lunes, 20 de marzo de 2017

Punto de quiebre

`Si siempre haces lo que has hecho siempre,
siempre obtendrás lo que has obtenido´.
Larry Wilson


Uno de los libros que leímos hace algunos años, en el camino que buscábamos comenzar a labrar en el rubro de la Creatividad, fue `El espíritu creativo´, del reconocido autor Daniel Goleman, en colaboración con Paul Kaufman y Michael Ray. De Goleman leímos después con exquisito detalle, su clásico `Inteligencia emocional´, que nos enseñó muchos de los conceptos y variables con las que trabajamos desde el momento que las conocimos.
El desarrollo de la Creatividad ha sido para nosotros un emocionante viaje que nos ha llevado a diferentes plataformas: educativa, de planeación, artística, de diseño, de trabajo en equipo, entre otras, considerando que esta cualidad del ser humano es fundamental para encontrar una vida plena.
La investigación centrada en Creatividad aplicada al Diseño, nos obligó a conocer el funcionamiento del cerebro, su configuración en dos hemisferios, y muchísimo más adelante, estructuras y elementos más a detalle, donde se centran acciones, actividades y funciones específicas, que nos han permitido desarrollar estrategias para lograr objetivos puntuales, en las terapias de intuición.

Los últimos avances logrados en los recientes años, nos llevan a la dirección que define que el orden de los conocimientos que brindan sentido y uso a nuestro cerebro, deben invertirse. Es decir, en lugar de jerarquizar las acciones  cognitivas en: saber, hacer y ser, se debe pensar al contrario: ser, hacer y saber, siendo el `ser´ el primer eslabón de la cadena de mando. Esto contradice las estructuras ortodoxas que rigen los planes y ambientes académicos y laborales en todos los sentidos. Para trabajar bajo este esquema, se requiere reestructurar y crear un sistema único y especializado, que trabaje primeramente sobre las bases personales de cada individuo, lo que nos lleva de nueva cuenta a la premisa: cada persona debe hacerse responsable de quién es, y definir por ella misma, quién desea ser, dejando de responsabilizar o culpar al entorno y las circunstancias. 

Un largo y complicado trabajo de modelo de introspección, a través de procesos basados precisamente en los principios de la inteligencia emocional, deben ser enseñados y puestos en práctica por cada individuo, rompiendo el primer impedimento, que se ha convertido en la barrera mayor en todos los ámbitos y niveles: responsabilizarse de las decisiones que nos han llevado a ser, lo que hoy somos. No podremos cambiar las estructuras y paradigmas concentrándonos en enseñar lo que debe hacerse, sino, irónicamente, en ser aquello en lo que queremos que el mundo se transforme. Eso significa replantear lo que somos AHORA, comprender las variables que nos han llevado a este presente, y trascendernos como seres individuales, rompiendo nuestro esquema de vida, basado en el principio cada vez caduco, de que las circunstancias externas definen mi realidad.
Por J.E.Franco

Imagen que acompaña a nota, tomada de la liga:

Escucho:
Thought I knew | Weezer
Satellites | James Blunt

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