`La única razón para que el Tiempo exista
es para que no ocurra todo a la vez´.
Albert Einstein
Hace unos días platicaba con un
amigo que conocí mientras ambos estudiábamos el bachillerato. Muchos años han
pasado desde entonces. Él ha formado una hermosa familia, y, a pesar del tiempo
acontecido, mantenemos contacto y seguimos amoldándonos al desarrollo natural
de nuestra amistad.
Concordábamos que muchas personas
hemos experimentado a lo largo de los últimos meses, acontecimientos que bien
podrían catalogarse dentro de la etiqueta de `críticos´, rayando en lo
catastrófico. Eventos que nos han transformado de muchas maneras, y que nos han
sacado de nuestra rutina o balance, de formas inimaginables, a veces
increíbles.
Para mi sorpresa, me di cuenta
que muchas más personas de las que yo había imaginado, han comenzado a afrontar
estas situaciones conflictivas desde puntos de vista `alternativos´. Ya sean
tratamientos para apoyo de la Salud, conocimiento más allá del científico, métodos
de análisis de conductas o patrones sociales, muchos profesionistas comienzan a
integrar conocimientos que hace diez años no formaban parte de nuestras
formaciones educativas.
Mi amigo y yo concordamos en que
pareciera que el conocimiento sobre el concepto de lo `humano´ en cada rama de
la Ciencia acabara de descubrirse, y su profundidad y extensión son infinitas,
por lo que diera la apariencia de que nunca podríamos terminar de abarcarlo, y
comprenderlo.
Compartí mi caso particular con
mi amigo y su familia. A últimas fechas puedo hablar de ello con toda libertad,
mirando los acontecimientos como hechos objetivos que han definido las
características de mi vida presente, cosa que no era capaz de hacer hace
escasos ocho meses. El Tiempo ha volado en ese sentido…
Mi madre, por ejemplo,
experimentó una profunda crisis y redireccionamiento
de su vida a los sesenta años. Yo lo estoy viviendo a los cuarenta años.
Estudiantes que conocí a lo largo de trece años de experiencia como académico y
tutor, lo están viviendo en estos momentos, a los treinta años. Y sus hijos, o
los hijos de familias como la de mi amigo, lo estarán viviendo a los doce o
quince años de su vida, y los hijos de éstos traerán consigo este conocimiento al
nacer.
Es esperanzador mirar que este conocimiento
holístico, que todavía genera
sarcasmo y burla en muchas personas y ámbitos, mantiene un ritmo de expansión
veloz. Comentaba a la esposa de mi amigo, que visualizo que en ochenta o
noventa años, campos de conocimiento como los saltos cuánticos o puntos de
inflexión (como le han llamado algunos autores, refiriéndose al estudio de
pautas y ciclos en nuestras líneas de tiempo, que abarcan –incluso– existencias o
vidas pasadas); biodescodificación; o
tratamientos energéticos de Sanación en
sus diversas modalidades, serán fragmentos de conocimiento válidos y comunes para
los seres humanos. Quienes vivimos hoy en día no estaremos ya para verlo
materializado.
Como sea, es inevitable que las
perspectivas metafísicas se integren
con plataformas científicas y religiosas, ya que explicarán los ámbitos más allá
de la realidad que conocemos, de una manera más puntual y objetiva.
¿Cómo sucederá eso?
Cuando tomemos Consciencia de nuestra propia
existencia. Porque, al responsabilizarnos de nosotros mismos, inexorablemente,
construiremos una realidad que responderá a nuestras decisiones e intenciones.
Cuando el libre albedrío sea
utilizado con plena responsabilidad y consciencia, el conocimiento no provendrá
del exterior, sino del interior de nosotros, y podremos comprender de manera
íntegra, los mecanismos que diseñan y transforman dicha realidad.
Imagen tomada de la liga:
Escucho:
You've got a friend | James Taylor
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