`Cierre de ciclos, transformaciones profundas´.
Nuestra alma –entendiendo nuestra chispa de vida, o esencia, como seres humanos– evoluciona a cada momento, en cada
evento, relación personal o circunstancia.
Cada persona posee una serie de
cualidades, características físicas, psicológicas y espirituales, que la
definen. Como seres vivientes, con capacidad de raciocinio y libre albedrío,
tenemos la oportunidad de transformarnos, de evolucionar, de buscar transformar
nuestro ser, para bien, para hallar Bienestar
y Equilibrio.
En lo personal, a diez meses de
distancia, puedo decir que he cambiado, y las circunstancias que me rodean se
han transformado sustancial, completa y radicalmente.
Tal vez, en nuestro interior,
sabemos lo que deseamos hacer, o ser,
pero la realidad lo puede más, y decidimos continuar, andar por la Vida,
dejándonos envolver y definir por la corriente de la cotidianidad, de aquellas
cosas que realizamos bien, que un día cualquiera comenzamos haciendo, y en
breve, definen quienes somos, lo que pensamos, lo que creemos, hasta que un
buen día, un evento modifica drásticamente nuestra percepción de la realidad, y
nuestra realidad interna, de igual manera.
Dos mil diecisiete, y sobre todo, sus últimos dos meses,
representarán tiempos vertiginosos de cierres, culminaciones y finales, para
quienes no los han vivido aún. Eventos, proyectos, relaciones personales,
culminarán abruptamente, y quizá no en buenos términos, para garantizar un
fluir de energía, que ha cumplido su misión, y que es necesario que abandone este
plano de existencia, de una vez por todas.
Es un período de transición, de obligado cambio, donde
nuestras almas exigen una sacudida violenta que las lleve a escalar el
siguiente peldaño en la pirámide de la evolución espiritual.
Nuestra alma, al igual que
nuestro cuerpo, posee edades, ciclos, que avanzan, y que definen la serie de
experiencias que deseamos vivir como seres humanos en constante desarrollo.
Cuando permanecemos estáticos,
cuando anclamos en una etapa de serenidad, calma y estabilidad estacionaria, la
Vida nos mostrará, de vez en vez, momentos de metamorfosis, donde todo aquello que conocemos, y que brinda
seguridad a nuestra existencia, comenzará a generar conflictos acelerados,
hasta el grado de obligar a nuestro ser entero, a dar un salto cuántico, a experimentar un potencial punto de inflexión, cuyo objetivo último
es la evolución de naturaleza espiritual.
Estos momentos de caos y
conflicto, a veces inmediatos, otras veces, paulatinos, pero imparables,
generarán en nosotros problemas, cambios e incertidumbre, como nunca antes lo
habíamos experimentado.
Estaremos moviéndonos entre las
diversas fases de una edad respectiva del alma, o bien, saltando de una edad a
la siguiente.
Este año en particular representó
saltos energéticos cuánticos, en diversos
tópicos o disciplinas. Personas, grupos sociales, países o regiones del Mundo –incluso–, sufrieron transformaciones políticas, económicas, geográficas o
sociales, que llevaron a replantear la realidad.
Como Humanidad que representamos,
la Evolución nos arrastra a esa dirección: el
reto es una oportunidad de crecimiento. De cada quien depende, tomarlo, o
sufrirlo.
Escucho:
Wow | Beck
No hay comentarios:
Publicar un comentario