`Nuestra existencia es cíclica
y se perpetúa a sí misma´.
El Tiempo no es lineal.
Hemos heredado la idea de que lo
es durante cientos de años a través de nuestro existir cotidiano.
Las civilizaciones antiguas –sin embargo– legaron a través de su Arte
y sus cultos, la esencia del Tiempo dentro de la existencia humana.
A pesar de que vivimos el Tiempo,
entendiéndolo como un paso constante y eterno de momentos que suceden hacia una
sola dirección, en realidad el Tiempo es un concepto que interpretamos de
acuerdo a nuestros propios esquemas mentales, a nivel Humanidad.
Para efectos prácticos dentro de
nuestra existencia, lo hemos dividido en Pasado,
Presente y Futuro, con elementos de vigencia que nos permitan la sencillísima identificación
de cada tiempo en específico.
Cuando impartía clases de Arquitectura, con temas de civilizaciones mesoamericanas antiguas,
estudiábamos la visión prehispánica y
la Cosmogonía que imperaba en la
idiosincrasia de las civilizaciones de antes.
Basados en el concepto de ciclo, se crearon complejos calendarios,
así como plataformas de dioses y diosas que finalmente fungieron como la
plataforma conceptual para la propia Arquitectura.
Tonatiuh es por ejemplo, la deidad representada por el Sol, cuyo ciclo de Muerte y Renacimiento se
cumplía como una hermosa analogía
cada día de la vida de los seres humanos. Su Fortaleza y Perseverancia para
luchar cada noche con elementos del Inframundo,
vencer y volver a nacer, enseñaban valiosas lecciones para las personas que
perdían estabilidad o enfermaban, y era inspiración para los guerreros, quienes salían a luchar con
la firme idea de que la Muerte encontrada en el campo de batalla, les perpetuaría
un Renacimiento lleno de honores. Todas las características físicas de la
Arquitectura se basaban en este universo.
Los taludes o montículos, las estelas, la orientación de los edificios, las dimensiones, y la configuración
espacial ascendente|descendente.
Hace pocos meses, se descubrió que bajo la Pirámide
del Sol, en Teotihuacán, existe
un túnel, cuya concepción apoya la existencia del tiempo sacro, cíclico, eterno.
En el tiempo en el que
actualmente vivimos, es difícil no concebir el Tiempo como un elemento lineal,
debido a la fuerza de la rutina que hemos desarrollado por efectos de
practicidad, costo y eficiencia.
Esto ha provocado que nos
alejemos de la visión profunda y espiritual que podemos guardar con respecto al
Tiempo, y que es una variable esencial para mantener nuestro Equilibrio personal en todos los
sentidos.
El Tiempo es un ciclo,
físicamente representado por un círculo, que posee un inicio y un fin. Además
de ello, podemos conceptualizarlo en tercera dimensión, comprendiendo que
conforme crecemos y maduramos, las circunstancias a las que nos enfrentamos son
más complejas y evolucionan. A nivel Humanidad –por poner un ejemplo–
la Tecnología es fiel reflejo de
ello. Su desarrollo puede entenderse como una espiral en ascenso, que cada día
nos ofrece mayor complejidad y posibilidades.
Como seres humanos, debemos
comprender que nuestras vidas son espirales que pueden abordarse como círculos
ubicados en capas, a las que podemos acceder en sentido vertical, ya sea
descendente o ascendente. Esto representa una completa metamorfosis conceptual,
en el sentido de romper la antiquísima barrera de que no podemos acceder al Pasado, y mucho menos al Futuro, por la estructura de línea unilateral sobre la que existimos.
En esta nueva posibilidad,
nuestro Presente, lo que somos y representamos en este momento pudo haber sido
definido por eventos que sucedieron, o eventos que sucederán –incluso–.
La idea expuesta en notas
anteriores, de que planeamos nuestra
existencia antes de venir a la Tierra, en un plano de existencia superior,
apoya esta concepción temporal, ya que las circunstancias que vivimos terrenalmente, se interconectan con situaciones y eventos de otros seres humanos,
eventos que han sido definidos en lo que llamaríamos `Futuro´. Así, es posible
que la enfermedad que transforma nuestra vida, y el correspondiente proceso de
enfrentamiento y lecciones aprendidas, sea una situación definida por la Misión
futura que cumpliremos al ayudar a otros a afrontar y sanar la misma
enfermedad, o encontrar una cura –inclusive– al unirnos a los esfuerzos o misiones
de otros seres humanos, con quienes nuestra existencia compenetra.
Visto desde esta perspectiva, el
Tiempo es en sí una especie de esfera de
rotación, a la que podemos acceder en cualquier punto, para obtener guía e
información. Lo más común es acceder al Pasado para redirigir nuestro rumbo al obtener lecciones e información sobre puntos de inflexión ahí definidos. Pero
acceder al Futuro es posible, para recordar detalles en relación a nuestras Misiones de Vida, circunstancia que
existe en el porvenir, y que es igual
de real que un evento o circunstancia acontecida, y que, al igual que eventos
pasados, influye de manera categórica sobre nuestras circunstancias actuales.
Imagen tomada de la liga:
Escucho:
Enez nein | Yann Tiersen
Life round here | Retrograde || James Blake
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