viernes, 20 de octubre de 2017

Riqueza

`La riqueza es la unidad de medida
del espíritu humano.
Lástima que esa unidad sea hoy en día 
exclusivamente de divisa materialista´.


Hablando de las siete Áreas de Vida que integran nuestra existencia, una de las áreas que genera mayor conflicto en las personas es la económica.
La gran mayoría de las personas relacionamos al ámbito económico con el dinero, o la cantidad de recursos, bienes o productos que tenemos con nosotros en determinado momento de nuestra vida.
Al igual que el área espiritual no se relaciona directamente con la Religión, el área económica no se relaciona de forma inmediata con el dinero.

¿Por qué?
El área económica tiene que ver, en primera instancia, con el valor que cada uno de nosotros como personas posee sobre sí mismo. El dinero termina siendo el simple reflejo de nuestro valor como personas. La persona que tiene mucho dinero no es sinónimo de amor incondicional a sí mismo, más bien de falta de él, a menos que aquí es donde se aplica el principio universal la persona fluya con el dinero, de tal manera que éste se integra a sus bienes más elevados: mejorar su bienestar espiritual o guiar a los demás a mejorarlo, alentar el desarrollo auto sostenido de una comunidad o sociedad, inspirar actividades que alimenten al espíritu, entre muchísimas otras… El dinero es una simple herramienta que se somete a la intención verdadera de su dueño.

En la experiencia como terapeuta, he visto casos de personas con fuertes conflictos de Salud, que, una vez identificando las variables que los provocaron y los ciclos en los que este conflicto se ha ciclado en su vida, deciden comenzar a administrar sus propios recursos. Son personas que delegaron sus propias decisiones a otras personas. Nunca tomaron decisiones importantes, y viven a merced de la corriente de la marea del ambiente en donde se desenvuelven. Carecen de estima y amor propios, y se valoran por las críticas circundantes, y los bienes que poseen.

Concluyen tolerando, dejándose llevar, convirtiéndose en aquello que algún día detestaron, o enfermando gravemente, porque justamente no administrar sus recursos espirituales y su energía, produce un acumulamiento o desperdicio de riqueza interna, que, traducida en ámbitos físicos, termina por pudrirse: su cuerpo muere, por mucho dinero que posean.

Uno de los pacientes descubrió el secreto, y logró romper un ciclo recurrente de pérdidas en su línea de tiempo. Decidió renunciar a su trabajo actual, al percatarse de la incongruencia en el que éste había caído, con relación a sus metas personales elevadas. Irónicamente descubrió el único y más valioso recurso personal al que jamás había puesto atención y que no había manejado o al que no había prestado atención, y que fue su bien espiritual más valioso: su capacidad de tomar decisiones por cuenta propia y consciente, y que es el recurso primigenio que poseemos como seres humanos. Al comenzar a usar este primer recurso, reactivó de inmediato el desarrollo de su riqueza interna, y, por ende, su bienestar económico externo.

Imagen editada digitalmente, original tomada de la liga:

Escucho:
Je ne veux pas la fin de nous (I just can't stop loving you) | Michael Jackson featuring Siedah Garrett

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