domingo, 10 de diciembre de 2017

Movimiento y Meditación

`La Salud depende en gran medida
de una sana interacción entre nuestra
mente, cuerpo y espíritu´.


El bienestar integral lo hemos escrito en diversas notas requiere de un trabajo en tres sentidos: corporal, mental y espiritual. Los tres ámbitos son esenciales, porque cada uno aporta solidez a la cimentación que permite nuestra evolución y desarrollo como seres humanos.
Dentro de la terapia, hemos trabajado el concepto de Meditación en movimiento, que no es más que un concepto que integra la Biodescodificación con la coordinación motriz, en un ejercicio de interacción entre las redes neuronales y la conexión del cerebro con la movilidad del cuerpo, para fomentar relaciones sanas entre nuestra mente, cuerpo y espíritu. Esto sólo como base, pero cuyo desarrollo es mucho más profundo. Déjenme explicar la idea.

Cada uno de nosotros posee condicionantes y variables únicas en nuestra vida. En ocasiones se trata de sentimientos y/o emociones que derivan en estrés, ansiedad o depresión, en el ámbito mental. La enfermedad corporal es otra variable que deteriora nuestro bienestar individual. La carencia de estabilidad o de fundamento espiritual así mismo puede llegar a minar nuestro desarrollo, al convertirnos en personas indiferentes, intolerantes e insensibles.
La Meditación en movimiento no es otra cosa que utilizar el ejercicio corporal como una herramienta de diagnóstico y tratamiento para identificar, asimilar y trabajar sobre conflictos o valores específicos en cada persona, basándose en la coordinación e interacción de pautas mentales y corporales, movidas por intenciones interiores profundas.
Desde aquellas personas que requieren afrontar cuadros de ansiedad o depresión, hasta las que han experimentado secuelas corporales que han afectado su percepción y su manera de comprender el mundo.

Se deben tener en cuenta varios aspectos dentro de la comprensión y el uso de este concepto:

1. Identificar los sentimientos, emociones o carencia de valores que causan determinado conflicto, o que son consecuencia de él.
Las personas que sufren de depresión o ansiedad, deben trabajar como principio la respiración en diversos niveles. Ejercicios correctos de respiración, usados de manera intencional y consciente, comienzan por poner al individuo en contacto con su cuerpo, su mente y sus emociones. Al hacerse consciente del proceso de acción reacción mental-corporal, la persona gestiona herramientas desde su propio ser, para desarmar los cuadros corporales o mentales que generan desequilibrio en su bienestar. Una vez que se identifica el sentimiento conflicto sobre el que se desea trabajar, se busca comprender su mecanismo dentro de nuestro cuerpo, y cómo desarmarlo, utilizando el ejercicio o la actividad motora y la coordinación que pueden ofrecer las distintas disciplinas deportivas.

2. Elegir de manera personal el ejercicio o disciplina que apoya las metas y las intenciones que requiere o traza cada individuo.
A los individuos que han experimentado cuadros trágicos en sus vidas, se les recomiendan disciplinas que estimulen emociones constructivas paulatinas, realistas acorde a sus circunstancias. Mucho tienen que ver las condiciones corporales o mentales de cada persona, ya que ella es quien identifica sus emociones y elige la actividad que desea integrar a su vida. En el ejemplo dado, se busca trabajar el autoestima, que puede abordarse desde los valores de cada individuo. La natación puede apoyar a quienes son o buscan desarrollar Disciplina y un alto valor interior de Responsabilidad sobre sí mismos. El ejercicio en gimnasio por el contrario es recomendado para quien desea trabajar la autoestima a partir de los retos y el mejoramiento físico externo. Cada disciplina puede alimentar y fomentar diversos valores y conceptos, acorde a las circunstancias de cada persona, sus intereses, sus capacidades y recursos.

3. El trabajo físico por sí solo no es suficiente para el logro del bienestar integral. Un enfoque espiritual siempre es necesario.
Una vez que la persona ha elegido una disciplina, acorde a sus intereses y necesidades, es indispensable que encuentre en dicha actividad, más que solo una distracción. Hay quienes eligen opciones como equitación, una actividad altamente especializada y compleja. Lo han hecho porque se han dado cuenta que sienten profunda empatía por los animales, y porque en sus vivencias, sufrieron de cuadros de violencia o de rechazo, en sus propias personas, o en personas cercanas a ellos, o bien, fueron testigos de sucesos sumamente violentos que tocaron profundas redes emocionales. Estas redes empáticas profundas sufrieron trastornos o desequilibrios, que limitan la identificación y desarrollo de la Misión de Vida. La persona que eligió la equitación por ejemplo terminó siendo un maestro o guía en esta actividad, por sus extraordinarias capacidades de Concentración y Fortaleza, desarrollando además habilidades y dones que superan con creces la coordinación e inteligencia motriz, ya que enseñan a otros, valores como Paciencia, Tolerancia, y profundo Respeto al entorno circundante, buscando generar un cambio paulatino en la realidad que viven.

En otra nota se abordará el enfoque diagnóstico con el que el movimiento corporal, y la coordinación motriz sirven de pauta diagnóstica dentro de la terapia desarrollada.

Imagen tomada de la liga:

Escucho:
I gotta feeling | The Black Eyed Peas
You & me | Dave Matthews Band
Infinite content | Arcade Fire
                                                                                  

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