`Si siempre haces lo que has hecho siempre,
siempre obtendrás lo que has obtenido´.
Larry Wilson
Uno de los libros que leímos hace
algunos años, en el camino que buscábamos comenzar a labrar en el rubro de la Creatividad, fue `El espíritu creativo´, del reconocido autor Daniel Goleman, en colaboración con Paul Kaufman y Michael Ray.
De Goleman leímos después con
exquisito detalle, su clásico `Inteligencia
emocional´, que nos enseñó muchos de los conceptos y variables con las que
trabajamos desde el momento que las conocimos.
El desarrollo de la Creatividad ha sido para nosotros un
emocionante viaje que nos ha llevado a diferentes plataformas: educativa, de
planeación, artística, de diseño, de trabajo en equipo, entre otras,
considerando que esta cualidad del ser humano es fundamental para encontrar una
vida plena.
La investigación centrada en Creatividad aplicada al Diseño, nos
obligó a conocer el funcionamiento del cerebro, su configuración en dos
hemisferios, y muchísimo más adelante, estructuras y elementos más a detalle,
donde se centran acciones, actividades y funciones específicas, que nos han
permitido desarrollar estrategias para lograr objetivos puntuales, en las terapias de intuición.
Los últimos avances logrados en
los recientes años, nos llevan a la dirección que define que el orden de los
conocimientos que brindan sentido y uso a nuestro cerebro, deben invertirse. Es
decir, en lugar de jerarquizar las acciones
cognitivas en: saber, hacer y
ser, se debe pensar al contrario: ser, hacer
y saber, siendo el `ser´ el
primer eslabón de la cadena de mando. Esto contradice las estructuras ortodoxas
que rigen los planes y ambientes académicos y laborales en todos los sentidos.
Para trabajar bajo este esquema, se requiere reestructurar y crear un sistema
único y especializado, que trabaje primeramente sobre las bases personales de
cada individuo, lo que nos lleva de nueva cuenta a la premisa: cada persona debe hacerse responsable de
quién es, y definir por ella misma, quién desea ser, dejando de
responsabilizar o culpar al entorno y las circunstancias.
Un largo y complicado
trabajo de modelo de introspección, a
través de procesos basados precisamente en los principios de la inteligencia emocional, deben ser
enseñados y puestos en práctica por cada individuo, rompiendo el primer impedimento,
que se ha convertido en la barrera mayor en todos los ámbitos y niveles: responsabilizarse de las decisiones que nos
han llevado a ser, lo que hoy somos. No podremos cambiar las estructuras y
paradigmas concentrándonos en enseñar lo que debe hacerse, sino, irónicamente,
en ser aquello en lo que queremos que
el mundo se transforme. Eso significa replantear lo que somos AHORA, comprender
las variables que nos han llevado a este presente, y trascendernos como seres
individuales, rompiendo nuestro esquema de vida, basado en el principio cada
vez caduco, de que las circunstancias
externas definen mi realidad.
Por J.E.Franco
Imagen que acompaña a nota, tomada de la liga:
Escucho:
Thought I knew | Weezer
Satellites | James Blunt
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