martes, 5 de julio de 2016

Creando la Realidad

`Nuestro poder de diseñar y crear nuestra realidad´.


Hemos hablado en notas anteriores acerca de la Ley del Espejo, y cómo, a través de su identificación y aplicación, podemos analizar más en torno a nuestras cualidades y defectos como personas o entes individuales.
El principio universal que rodea a la ley descrita tiene alcances mayores en nuestra vida en este plano de existencia, y siguiendo su esencia, puede ayudarnos a comprender cómo nosotros mismos, a través de nuestra percepción y experiencia cognitiva, construimos nuestras circunstancias.
Al inicio del semestre, en la clase de primer semestre de la carrera de Arquitectura, proyecté un vídeo donde se hablaba de los recientes descubrimientos de las partículas subatómicas. Al escribir la novela de ficción El otro Universo, conocí y me inmiscuí con el principio que rige a la Partícula de Higgs, y los enigmas que rodean la creación del Universo. De acuerdo con las investigaciones de índole cuántico, las partículas base que dan origen a nuestra realidad material, responden a una manifestación de índole consciente, es decir, el comportamiento de las partículas estudiadas son afectadas por la perspectiva o la simple observación por parte del investigador. Aplicando este simple principio, se sabe que, como seres humanos con capacidades racionales y uso de Consciencia, somos creadores de la propia realidad que a diario vivimos.
El principio puede ser un conflicto al analizarlo y comprenderlo por vez primera, ya que rompe uno de los paradigmas más fuertes y arraigados en nuestro subconsciente: lo que nos sucede no depende del medio externo, sino de nuestro ambiente interior, y, sobre todo, de nuestro poder de decisión.
A gran escala, esto significaría que el Universo, habiendo sido creado a partir de la Nada, sufrió la intromisión de consciencia, de una Consciencia de carácter Universal, que sería pieza elemental para que cobrara forma, y Vida.
A escala humana, la habilidad de la Consciencia es una herramienta que opera de la mano con el Libre Albedrío, y es la responsable de que demos forma y vida a las circunstancias que nos rodean y que definen nuestra realidad. Es el mismo principio del Universo, pero a escala infinitesimal.
Las personas que han alcanzado un elevado nivel de consciencia, logran controlar sus emociones o reacciones frente a catalizadores como el estrés o el cansancio, y parecen omitir de su ser conductas como la intolerancia o la violencia. Lo que sucede es una transformación en los patrones de percepción de la realidad, que les otorga la oportunidad de decidir cómo reaccionar ante aquellos estímulos que serían catalizadores de conductas `negativas´ para el grueso de las personas, y que modificarían literalmente las variables de la realidad circundante.
En la analogía presentada a los estudiantes de Arquitectura, se definió que la realidad es un espacio arquitectónico diseñado para un cierto usuario. El arquitecto define el espacio en base a la interpretación que tenga sobre las necesidades del usuario y su interacción con el ambiente, en todos los sentidos. Al construirse el espacio, y ser habitado por dicho usuario, pronto se descubre que éste tendrá una única y diferente percepción del Espacio en general, ya que sus experiencias, nivel cognitivo y cultural y su percepción, son diferentes al del arquitecto o diseñador del espacio. El Espacio analogía de las partículas subatómicas modifica su comportamiento [o, en este caso, la percepción que se tenga de él] gracias a la Consciencia, perteneciente a quien habita [o interactúa integralmente] con el espacio arquitectónico diseñado y construido.
La clásica metáfora de que cada quien es arquitecto de su propio Destino, tendría cabida, cuando comprendemos que los eventos de la realidad no poseen por naturaleza ninguna carga o significado, hasta que nosotros se lo otorgamos. Alguien podrá decir entonces, “eso tiene un nombre, y se llama Indiferencia”. Precisamente, esa catalogación le habrá otorgado al evento o circunstancia un valor o etiqueta, cuando originalmente no la tenía. Cada quien `etiquetará´ los eventos con la carga cognitiva, cultural, ética, etc… con la que ha `teñido´ su existencia. Los matemáticos explicarán el origen del Universo desde teorías numéricas, la persona seguidora de cierta religión lo hará desde los parámetros de la creación bíblica, y quienes posean criterios metafísicos lo harán desde la aplicación de las leyes universales.
Finalmente, serán estas percepciones las que definirán la persona en la que nos convertiremos, ya que la explicación que daremos de las cosas, será válida y universal para nosotros, y nuestras experiencias anteriores darán sustento a estas explicaciones o creencias, por lo que la realidad queda fragmentada en múltiples explicaciones que la describen, desde diversas teorías o perspectivas. ¿Cuál es válida? ¿La explicación científica, la religiosa, la metafísica?
Todas son válidas y ciertas, porque poseen sustento en la experiencias de las diversas personas que las explican, sin embargo, todas son “trozos” de una misma Verdad. Y todas, en conjunto, explicarán la esencia de ella: cada quien crea con el poder de la Consciencia, los propios parámetros que dan forma y existencia a su Universo.

Imagen tomada de la liga:

Escucho:
Diminished | R.E.M.

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