero de 2017

Más allá de la Arquitectura

La Arquitectura como una
pieza de nuestro espíritu.


¿La Arquitectura puede sanar?

Visitando diversos espacios arquitectónicos, cuya reputación de sitios tranquilos nos diera información para comenzar la experiencia, hemos concluido que, efectivamente, la Arquitectura influye sobre nosotros de maneras profundas.
Visitar lugares y por ende espacios no conocidos, nos permite a nivel energético y consciente, modificar nuestra vibración de energía a frecuencias diferentes, siempre y cuando nos demos la oportunidad de habitar el Espacio, a través de una comunicación basada en la percepción, que involucra a todos los sentidos, incluyendo la Intuición.
Las vivencias y la Energía acontecida dentro de los espacios, es capturada, y permanece dentro, como un cúmulo de ondas energéticas que puede transmitir diversas sensaciones, dependiendo de la naturaleza de las actividades que dieron forma y vida al Espacio.

Los espacios arquitectónicos relacionados con la Sacralidad, son más susceptibles de poseer una lectura de Serenidad y Tranquilidad, ya que las Intenciones que gestaron el Espacio vibran a frecuencias más sutiles, ya que se buscó el Bienestar y el crecimiento espiritual de sus habitantes, a través de la manipulación de variables como la escala, la Luz o las sensaciones basadas en los materiales con el único objetivo último de inspirar al espíritu humano. Todas las intenciones que el ser humano lleva de sus pensamientos a sus acciones, se convierten en elementos físicos que pueden alterar la Realidad. Ése es una de las cualidades más bellas de la Arquitectura.
Los espacios y sus configuraciones pueden por lo tanto alterar nuestra frecuencia energética, ayudándonos a recuperar el Equilibrio emocional y físico. Recordemos que el triángulo metafísico se compone de cuerpo, mente y espíritu. Los elementos que conforman a la Arquitectura son capaces de llegar a cada de ellos.

1.Recorrer y experimentar cada detalle y forma del espacio arquitectónico no conocido (y que posea intenciones tendientes al Bienestar), permite a nuestro cerebro salir de la cotidianidad y concentrarse en una serie de sensaciones específicas, centradas en estimular a nuestros sentidos: ojo, oído, nariz y tacto, con la finalidad de generar emociones que tienden hacia la Belleza, es decir, a sensaciones de carácter estético, cuya meta es elevar nuestro espíritu a través de funciones corporales perfectas y saludables.

2.Habitar es Espacio se refiere a vivirlo, decodificarlo, detenernos en él y dejar que su lenguaje simbólico nos hable, compartiéndonos mensajes que sólo nosotros podremos comprender, traduciendo la forma a través de nuestra experiencia humana, lo que genera un lazo profundo entre el Espacio y nosotros, ya que se establece una conexión emocional disparada por la interacción de nuestras vivencias con la configuración y las intenciones del Espacio. Un muro, una puerta, una ventana, un patio, trae a la superficie de nuestros recuerdos alguna vivencia, evento o suceso acontecido en nuestra Vida, con el que conectamos con la Forma y la Función del Espacio, estableciéndose un diálogo vivencial que, si es de Paz y Reflexión, alterará nuestra vibración energética, para lograr un Equilibrio de índole emocional.

3.Yendo más allá de lo Funcional, lo Espacial o lo Formal, nuestro espíritu conecta con el espíritu del Espacio habitado. Es decir, la materialidad espacial trasciende el plano físico, y nos obliga a contactar con otros planos de carácter más elevado, lo que nos permite empatar con la naturaleza humana de los habitantes originales del sitio, en una experiencia que rompe los paradigmas que explican o definen nuestra existencia, y nos llevan a cuestionarnos o a descubrir los alcances que nos hemos o no nos hemos fijado a partir de nuestras circunstancias. A la larga, estas reflexiones despertadas nos harán replantear nuestras intenciones, metas, objetivos o misiones de Vida, dependiendo del grado de penetración que hayamos logrado con el Espacio que habitamos, siempre en aras de influir, de ayudar a quienes nos rodean, motivados por el Bienestar implícito en el Espacio.

Cuando un espacio arquitectónico nos plantea una serie de experiencias estéticas y humanas, consigue modificar la frecuencia energética de nuestro cuerpo, alterar los patrones cognitivos de nuestra mente, e inspirar a nuestro espíritu. Dependerá de nosotros ser conscientes de estos cambios, e integrarlos a nuestra vida cotidiana.
El Espacio puede sanar, ya que es una oportunidad de salir de nuestras áreas cognitivas y culturales conocidas, abandonar los patrones conductuales que definen nuestro carácter, y abrir brechas que pueden ser llenadas con nuevas series de pensamientos e intenciones, siempre y cuando éstas inspiren al Desarrollo humano, pudiendo utilizar este proceso para identificar y diluir desequilibrios emocionales que han alterado nuestra Salud en todos los sentidos.

Recuerdo en sobremanera esa imagen fotográfica ya icónica, tomada durante los disturbios de Vancouver, Canadá, en el año 2011, donde una pareja acostada a media calle se besa en medio del desorden social, recordándome que es responsabilidad única de cada uno de nosotros, encontrar en el espacio y circunstancias en los que vivimos, razones para continuar existiendo.

Escucho:
Black-eyed | I know || Placebo

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