`Aprendiendo a escuchar e
identificar los parámetros
corporales de la Enfermedad´.
La Enfermedad tiene un proceso.
No importa el tipo de enfermedad o afección corporal que se manifieste, dentro
de ella existe una serie de mensajes que nos hablan sobre las circunstancias
conflictivas a las que nos enfrentamos en nuestras vidas.
Desde la perspectiva de
identificar las enfermedades calientes,
de las frías, o el nivel de
manifestación de la enfermedad (nivel uno al tres), que habla del grado de
complejidad y profundidad de la afección, que se presenta como un ciclo que se
repite hasta que identifiquemos y asimilemos el mensaje o lección implícitos en
ella, la enfermedad representa una especie de código en sentido simbólico y analógico,
que manifiesta variables reales a las que debemos prestar atención y acción en
nuestra cotidianidad.
La compleja relación entre
nuestra mente, cuerpo y espíritu, basada
en la gestión y manejo de sentimientos
y emociones, generan desequilibrios y
conflictos corporales que derivan en afecciones de diversa naturaleza. Las hay inmediatas, a mediano plazo o bien, afecciones
crónico-degenerativas.
Bases cognitivas de
interpretación y comprensión mental, son compartidas en el Taller `Interactuando
con nuestro ser energético´, junto con análisis de casos y ejercicios que
poseen como meta profundizar sobre nuestros propios casos personales, y
descubrir los códigos y mensajes que la enfermedad manifiesta desde su
trinchera, dentro de nuestro cuerpo.
Es común que las barreras o
paradigmas mentales que rigen nuestra existencia, limiten o nos hagan propensos
a experimentar conflictos en determinadas situaciones, lo que derivará en
susceptibilidad a ciertas enfermedades y sus consecuencias.
Desde gripas, dolores de cabeza,
enfermedades hereditarias o congénitas, toda afección posee siempre
una serie de variables que les permiten presentarse. No hablamos sólo de
características biológicas o físicas de nuestros cuerpos, sino –incluso– de patrones conductuales, psicológicos
o mentales. Intolerancia, enojo, inflexión, poca paciencia, son sólo
ejemplos de actitudes que nos hacen propensos a sufrir enfermedades que varían
desde jaquecas, gastritis, hasta estrés o depresión.
Las bases que se presentan en
este taller son aplicables a cualquier enfermedad, y pueden utilizarse de
complemento para que la persona que padece la afección analice e identifique la
dirección hacia donde la enfermedad lo ha llevado, y cuál es el mensaje
implícito en la dolencia o circunstancia que dicha enfermedad defina.
Finalmente, debemos recordar que
la Sanación no es mágica o de tinte milagroso. Depende de un consciente y
constante trabajo de reconexión entre
escuchar el cuerpo, reconectar con la mente, y dejarse guiar por los parámetros
y anhelos espirituales. En muchas de las enfermedades, la compresión profunda
de su naturaleza, brinda sentido, alivio e inspiración para la persona enferma,
las personas que la rodean, además de su contexto familiar. Sanar es –por experiencia– un
proceso de interacción e integración de variables de índole familiar, médico, espiritual y personal, entre otros. La Intención de sanar, de la persona
enferma, es una variable decisiva para
activar el proceso de Sanación.
El proceso, su duración y
características, son definidos por la propia persona enferma, y cómo ella misma
sea capaz de comprender, asimilar y reordenar las piezas de su Vida, y las
variables que han definido las circunstancias que la llevaron a la enfermedad
padecida.
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Escucho:
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Is there something I should know | Duran Duran
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