`Responsabilizarse de uno mismo
es una labor integral´.
Somos energía. Nuestro cuerpo es
una serie de variables corporales, mentales y energéticas que, a cada instante,
definen nuestra realidad.
Dentro de la Terapia emocional trabajamos en tres ámbitos diferentes, pero
completamente integrados, y conectados uno con respecto al otro.
El primer tiempo consta del trabajo
mental y psicológico, para identificar y desmontar los paradigmas que han
definido nuestra vida, y creado los problemas físicos que vivimos actualmente.
Cada fase de las tres que mencionaremos toma una serie de sesiones. El ámbito
mental es un trabajo constante y profundo que consiste en obtener perspectiva de lo que vivimos, y en la
distancia y la objetividad del análisis en tercera persona, identificar lo que
debe ser diluido o reestructurado, para sentar las bases dentro de las dos
siguientes fases.
El segundo tiempo, el corporal, es una etapa diagnóstica,
donde se recurre a las memorias
corporales que guardamos en torno a los momentos de nuestra personal
historia donde existieron eventos que desequilibraron nuestro ser, y que es
necesario identificar y afrontar. Los síntomas y las enfermedades que hemos
padecido o que padecemos en el presente, son producto de estos desequilibrios,
y sanar las enfermedades es un
trabajo que –aunado al trabajo médico– debe ser llevado a cabo por cada individuo, en una
reestructuración completa de su ser. En esta segunda etapa, se aprende a
escuchar al cuerpo, y a descodificar sus mensajes y las lecciones implícitas en
su funcionamiento, así como responsabilizarse
de uno mismo.
El tercer tiempo, el energético, se trabaja a partir de los
siete puntos energéticos básicos que posee nuestro cuerpo. La persona entra en
contacto con la energía que recorre su propio cuerpo, y comienza a ser
consciente de ella, de cómo ésta responde a los estímulos externos, y a
dominarla desde la Intención o circunstancia interna, a través de
ejercicios de respiración y Meditación.
En esta fase se manifiestan variables y guías a través de seres de Luz, que, en
diversos esquemas o formatos, representan asesoría y apoyo espiritual a lo largo del proceso de transición. Al entrar en contacto con nuestro propio espíritu,
accedemos a Sabiduría que siempre ha
estado ahí, pero que tal vez jamás habíamos conocido antes.
Una vez que la energía de los
respectivos puntos energéticos que manifiestan desequilibrio ha sido liberada,
en cuestión de días, los eventos externos comienzan a sufrir
reestructuraciones, y enseguida, la persona comienza a afrontar sus peores
miedos, se presentan circunstancias conflictivas necesarias para cerrar el
ciclo: así de poderosa es nuestra Intención.
La persona comienza entonces a afrontar los conflictos, desde una plataforma holística y espiritual, para trascenderlos de una vez por todas,
utilizando las herramientas de las que ahora dispone, y que, junto con el o los
conflictos, la harán madurar y desarrollarse como ser humano.
Ése es el único camino para
crecer.
Imagen que acompaña a nota, tomada de la liga:
Escucho:
Work out | J. Cole.
Yoü And I | Lady Gaga.
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