martes, 5 de junio de 2018

Sin desistir...

`Continúa, cuando no quede nada en ti 
más que tu voluntad que dice: 
¡Continúa!´.
Rudyard Kipling.

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Los últimos tres años han representado uno de los retos más grandes a los que me he enfrentado. El inicio u origen de este peculiar período de mi vida se remonta quizá a tiempo atrás. Sin embargo, los síntomas físicos manifestados por mi cuerpo, consiguieron llamar mi atención al grado de concentrarme en el ámbito mental y espiritual, como jamás lo había hecho, hasta ahora.

Tras un deterioro de Salud, reflejado en un detrimento sanguíneo crónico degenerativo a lo largo de más de veinte meses, fue en abril de este año, cuando mi cuerpo sufrió finalmente una caída que puso en riesgo mi integridad, y fue así que considero toqué el fondo de un proceso que me obligó a replantear mi perspectiva en torno a la Vida.

Abandonar el trabajo que desempeñé a lo largo de quince años como catedrático, administrativo y arquitecto de profesión, fueron sólo las complicadísimas decisiones iniciales a las que debí enfrentarme al comienzo del deterioro corporal. A lo largo de los meses siguientes, el cuerpo continuó estable, pero con indicadores de caída paulatinos, que en el lapso de dos meses lograron que mi cuerpo colapsara.

Despertar un día con diagnósticos no favorables, y siendo testigo de cómo mi cuerpo fallaba, poniendo en peligro mi Vida, me hizo asimilar la fragilidad e instantaneidad de nuestra existencia como seres humanos. Una noche en especial, me hizo revalorar mi vida, las decisiones tomadas en ella, y el posible término de mi ciclo.
La Vida es un obsequio preciado, que en ocasiones no valoramos, y que creemos ilusamente, tenemos asegurado por el simple hecho de despertar cada mañana.

La serie de circunstancias que se presentaron a lo largo de los días posteriores a la crisis que mi cuerpo manifestó, representan una suerte de reflexión en acción que aún no termino de asimilar, y que me ha brindado las herramientas necesarias para reconstruir el camino que creí derrumbado.
Hace cerca de tres años, La Vida me puso la prueba de integrar tratamientos integrales para afrontar una obligada operación en las articulaciones en las muñecas de mis brazos. Ambos. Fue la segunda llamada la primera llamada de atención fuerte que sacudió mi ser.

Con poca preparación y baja Consciencia aún por aquel entonces, actué más por inercia que por decisión. Tres tratamientos fueron los que seguí al mismo tiempo: el médico ortopedista y de rehabilitación, el alternativo (quiropráctico) y las bases de un proceso de desarrollo de Consciencia.
Tras largos meses de reposo y recuperación, mi cuerpo logró lo que yo mismo dudé en algún momento: evitar la cirugía prescrita, sanar, y recuperar el cien por ciento de la movilidad en las articulaciones.

Ahora, la Vida y mi cuerpo elevaron la complejidad de la prueba.
Mi cuerpo aún se encuentra en observación, para optar o evitar por una delicada intervención quirúrgica en médula espinal. Gracias a la participación de un grupo de personas (que no se conocen entre sí, pero con quienes he tenido la fortuna de interactuar de manera integral y holística) con conocimientos de distintas disciplinas, un tratamiento complejo se ha diseñado a mi alrededor, para abordar la afección que me aqueja, y lograr lo que parece difícil...

Gracias a mi hermana por buscar incansablemente, por esforzarse y ayudar a conformar al equipo médico de altísima especialidad, quienes me han provisto de toda la guía y la directriz en el tratamiento medicado para abordar los déficit sanguíneos. Trabajando de manera paralela, gracias a los conocidos de mi madre, tuve la oportunidad de hallar y formar parte de un extraordinario grupo aprendiz de terapia energética alternativa. Ambos equipos, me han inspirado a escuchar mi espíritu, y utilizarlo como brújula interior para afrontar el reto.

No ha sido sencillo. Han existido días y noches de oscuridad, depresión y cierta intención de darme por vencido, sin embargo, las motivaciones, palabras, acciones, y decisiones de quienes me han apoyado durante estos meses, me inspiran a continuar transitando el camino. A no desistir.

Gracias a los doctores especialistas Erika Franco, Honorine Parra y Moisés Xolotl, así como a la maestra Eloisa Delgadillo y a José Luis Garrido, y todas las personas en medio de ellos, quienes han integrado grupos que me han permitido (y enseñado a) sortear retos extraordinarios a los que jamás pensé hacer frente.

Esto aún no ha concluido, sin embargo, con esta nota deseo agradecerles por todo lo logrado hasta ahora. Continuar viviendo, y fortaleciendo mi cuerpo, mi mente y mi espíritu, y tener la oportunidad de expresar estas palabras, es un logro que ha superado toda expectativa.

GRACIAS.


Escucho:
Caught by the wind (Unplugged) | Stereophonics
Blank space | Out of the woods || Ryan Adams

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