`La luz de cada persona debe ser generada por nosotros mismos
para evitar cargar con el peso de los demás.
Al final del día nosotros somos los únicos responsables
de cualquier eventualidad que se presente en nuestra vida´.
Raúl Castillo. Arquitecto.
Hace un par de días publicaba una
reflexión, basada en un mensaje que uno de mis maestros compartiera conmigo
hace tiempo.
Es complicado, en medio de la
cotidianidad actual y de las circunstancias que nos rodean y definen, poner
atención a cuestiones profundas y espirituales. Yo mismo, conociendo los principios universales básicos, continué
mi vida, concentrándome casi exclusivamente en un trabajo, éxito profesional,
reconocimiento y desarrollo material.
En mi labor académica, compartí
muchos de estos principios con estudiantes y compañeros académicos y
profesionistas, sin embargo, me percaté que, al paso de los años, la apertura
de Consciencia era menor, y la comprensión a estos temas iba en decremento.
Si pudiera resumir el
conocimiento adquirido por todas las experiencias personales complicadas a lo
largo de los últimos cinco años, podría sintetizarlo en una sola enseñanza: ser responsable de uno mismo.
Estamos acostumbrados a existir,
siendo definidos por la realidad, por las variables exteriores que nos rodean.
Nuestra edad, nuestra raza, profesión, religión, preferencia sexual. Pocas veces
nos definimos por nuestra propia Intención,
por el libre albedrío único e
individual que nos define, y que es la herramienta que nos permite ser lo que
somos.
Las decisiones que hemos tomado
giran alrededor de las circunstancias, de los intereses, de los contextos. Nos
descubriremos a nosotros mismos como un barco que navega, dejándose guiar por
las corrientes del mar que cruzamos.
En mi propia experiencia viví la
oportunidad de rediseñar un programa educativo. El proceso fue complejo y
altamente conflictivo. Absolutamente nadie deseó participar por intención
propia, hasta que fueron llamados de manera obligatoria a participar, y aún
así, la interacción fue mínima. Al término del proceso, y durante la fase de
implementación, fue decepcionante mirar las críticas altamente destructivas al
trabajo de compilación e integración que realicé, como único integrante del comité,
activo.
Es una actitud cotidiana. Responsabilizar a los demás de los problemas
y conflictos, del hecho de que la realidad no sea lo que deseamos.
Mi maestro me cuestionó un día,
diciéndome si en realidad quería que él me compartiera la luz de la antorcha
que llevaba consigo. Como era de esperarse, hablaba de una analogía. La luz era el Conocimiento, la apertura de Consciencia, y
la enseñanza universal simplificada de hacerme
responsable de mí mismo. Escuché sus palabras, que me tomaron por sorpresa,
me mantuve en silencio por algunos segundos, y sólo pude asentir tímidamente. No se me ocurría qué decir al respecto.
No encontré razones para no aceptar el conocimiento que él me brindaba.
Después de todo, el conocimiento
de Vida que pudiera ofrecerme, me ayudaría a obtener Éxito, ¿o no?
Las circunstancias han sido todo
lo contrario, para la vista de las personas promedio.
El rechazo de las personas, las
críticas destructivas, la culpa infringida por todo `lo mal que se hicieron las
cosas´. Por ser una persona que no aporta lo `técnico´ que requiere el mundo,
por perder el tiempo en lo `humano´.
Hace algunos meses renuncié a mi
trabajo, donde exactamente cumplía la mitad de edad en vida laboral. Todos los conflictos vividos sólo
enfermaron mi cuerpo, y me hicieron reflexionar en condiciones adversas, en
relación al verdadero significado de la existencia que guardamos como entes
individuales.
Ni mi profesión, mi género, edad,
nacionalidad, o trabajo previo, podrían definir la persona que yo soy. Es
irónico lo presto que la gente es para etiquetar quien eres. Quien cree que eres. Lo único que están haciendo es
responsabilizarte de sus propias omisiones o errores.
La luz a la que se refería mi
maestro, era la cualidad de
responsabilizarte de tus propias acciones, de identificar lo que haces, y
lo que hacen los demás, y desarmar los hechos antes de culparlos, comprendiendo
que cada quien acepta u omite la verdad detrás de ellos. Cuando eres consciente, no sólo sobresales por
acciones no comunes y responsables, sino que tus actos parecen –incluso– dañar a los demás (a los propios ojos de éstos). Entregas algo a lo que ellos no pueden brindar
una acción a cambio, por eso lo perciben como una humillación personal de
tu parte.
Responsabilizarte de tu persona
es la luz que ilumina la oscuridad, y que te hará detenerte y valorar todas las
circunstancias en las que vives.
El rechazo y soledad son parte
del crecimiento espiritual. La Consciencia
duele, porque representa ser diferente, ser congruente, y la congruencia no es
parte natural del mundo en el que vivimos.
Imagen tomada de la liga:
Escucho:
The son of the Flynn [Remix
Reconfigurated] | Moby
Dangerous | Busta Rhymes
Intergalactic | Beastie Boys
Intergalactic | Beastie Boys
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