`Trascender la Identidad
para el desarrollo de Consciencia´.
Un concepto esencial del cual es
necesario desapegarse si se desea trabajar en el desarrollo de Consciencia es la Identificación, que paulatinamente nos lleva a la Identidad. Es un término que todos
hemos utilizado, y que forma parte de nuestras vidas en todos los ámbitos.
La Identidad es un factor humano que, si se vuelve parte inminente e inseparable de nuestra existencia,
puede desarrollar estructuras de pensamiento sólidas e inflexibles, que son
capaces de desembocar –inclusive– en ciclos destructivos o enfermedades
crónicas.
El conflicto radica en que basamos
nuestro verdadero Ser en las
estructuras mentales que hemos vivido, producto de situaciones, circunstancias,
creencias, preferencias y emociones que han pasado a formar parte de nuestra
vida en muchos sentidos y niveles. Una profesión, un puesto de trabajo, una
etiqueta social, una capacidad corporal limitada, pueden ser las variables que
nos hagan caer en la trampa: nos
definimos a través de estas situaciones. Es decir, nuestra condición de
seres humanos se define por todos aquellos elementos que estas circunstancias
nos brindan. Una persona que no pueda mover su pierna, y que tenga que utilizar
cualquier aditamento que le ayude a desplazarse, lo hará caer en la etiqueta de
persona con capacidad diferente. Esto
significa que su capacidad motriz es limitada, que requiere mobiliario, equipo
o espacios especiales, que posee tratos diferentes a las personas que no posean
esta situación. Esto está bien. Es una manera de organizarnos dentro de
nuestras experiencias humanas y urbanas. El problema central radica
cuando el individuo se define a través
y por esta situación, y como ser
humano, no es capaz de continuar su existencia sin los `tratos´ o el `apoyo´
que recibe siendo una persona etiquetada de esta manera.
Las identidades nos han funcionado como una herramienta de taxonomía, de clasificación,
identificación y orden. El problema radica cuando asumimos estas etiquetas como
aquello que nosotros somos. Me
refiero, no podemos mirarnos más allá de las cualidades o características que
la Identidad nos dicta. Aquí es donde sobrevienen prejuicios que hablan de que toda persona con tal o cual nacionalidad es
una serie de cualidades o defectos. O un
paciente con cierta enfermedad está destinado a tal o cual calidad o tiempo de
vida. Identificarnos con estas cualidades o defectos sólo limita nuestra
percepción y definición de nuestro verdadero Ser. Lo que miramos entonces es que nuestra Vida está trazada y
definida por los caracteres que poseemos. La analogía es la misma: los bienes materiales que tenemos definen el
grado o calidad de persona que somos, así como las características que en este
plano de Existencia hemos adquirido.
Las leyes universales manifiestan que, como seres humanos, existimos
gracias a una presencia corporal [un cuerpo], que está sujeta a todo tipo de
expresiones físicas-psicológicas, materiales y sociales: pobre, rico, inteligente, genio, enfermo, indigente, metrosexual, que –en
términos de Sociedad– dictan las
pautas y cánones por las cuales seremos valorados.
Un genio puede ser rico –por ejemplo–, o un enfermo, indigente; pero un metrosexual no puede ser pobre.
Existen situaciones donde las etiquetas que brindan Identidad no nos permiten ser más allá de lo establecido.
Una enfermedad crónica, o un
aprisionamiento físico perpetuo en algún espacio, nos condenan en memoria colectiva al término de nuestra
vida, limitando la clave o secreto de
vivir: el libre albedrío que
desemboca en la aceptación de las
circunstancias, y –por ende– el despertar de la Consciencia.
Un daño o afección corporal es un
mapa diseñado por la Inteligencia
Superior, como guía para comprender la dirección que hemos perdido en el
desarrollo de nuestro Bienestar,
mientras que una prisión, y –por
ende– la limitación física y mental,
es una oportunidad inminente para comenzar un proceso de introspección, auto conocimiento y profundización interior.
La aceptación es una herramienta que ayuda al desarrollo de Consciencia, que trasciende la Identidad.
Es decir, es esencial que aceptemos las cualidades y el estatus que la Identidad nos brinda, y seamos capaces de continuar siendo seres humanos, sin limitantes,
expectativas o cánones sociales, siendo
capaces de alcanzar nuestra plenitud, sin ningún tipo de limitación. De vez
en vez, aparecen en las sociedades, personajes extraordinarios, que logran alcanzar lo que llamamos proezas, a pesar de sus limitaciones o
incapacidades, y que aún a las personas en circunstancias `normales´ se les
dificultaría alcanzar.
Si nos mantenemos identificados con patrones o circunstancias,
a largo plazo, sólo se crean paradigmas
mentales inflexibles, que nos separan a nosotros mismos del resto de los seres
humanos, y nos hace juzgar a quienes
nos rodean, en ese juego siniestro de nuestra mente de vivir en la ilusión de
que todo se encuentra separado, y hundirnos en la perpetua resistencia de no
aceptar lo que acontece a nuestro alrededor, juzgado por los límites que
nuestra propia mente ha construido.
Imagen que acompaña a nota, tomada de la liga:
http://www.smartinsights.com/wp-content/uploads/2013/02/digital_fingerpint1.png.
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