Se invita a leer antes la nota:
Click en imagen para agrandar. |
En una nota anterior hemos
hablado del esquema en cuatro tiempos que define nuestra realidad cuántica.
Dicho esquema, transformado en técnica de análisis, equilibrio y
Sanación, es una herramienta muy poderosa que es capaz de mostrarnos mucho en
relación a nuestra vida, el sentido que ésta tiene, y la dirección a la que inexorablemente nos llevará el conflicto
que nos aqueja.
Me atrevo a afirmar que más del
ochenta y cinco por ciento de los seres humanos, afrontan sus vidas a partir de
los dos últimos momentos del proceso, es decir, viviendo únicamente las consecuencias y analizando o
identificando las decisiones que les
dieron forma. Viviendo únicamente a partir de estos momentos, es muy complicado
transformar nuestras circunstancias y modificar nuestra realidad.
Un trabajo médico o psicológico
aborda únicamente este nivel, es decir, se aplica la ley universal de Newton de `a toda acción, corresponde
una reacción, de igual dirección, pero sentido contrario´. La Ciencia, finalmente, se aplica para
cada fase y nivel de la vida humana. Medicina, tratamiento, seguimiento a
mediano plazo.
El tratamiento médico –sin embargo– surte efectos inmediatos o de corto
plazo, curando el desequilibrio, que es contrarrestado
y `anulado´, más no sanado. Anulado no es jamás sinónimo de equilibrado. La reacción del cuerpo sólo
ha cambiado de sitio de manifestación. Equilibrar
significa comprender e integrar al
resto del proceso, como una variable esencial
dentro del proceso, utilizando la Consciencia.
Es aquí donde entra la Intención, la
siguiente fase del proceso que rara vez tocamos, analizamos o afrontamos, y
que es la llave de la Sanación.
La Intención juega un papel
primordial, porque ésta responde a nuestros anhelos mayores, a la esencia de
nuestro espíritu humano que es el Libre albedrío,
y que significa responsabilizarnos de
nuestros pensamientos y propias acciones. Y la mayoría de nosotros no
deseamos dejar atrás la cómoda oportunidad de continuar culpando al medio
exterior o a las personas, de nuestras desgracias.
Nuestra existencia humana se
limita únicamente a experiencias materiales que involucran sólo la mitad del
proceso: tomamos decisiones y vivimos las
respectivas consecuencias. Matrimonios, separaciones, ejercicio físico en
nuestro cuerpo, enfermedades, confianza, abuso de ella, pobreza, riqueza,
adicción, violencia, intolerancia, y un sinfín de conflictos, que definen
nuestras vidas, y que llevamos con nosotros hasta que morimos, con una
constante: es lo que me tocó vivir a lo
largo de mi vida.
Comprender el papel de la Intención y el Libre albedrío, complementa nuestra perspectiva y ayuda a construir
cimientos espirituales sólidos y
verdaderos. Wayne W. Dyer desarrolla
a profundidad este tema en su excelente libro titulado `El poder de la Intención´.
La Técnica que hemos desarrollado
consiste en tomar nuestra vida y analizarla a través de este esquema sencillo
de cuatro fases. El conflicto o semilla (problema que genera lo que hemos
llamado punto de inflexión) se
encontrará siempre dentro de la última mitad del proceso, es decir, entre la
decisión y la consecuencia. Este conflicto, que no es más que un evento o
circunstancia que desequilibró nuestra
vida porque fuimos incapaces de identificar la intención que ignoramos al tomar
una serie de decisiones, es siempre el causante u origen de la torcedura de
nuestra existencia, que nos llevó a vivir las consecuencias últimas que ponen
en peligro nuestra estabilidad, bienestar, e inclusive, nuestra Salud. La
verdad es clara: hubo en algún momento
una decisión tomada sin intención consciente, que orilló a nuestro camino a
desviarse de la meta original.
El mundo exterior no es responsable de nuestra situación en ningún caso
ni bajo ningún pretexto. Nuestra omisión al identificar o definir NUESTRA personal
intención al tomar nuestras decisiones, es la causante de todo.
Se guía a la persona que toma la
terapia a vislumbrar con claridad que, una vez identificada la Intención, su
vida y sus conflictos tienen explicación y sentido. Esto le lleva
paulatinamente a encontrar la variable que ha sido definida por su libre albedrío personal: el anhelo o Misión de Vida de su propio espíritu
como ser humano individual.
Una vez que la persona redescubre (porque esta misión SIEMPRE
ha estado presente, aún en los conflictos, problemas y circunstancias más
adversas dentro de la vida de cada persona) la naturaleza indicada por su libre
albedrío personal, toda su vida se equilibra y se puede recuperar la
tranquilidad y estabilidad perdida.
La técnica implica una serie de
ejercicios e indicadores para arribar a este momento. La verdad liberadora es
que cuando conocemos a consciencia la premisa
que le otorga sentido a nuestra vida, entonces nos empoderamos, obtenemos
seguridad y Consciencia, y logramos realizar o afrontar y vencer los cambios
necesarios para lograr nuestro potencial y bienestar, tanto para con nosotros
mismos, como para las personas que amamos.
Escucho:
Lost | Frank Ocean
Chemistry | Arcade Fire
No hay comentarios:
Publicar un comentario