`Cómo las experiencias a lo largo de nuestras vidas
determinan nuestra Evolución´.
La expresión de cualidades de
índole metafísica representa para
muchas personas, habilidades extraordinarias que traen consigo satisfacción y
la posibilidad de obtener reconocimiento por parte de quienes nos rodean.
A lo largo de las últimas
décadas, se ha investigado y escrito en relación a cualidades sobrehumanas,
como la telepatía, la clarividencia y la premonición, por solo mencionar algunas.
Aún no se ha encontrado una
explicación a través de la Ciencia,
que devele si estas habilidades existen, y cuál es su naturaleza, y su
operación dentro del complejo cuerpo humano. Algo es seguro, estas capacidades
de gran sensibilidad requieren de la
participación de ambos hemisferios del cerebro, por tratarse de información
racional e intuitiva al mismo tiempo.
No corresponde a la presente nota
explicar su fundamento científico, más bien, su presencia en nuestras vidas.
A pesar de que pudiera pensarse
que en la actualidad, la Ciencia ha ganado terreno en todas las disciplinas,
inclusive en las que tienen que ver con la Salud y el Bienestar humano, he
encontrado a muchas personas, entre conocidos, familiares y amigos, que han
buscado la guía de personas enfocadas a la curación por medios alternativos, de
enfermedades donde la Medicina no ha
encontrado diagnóstico, o tratamiento efectivo.
Hace unos meses, yo mismo transité
por ese camino, no encontrando explicación médica o científica para una
afección de salud. La decisión fue abordar soluciones alternativas, centradas
en comprender cómo funciona nuestro cuerpo, y la función exacta de cada
hemisferio del cerebro, y su inminente conexión con los sistemas nervioso e
inmunitario, y, por consiguiente, con el resto de los órganos y sistemas que
entretejen el cuerpo humano, en un delicado equilibrio entre el pensamiento, las
emociones y las reacciones químicas dentro de nuestra biología, que me llevó –irremediablemente– a principios netamente de orden metafísicos.
He leído y me he interesado en lo
que he llamado la trasferencia de estado
corporal, una sensación empática que lleva a la persona receptor, a vivir los síntomas y los
desequilibrios energéticos en diferentes sentidos y niveles de una persona emisor. Una persona capaz de
experimentar los síntomas que padecen personas enfermas, en exactamente los
mismos órganos, y sufrir una sensación “copia” de las mismas reacciones
químicas que éstos. Seis años atrás descubrí esa misma sensación presente en mi
cuerpo. A lo largo de los años, se ha manifestado en diversas ocasiones, de
maneras que no puedo narrar o describir, por ser una experiencia compleja de
conceptualizar, y mucho menos comprender, pero que tengo la plena certeza de
que existe.
El último cuadro vivido me enseñó
una lección valiosa. Y es que padecer los síntomas de personas enfermas no es
una cualidad que se pudiera considerar `deseable´. El dolor, las emociones, y
los pensamientos derivados, lastiman el ego y ponen a prueba la capacidad del
propio cuerpo, pero, sobre todo, la resistencia mental para entender el
mecanismo, y la razón de que se manifieste en uno mismo.
Estoy seguro que muchas personas
poseen esta misma capacidad, que se ha dado en llamar empatía en los recientes años, pero esta conexión puede ir más allá
de comprender la esencia del dolor de una persona triste, deprimida, o enferma
en cualquier estado de gravedad o desarrollo de la enfermedad.
Tras la última sensación intensa
experimentada, reflexiono, no en relación en el por qué del mecanismo, más bien
en el por qué de la existencia de la Enfermedad en nuestras vidas. Si algo he
aprendido es que experimentar las enfermedades de otras personas, sin ser
originalmente mías, me ha enseñado a valorar las propias circunstancias, y
centrarme y disfrutar del nivel de Salud –independientemente
cuál éste sea– que posea en
determinado momento. Sólo el enfermo puede entender, describir, y calificar el
grado de dolor que sufre en cada cuadro específico, pero lo que sí puedo decir,
es que estos cuadros de transferencia (que traen consigo días que considero
malos, por sufrir y no ser capaz de controlar el mecanismo del proceso) me brindan
la oportunidad –si se me permite la declaración– de aprender del Dolor.
Imagen que acompaña a nota, tomada de la liga:
Escucho:
I don't trust myself (with loving you) | John Mayer
Rhinestone eyes | Gorillaz
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