`La perfección de la sabiduría es la madre,
y la experiencia en los medios más idóneos, el padre´.
Shriparamadhya
Muchas personas defienden la idea
de la nulidad de la Meditación como
herramienta de Equilibrio y Sanación. Considero que las
perspectivas personales son respetables. Habrá quienes se basarán en la Ciencia como único medio válido, y existen
quienes hemos interactuado con otras disciplinas
y técnicas de diversas
naturalezas.
La Historia nos ha mostrado experiencias de hombres y mujeres que
alcanzaron desarrollo en conocimiento, entendimiento y habilidades, y mantienen
una actitud serena y humilde ante la Vida y las
circunstancias que los rodearon y definieron.
El Dalai Lama habla de la Meditación,
–así como la Madre Teresa de Calcuta lo hace con la Oración– como un paso necesario para el crecimiento del espíritu, y precisa un principio que me parece esencial. La Meditación –como tal– no es suficiente para hablar de desarrollo espiritual. Si entendemos la Meditación como un estado mental donde reina la quietud
a través del aislamiento del entorno y la consecución de serenidad corporal y
paz personal interna, en un proceso auto dirigido donde la Intención es uno de las variables primordiales, y que reside en
detener el ritmo cotidiano, en pensamiento y en vivencia, buscando tranquilidad
en todos los sentidos. Compagino con el pensamiento del Dalai Lama, quien se ha tomado el tiempo
para interpretar el conocimiento legado por Kamalashila,
en su texto `Las etapas de la Meditación´.
El acto sencillo de meditar no es suficiente para alcanzar desarrollo
espiritual. Se requiere un trabajo conjunto de conocimiento (mental), manejo del sentir, y actitud
(cualidad de ser). Llamada visión profunda, la perspectiva
compartida por el Dalai Lama, la
expresa como la cualidad lógica-analítica, es decir, ser capaces, en
medio del Silencio alcanzado dentro
de la Meditación, de poner en tela de juicio a través de la Razón, la realidad que nos rodea, de una
manera consciente y sabia.
Como podrá imaginarse el lector
de esta nota, no es una acción para nada sencilla, ya que requiere –acorde a la visión budista de Kamalashila– de ser diestros en el manejo de la Compasión, el mayor sentimiento humano
relacionado con el Espíritu, y poder
considerar en nuestras propias vidas, la preocupación por el desarrollo
espiritual y el bienestar de absolutamente todos los seres humanos. Esto significaría
destruir nuestros paradigmas
actuales, regidos por el odio, rencor, las diferencias de cualquier tipo, y en
general, de nuestra tendencia mental de castigarlo y responsabilizarlo todo.
Tendemos a agredir o burlarnos de
nuestros semejantes, y de aquello que representan, que realizan, o peor aún, lo que son. Son actitudes que
demostramos en nuestra persona, nuestra condición como seres humanos, e incluso, como profesionistas.
Es triste mirar que los jóvenes ejercen bajo esta perspectiva de agresión y
falta de respeto por las circunstancias que los rodean. Las ideas mostradas por
el Dalai Lama, encuentran reflejo en el antiguo legado prehispánico, donde los jóvenes toltecas
–por ejemplo– debían hacerse maestros en el Arte del auto conocimiento y el control de los impulsos, y quienes
desarrollaron técnicas de meditación
de naturaleza útil y sencilla, capaces de ser integradas a la vida cotidiana.
Desde mi profesión como arquitecto, me conmoví por la
existencia en el Diseño, de espacios
destinados a la alta y profunda meditación
y reflexión humanas. Eventos destructivos, producto del Odio humano,
produjeron los más serenos y hermosos triunfos arquitectónicos en el rubro de la Arquitectura de Culto. Desgraciadamente, ejemplos académicos basados en estas experiencias
no son redituables en las facultades e instituciones educativas, y desde la
experiencia personal, soy testigo de casos de resentimiento que trascienden la interacción humana.
Podrá decirse mucho en relación a
las técnicas de Sanación, al diseño de espacios arquitectónicos destinados a
alimentar al espíritu humano, o a la
labor humana de quienes hacen suya la
intención de ejercer la Compasión ante sus semejantes.
Son distintas visiones de compartir,
comprender y abarcar la amplísima concepción humana a través de los siglos de
existencia e interacción humana, en disciplinas y ambientes culturales e idiosincráticas. Cada disciplina de Meditación tradicional o milenaria,
se ha forjado Respeto y ha mostrado
a través de los años, sus intenciones compasivas
para con el mundo, por plantear reestructuraciones en la cosmogonía personal, y en la manera de comprender y hacer propia la
Vida. Y, por ende, cada quien es libre de elegir y tomar la decisión de aquietar,
o no, la mente, y encontrar Paz en la
cotidianidad de aquello que le define.
Imagen tomada del sitio:
Escucho:
The Council Of Elrond | May it be || Enya
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