lunes, 21 de agosto de 2017

De la Salud, a la Enfermedad

`Cuida tus pensamientos porque se convertirán en tus palabras.
Cuida tus palabras porque se convertirán en tus actos.
Cuida tus actos porque convertirán en tus hábitos.
Cuida tus hábitos porque se convertirán en tu destino´.
Mahatma Gandhi.


Hace un par de meses visitaba al último de los médicos especialistas, para una nueva valoración de la afección de Salud. Sus palabras despertaron a la reflexión, y al final de la consulta las asimilé, dándome cuenta de que tenía razón en el sentido más profundo. Mi afección, en especial, no posee medios de prevención, ni tratamiento con medicamento o acción médica alguna. Debemos aguardar a que un órgano o sistema colapse, para que la Medicina pueda intervenir.

`Toda enfermedad, o afección, síntoma o dolencia, es una condición temporal del cuerpo´. No nacemos enfermos (desde luego existen casos específicos donde la enfermedad se presenta desde antes del parto, por lo tanto, la condición se vuelve permanente), sino que enfermamos a lo largo de nuestra vida.

El principio metafísico expresado por Gandhi nos permite comprender cómo, nuestra condición corporal, es producto de nuestra perspectiva y rutina al experimentar las circunstancias externas, y reaccionar a ellas de individuales maneras, muchas de ellas, que derivan en conflictos emocionales o sentimientos nocivos, que terminan por enfermar a nuestro cuerpo.


Al hablar de la condición temporal que representa la enfermedad, comprendí que el médico explicaba que toda manifestación de malestar físico o enfermedad, debe atravesar por cuatro fases: origen, desarrollo, manifestación y remisión o etapa terminal.

Entender que todo acontecimiento está sujeto a las circunstancias y lineamientos del Tiempo, nos llevará a comprender a la Enfermedad como un estado pasajero de nuestro cuerpo. Desde luego, toda enfermedad nos deja dos opciones, aunque en lo personal me agrada considerar en realidad tres: curarse, sanarse o dejar que la enfermedad colapse al cuerpo. En otro artículo hablaremos de la diferencia entre la curación y la sanación, por lo pronto nos concentraremos en la temporalidad de la enfermedad.
Ésta es generada, por lo tanto, por desequilibrios energéticos, conflictos que producen una perspectiva alterada de la realidad, lo que genera que nuestro cerebro y los sistemas del cuerpo reaccionen ante la amenaza de las circunstancias externas, manifestando enfermedades, o haciéndonos vulnerables a ellas.

Pensamientos, actitudes, acciones o estilos de vida, en específico, pueden llegar a alterar nuestra mente y cuerpo, al grado de abrir camino a afecciones o enfermedades, de diversa naturaleza o complejidad.

Dentro de la terapia, hemos decidido organizar actividades con objetivos centrados en tres aspectos: mental, corporal, y espiritual. El aspecto emocional se trabaja durante la interacción de las variables mentales-corporales, teniendo como meta siempre tres tiempos o trabajos personales: identificación, dominio y canalización de las emociones.

La toma de Consciencia del origen y desarrollo de una enfermedad, dentro y fuera de nuestro cuerpo, nos permite obtener la capacidad de comprender su mecánica y su avance, hasta la potencial remisión, o bien, la llegada al estado terminal, con una Consciencia desarrollada o plena. Desde luego, el tratamiento médico es obligado, pero éste debe llevarse a la par que un proceso de trabajo consciente y personal exhaustivo, donde se comprendan las variables que permiten la existencia de la enfermedad en nuestras vidas, y trabajar para modificar lo que Gandhi llamaría, nuestro final destino, es decir, comenzar un verdadero proceso de Sanación, en todos los sentidos.

Imagen tomada de la liga:

Escucho:
Age | Candy Dulfer

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