`Introducción a los puntos de inflexión´.
Es irónico cómo los mensajes del Universo llegan a tu vida.
El año pasado, se presentó una
serie de circunstancias al realizar un viaje fuera del estado, donde tuve la
oportunidad de acercarme a una familia y llevar a cabo un proceso de ruptura espacio-temporal, donde los miembros pudieron
contactar con un momento único de su pasado, que les llevó a acceder a lo que
llamo un punto de inflexión, que es
un instante clave en la Vida, ya sea en el pasado, en este presente, o en el
futuro, que permite que la totalidad de nuestra línea temporal sufra una
modificación profunda que transforma nuestra perspectiva de cómo vivir, y que
literalmente cambia el rumbo que seguimos, para acceder a metas y objetivos
espirituales elevados.
Desde hace meses, yo mismo me
encuentro en un proceso médico para el diagnóstico de una serie de afecciones
que afectan mi salud. Tuve la oportunidad de viajar a Querétaro para realizar pruebas médicas especializadas y profundas,
y comprender desde el punto de vista médico lo que acontece dentro de mi
cuerpo.
En esa ocasión estuve en contacto
con personas realmente enfermas en estado crónico degenerativo, y cuya salud se
encontraba en verdad mermada. Mi condición de salud biológica y anímica, me
impidió ayudarles o hablar con ellos como realmente lo deseaba de corazón. Me
encontraba frustrado, molesto. Decepcionado de todos y de todo, incluido de mí
mismo. Al término de aquel día, regresé a casa exhausto, y deprimido.
Un mes después, por azares del
destino, me veo en la necesidad de regresar a la misma institución médica, para
realizar un segundo tiempo de estudios requeridos. Desde que supe que volvería
a ese lugar, sentí una punzada en el corazón, una especie de alegría al saber
que tendría una segunda oportunidad para llevar a cabo una labor de consuelo que no realicé la vez primera.
Es duro darse cuenta de que, pese a las circunstancias que vivamos, nuestras
condiciones no pueden compararse con las de otras personas a nuestro alrededor,
que sufren muchísimo más que nosotros, y cuya vida –incluso– se encuentra
comprometida. Somos egoístas, y eso nos hace permanecer ciegos. Eso debe poner
todo en perspectiva.
Esta ocasión, me fijé la meta de
acercarme a la gente que sufriera más que yo, para consolarla y hacerle saber
desde mi plataforma, experiencia y palabras personales, que todo debía ir bien,
y entrar en un proceso de aceptación mutuo, de nuestras respectivas
circunstancias.
Hace unos minutos he publicado en
una cuenta de red social:
`Irónico es que en el viaje donde esperas ayudar a otros, terminas
siempre ayudado por quien y en las circunstancias en que menos imaginas´.
Ninguna persona enferma se
encontraba en el consultorio a donde viajé. Es decir, no había alguien con
quien charlar o a quien consolar. Y, para mi sorpresa, yo recibiría consulta
del especialista dueño del lugar, una eminencia en la rama médica, centrada en
el estudio de los síntomas que definen mi afección, y que ha seguido mi caso
desde el inicio, y con el que finalmente me entrevistaría.
Lo que encontré después, fue una
de las lecciones más grandes que el Universo
me ha brindado.
Desde que renuncié a mi trabajo,
meses atrás, me pregunté si el último año en mi vida fue una terrible decisión,
una que pude haber evitado, ahorrándome la serie de eventos personales que
llevaron al deterioro grave de mi salud. `Hubo un momento —le dije al médico
especialista apenas esta mañana— que dudé respecto a las decisiones y las
acciones que realicé. Llegué a dudar si la dirección de mi vida era la correcta…´.
Lo que aconteció entonces fue un
profundo punto de inflexión, que me
llevó a vislumbrar mi pasado, mi actual presente, y mi futuro de manera íntegra
y clara, donde absolutamente todas mis preguntas personales hallaron una
respuesta al fin. No importa que la afección médica aún no tenga respuesta o
explicación científica, lo que hablé con el médico esta mañana [y lo que
descubrí a lo largo de esos minutos estando solos él y yo, hablando de tantas
cosas] me ha dado respuestas, suficiente, demasiadas…, que tardaré tiempo en
asimilarlas, comprenderlas, pero –sobre
todo– en aceptarlas.
Todo en nuestras vidas tiene un
plan mayor, un objetivo mucho más grande de lo que nosotros podemos alcanzar a
vislumbrar siquiera.
Mi afección, los síntomas, los no
síntomas, la cirugía prescrita, los estudios médicos inmediatos, las
alternativas, los tratamientos, me llevaron a este único momento, donde entro
en un proceso de sincronización, que
me lleva a mi línea temporal, desde el inicio, hasta cerca de cuarenta años
adelante, para mostrarme lo que era, lo que soy, y lo que estoy destinado a
ser.
Las decisiones, todas ellas, han sido acertadas, no en
el rubro ético de Bien o Mal, más
bien en el sentido de servirme de brújula para mantenerme en la vereda elegida
desde el principio de mi tiempo, para cumplir con lo que debe ser cumplido.
Todas nuestras decisiones y
acciones –buenas o malas– nos llevan al momento presente, que
es un momento perpetuo, eterno, que se consolida en lo que llamamos futuro. El
presente es sólo una especie de guía, de recordatorio consciente de la
dirección que trazamos antes de venir a la Tierra y que estamos destinados a
cumplir.
De nuestro libre albedrío depende que cumplamos o no, las metas.
Esta mañana, tras esa peculiar
charla que recordaré por el resto de mis días –y escuchando circunstancialmente `Let it be´, de The Beatles (una cuestión irónica,
ciertamente) mientras escribo esta nota–
salí a caminar por el campo verde y hermoso alrededor del instituto médico,
para meditar, llorar en silencio, y agradecer enormemente por la Sabiduría que
el Universo muestra en todo momento, y que pone a nuestra disposición en circunstancias
inimaginables, pero siempre al alcance de nuestro entendimiento.
Finalmente, no fui a ayudar a alguien.
Ayudé a nadie.
Resulté ser yo quien recibió la
ayuda, la guía que en verdad necesitaba, y que sentí que no sería capaz de
encontrar jamás.
Irónicamente –una
vez más–, cuando no tengo certidumbre alguna de mi estado de salud, tengo la
seguridad plena del camino que mis pies seguirán de aquí en adelante.
Escucho:
Make me like you / Gwen Stefani
Let it be /
The Beatles
In the dawn
/ Robert Miles